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Rosario Habitat: programa integral de recuperación de asentamientos (Argentina)

Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 2004, y catalogada como BEST. (Best Practices Database)
País/Estado — Argentina
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — continental
Ámbito de la actuación — ciudad
Agentes — gobierno local; gobierno central; organización de base comunitaria (OBC); agencia internacional.

Categorías — Uso de la información en la toma de decisiones: indicadores; sistemas de información geográfica (SIG), técnicas de cartografía; sistemas de gestión de la información; uso de tecnologías de la comunicación; mejora de la participación; medidas políticas. Vivienda y derechos humanos: carencia de hogar, personas sin hogar; dotación de infraestructura pública para una vivienda digna; habitabilidad y adecuación cultural de la vivienda; igualdad de derechos de propiedad y herencia (para las mujeres); mejora y modernización de asentamientos precarios.


Contacto Principal

Servicio Publico de la Vivienda (SPV), Municipalidad de Rosario — gobierno local
Maria Isabel Garzia, Arquitecta
C/ Paraguay 153
CP 2000
Rosario
Argentina
Tel: 54-0341-4802536


Socio

Banco interamericano de desarrollo (BID), Delegación Argentina — agencia internacional
Normando Birolo, ingeniero
C/ Esmeralda 130 - Piso 18
Buenos Aires
Argentina
Tel: 54-011-43201800
Colaboración financiera.


Socio

Ministerio de Planeamiento e Infraestructuras — gobierno central
Colaboración financiera.

Comisiones de Barrio


Resumen

El Programa Rosario Hábitat es una iniciativa que surgió en la ciudad de Rosario para hacer frente al problema de los asentamientos informales desde una perspectiva global y con la participación activa de la población de dichos asentamientos. Por medio de la aplicación de una serie de políticas urbanas y sociales complementarias, el programa ha pretendido terminar con la exclusión y promover la integración física y social de la población que reside en estos asentamientos. Su objetivo principal ha sido la defensa de los derechos de los ciudadanos, garantizando a las familias una vivienda digna en propiedad, así como la propiedad del suelo y los servicios básicos urbanos. El Programa Rosario Hábitat también ha incluido medidas para proteger a los miembros más vulnerables de la comunidad, para crear oportunidades de desarrollo económico, para establecer los pilares de un cambio cultural que permita a las mujeres ejercer sus derechos y para utilizar la fuerza de la organización colectiva en la resolución de los problemas comunes.

Para alcanzar estos objetivos, el modelo de gestión se ha basado en la participación y en el consenso para resolver los conflictos y para planificar el futuro y ha incluido nