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Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2004 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/04/bp1225.html   
Divergús: Cuando la calle se llena de juegos, Centro Infantil Gusantina (Zaragoza, España)

Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 2004, y catalogada como GOOD. (Best Practices Database)
País/Estado — España
Región según Naciones Unidas — Europa
Región ecológica — continental
Ámbito de la actuación — barrio
Agentes — gobierno regional; gobierno local; organización de base comunitaria (OBC); fundación.

Categorías — Servicios sociales: educación; ocio. Infancia y adolescencia: de 0 a 9 años; de 10 años a la edad adulta; desarrollo de la capacidad de participación y del liderazgo en niños; programas de ocio y culturales; programas de apoyo comunitarios (protección frente a abusos, abandonos, violencia y delincuencia); grupos vulnerables. Participación ciudadana y riqueza cultural: participación comunitaria; riqueza social y cultural; expresión y animación; educación cívica; artes,respeto a la diversidad cultural.


Contacto Principal

Centro Infantil Gusantina — organización de base comunitaria (OBC)
María Ángeles Gascón Brumos, Directora
Plaza Asso, s/n
50001 Zaragoza
España
Teléfono: 976 39 88 83
E-mail: gusantin@solidaragon.org


Organización Nominadora

Comité Hábitat Español. Grupo de Trabajo de Buenas Prácticas — Asociación entre los sectores público, privado y ciudadanos
Dª Gema Rodríguez López [grodriguez@femp.es]
Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP)
C/ Nuncio, 8
28005 Madrid
España
Teléfono: +34 91 364 37 00
Fax: +34 91 365 54 82
E-mail: grodriguez@femp.es
Web: http://www.femp.es


Socio

Asociación Vecinos Lanuza Casco Viejo — organización de base comunitaria (OBC)
Raquel Aznar Oro, Presidenta
C/ San Pablo, 23
50001 Zaragoza
España
Teléfono: 976 280262
Colaboración administrativa.
Colaboración política.
Colaboración técnica.


Socio

Fundación La Caridad — fundación
Carlos Alegre
C/ Moret, 4
50001 Zaragoza
España
Teléfono: 976 22 48 34
Fax: 976 228842
E-mail: flacaridad@supervía.com
Colaboración técnica.


Socio

Ayuntamiento de Zaragoza — gobierno local
Jefe de la Unidad de Planes Integrales
C/ Armas, 61
50003 Zaragoza
España
Teléfono: 976  44 50 66
Colaboración financiera.
Colaboración técnica.


Socio

Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), Gobierno de Aragón — gobierno regional
Jefe del Servicio de Menores
Cesáreo Alierta, 9-11
5000 Zaragoza
España
Teléfono: 976 71 56 00
Colaboración financiera.
Colaboración técnica.


Resumen

La experiencia de Divergús, desarrollada por el Centro Infantil Gusantina, sueña con un barrio donde todos podemos estar juntos, con plazas donde el encuentro es posible, con gentes que se nombran, que se conocen y saludan.

Cuando la calle se llena de juegos, cuando se extienden unas jarapas y la ilusión de la infancia lo invade todo, cuando conseguimos acercar la música, el cuento, la magia... a la cotidianidad de las plazas, cuando en la calle el protagonista es el niño... todo resulta más fácil.

Quisimos plantar juegos en el asfalto y crecieron reconocimientos, vivencias, ideas, todos nos empezamos a sentir ciudadanos de un barrio lleno de rostros y posibilidades ¿Otro mundo es posible? Sabemos que otro barrio, sí.

Fechas Clave

Descripción

Situación previa a la iniciativa

Año 1994, Gusantina ya llevaba un recorrido de cuatro años en el barrio de la Magdalena, en el Casco Viejo de Zaragoza. Estábamos acostumbrados a pasear por zonas guetizadas, señaladas como peligrosas, ocupadas por determinados sectores desfavorecidos. La Gusantina no era identificada como espacio lúdico y educativo para todos los vecinos, nuestra actuación educativa parecía también marcada: «Sólo para gitanos y demás excluidos».

Establecimiento de prioridades

Desde el equipo educativo, queríamos cambiar estos procesos de vidas paralelas que se daban en nuestro barrio. Junto con la asociación habíamos reflexionado en varias ocasiones sobre la necesidad de generar espacios de integración y de tolerancia. Empezamos a imaginar posibilidades sencillas de encuentro que se asentaran en el día a día del barrio. Como el juego era nuestra principal herramienta pedagógica, nos pareció la mejor mediación para conseguir nuestro propósito: había que salir a la calle, a las plazas, a jugar con todos y todas. El micro-bús amarillo de un compañero de la asociación de vecinos, añadía un reclamo interesante y nos permitía cargar juegos, libros, música... y acercarla a diferentes rincones del barrio.

Formulación de objetivos y estrategias

Objetivos: Estrategias importantes:
  1. Dar protagonismo a los niños: el juego como principal herramienta, tomar la calle, adueñarse de un espacio público, desarrollar su ciudadanía.
  2. Cuidar el clima: nos mostramos accesibles, dedicamos personas a conectar con los adultos, a explicar quienes somos, invitando a la participación, a escuchar sugerencias. Vamos sintiendo que en la calle también se puede hablar y disfrutar.
  3. Ambientar el espacio de forma sencilla: toldos para marcar diferentes rincones de juego, jarapas extendidas, música ambiental, personajes motivadores, y una estructura semanal con diferentes alternativas, para poder elegir (taller, cuento, juego cooperativo,...).

Movilización de recursos

El proyecto educativo Gusantina iba contando cada vez con más apoyos económicos y administrativos. La asociación de vecinos estableció convenios anuales con instituciones locales y autonómicas. Podíamos hablar de cierta estabilidad: un equipo educativo con contratos temporales de medias jornadas, muchos voluntarios ilusionados, equipamiento de juegos y libros que utilizábamos en los locales y ganas de dar el paso a un proyecto de verano propio (ya que durante el 92 y el 93 Cáritas había mantenido su proyecto de Colonia y nosotros sólo lo habíamos apoyado). Se trataba de complementar la temporada de otoño e invierno, de mantener la coherencia a lo largo de todo el curso. El Divergús durante los meses de mayo, junio, agosto y septiembre --al principio denominado Furgodiver-- junto con una Colonia urbana gusantinera en el mes de julio, parecía la propuesta más adecuada. Sólo faltaba la furgoneta para transportar los diferentes materiales. Pero los costes derivados de una posible compra o de alquileres semanales, eran excesivamente elevados para nuestro presupuesto anual. No podíamos hacer frente a la inversión. Esta primera dificultad fue vencida gracias al préstamo que se nos ofreció por parte de un vecino (miembro activo de la Asociación): tenía un microbús que ya no utilizaba y que nos dejaba durante los meses que fuera necesario. Sólo faltaban conductores dispuestos a llevarlo, no era necesario un carnet especial. En el proyecto contábamos con gente que se atrevía a poner entre sus manos un viejo volante. Ya teníamos todo lo necesario, la imaginación y las ganas de jugar fue haciendo el resto.

Proceso

El autobús amarillo empezó a ser compañero habitual de las tardes de primavera y verano en nuestro barrio. Era bonito, llamaba la atención, pero cada vez fueron más frecuentes las averías, y hubo muchas tardes en las que quedábamos tirados por una grúa.

Esto nos obligaba a alquilar urgentemente una furgoneta para poder seguir con la actividad al día siguiente.... Cambios de batería, revisiones de motor en talleres amigos,... Al final el proyecto se hacía inviable: no podíamos seguir contando con el autobús. Eran tantas las ventajas de continuar con la actividad que buscamos alternativas, y, por fin, surgió la posibilidad de compartir recursos con una entidad vecina (la Fundación La Caridad).

En ocasiones, hemos tenido dificultades generadas por no tener conexión para la luz (las brigadas municipales no llegaban a tiempo), pero habitualmente era resuelto gracias a la colaboración de algún comercio cercano.

Las mayores dificultades y posibilidades han surgido con relación a lapoblación. Al principio, costó que las familias y los vecinos se acercaban a preguntar, querían saber más, y no dábamos a vasto para dar respuestas. Empezamos a tener una persona liberada para responder, para dar información, pero también para preguntar, para pedir opiniones, para recibir sugerencias.

Los horarios y emplazamientos han ido cambiando en base a la afluencia o no de vecinos o sus opiniones o a los nuevos espacios rehabilitados en el barrio (Plaza San Agustín con su Centro de Historia).

Se han ido modificando las edades a las que iba dedicada la actividad. La presencia continua de hermanos pequeños o de familias con hijos menores de 3 años que acudían a la plaza hizo que cargásemos en la furgoneta juguetes para bebés, y que tuvieran su propio espacio.

La normas de utilización, el cuidado del material, también han ido evolucionando: ahora todo se cuida más. La tarea de montaje y desmontaje de las carpas, o la descarga de los juegos, dejó de ser una tarea exclusiva del equipo educativo, y pasó a ser una parte imprescindible de la tarde, en la que todo el mundo colaborba; fue una decisión suya, persistieron hasta que lo consiguieron.

Resultados obtenidos

En estos diez años hemos ido ganando la confianza de la vecindad. La Gusantina es de todos cuando estamos en las plazas. Suena la megafonía dando la bienvenida a una nueva tarde y todos sabemos que, si nos apetece, podemos lanzar un diábolo al aire, saltar a la comba, compartir un parchís o leer un cuento... Durante unas horas colocamos el cartel de «Aquí jugamos todos y todas»; vivenciamos la calle como un espacio de disfrute colectivo; nos sentimos iguales entre gentes y edades diferentes...

Al terminar la actividad cuantificamos los niños que han jugado con nosotros: las cifras se van engrosando (actualmente acuden unos 650 niños durante los cuatro meses, con una media diaria de 56 niños). Las fichas, con nuevos nombres y direcciones, amplía nuestro listado de nuevos gusantinos (al empezar el curso mandamos más de 250 cartas a estas direcciones). Las familias nos sugieren cambios de horario, posibles juegos, valoran aspectos que les han gustado, ¡hasta expresan quejas en relación a la falta de espacio para el juego o el excesivo lugar ocupado por terrazas de bares y/o coches! La manera de recoger estas aportaciones ha ido variando: un buzón Gusan-exprés; personas del equipo dedicadas a esta tarea de relaciones públicas... La evaluación diaria y la valoración del equipo al final de cada temporada nos ayuda a tener una visión global del proyecto y nos permite ir introduciendo modificaciones para mejorarlo.

El mejor indicador es llegar a la plaza y que te reciban entre aplausos niños, madres y abuelos dispuestos a compartir una tarde más de juego; o que se acerquen a otras propuestas después de conocernos de las plazas; y lo mejor es cuando, sin necesidad de estar nosotros, los niños juegan en las plazas bajo la mirada satisfecha de los adultos.

Sostenibilidad

Contamos con un convenio anual entre la Asociación de Vecinos Lanuza Casco Viejo y el Ayuntamiento de Zaragoza, que dota de estabilidad financiera al proyecto del Divergús y que establece un seguimiento técnico. En este marco de relación y tras años de trabajo, hemos conseguido que la acción lúdica en la calles y en las plazas, al principio cuestionada y poco secundada, se enmarque hoy como proyecto educativo en algunos Centros de Tiempo Libre Municipales de Zaragoza.

Un segundo convenio con la administración autonómica (Instituto Aragonés de Servicios Sociales) marca el empeño asociativo por mejorar y posibilitar la coordinación interinstitucional en materia de intervención social con la infancia del barrio. Colocar al niño en el centro de la acción educativa de Gusantina, hace que nuestras actuaciones se vayan ajustando a las necesidades, se enmarquen en redes de intervención más amplias que se complementan y retroalimentan. El Divergús adquiere un efecto multiplicador cuando se contempla como una pieza más de un engranaje amplio que llega a colegios y familias, que contempla a los niños con mayores dificultades sociales, que busca posibilidades de cohesión social...

La acción del voluntariado no se ha perdido durante estos años, sino que adquiere relevancia social y visibilidad en estas acciones: todos podemos dinamizar un juego, dar a una comba, explicar un cuento... la acción es protagonista del cambio, la mirada se modifica y la participación se torna en algo fácil y amable.

Lecciones aprendidas

Hemos aprendido que la calle es posibilitadora de protagonismo, participación y encuentro.

Los chavales se sienten como pez en el agua en espacios abiertos: con sol, aire, tierra, árboles... sus energías se expanden y serenan a la vez. Voz y silencio, movimiento y relajación, distracción y concentración pueden convivir sin problemas. Si además ese espacio se enriquece con elementos de juego diversos y educadores que apoyan, dan cauce, animan o median... las posibilidades de elección de los niños se amplían y mejoran.

También es importante el protagonismo y la participación de las familias:.

Por último, hemos constatado que jugar y compartir un territorio común (la calle) iguala. Nadie tiene la sensación de mandar, ni de tener que defender lo suyo... Esto posibilita que el encuentro sea más pacífico: se generan muchos menos conflictos, y se resuelven en un clima más sereno.

Desde este aprendizaje del Divergús, Gusantina:

El barrio ha descubierto el valor del juego, el derecho de la infancia a utilizar un espacio público, la ganancia que toda la vecindad recibe ante estas prácticas de encuentro tan saludables...

Ideas como las de Francesco Tonucci (La ciudad de los niños), mensajes como los del profesor Cesar Muñoz (Consultor de Infancia, Juventud y Participación ciudadana) encuentran eco en experiencias sencillas como la que nosotros desarrollamos y las cargan de utopía.

Transferibilidad

Presentamos la experiencia en Congreso Estatal de Ludotecas en Sitges, en 1996. Allí vimos, cómo sorprendía que con un esquema muy sencillo, se podía movilizar a la población de un barrio.

Desde la cotidianeidad del proyecto, en ocasiones no nos dábamos cuenta de los pasos que se iban dando, pero ante un comentario, o una pregunta de educadores de otros centros e incluso de otras ciudades, nos hacemos conscientes de lo novedoso, de que una estructura sencilla produzca cambios en el barrio. Del comentario se pasó a visualizarlo, vinieron compañeros de otros barrios de la ciudad, y modificaron el proyecto a sus necesidades y posibilidades; más tarde vinieron compañeros de la Fundación Catalana del Esplai, que teniendo más recursos y medios, no tenían una fórmula de como trabajar en la calle, y se la llevaron a Barcelona.

Pensando en reproducir la iniciativa, destacamos los principales aspectos en cuanto a innovación y potencial de transferencia:

Perfil Financiero

AñoPresupuesto total en eurosAyuntamiento de ZaragozaGobierno de Aragón (IASS)
200016505,6275,69%24,31%
200116951,2775,69%24,31%
200217629,3275,69%24,31%
200318087.6875,69%24,31%

Referencias

Giménez, G.  (1997)   «Aprender a ser Mayores»,   Heraldo de Aragón, 29 diciembre 1997 

Lasheras, Sara  (1997)   «Piratas en el Parque Bruil»,   El Periódico de Aragón, 10 Agosto 1997 

Mored, Enrique  (1998)   «Los niños toman la calle en verano»,   Heraldo de Aragón, 24 mayo 1998 

Rodríguez, Elena  (2001)   «La Magdalena: El barrio de los sueños»,   Heraldo de Aragón, 20 de julio de 2001 

  ()   «Diez años en el Corazón vivo de Zaragoza C.I. Gusantina»,   Boletín nº 18 de la Asociación de Enseñantes con Gitanos, 5 pp. 

Edición del 12-07-2004
Revisión: Raquel Moreno López
Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2004 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/04/bp1225.html   
 
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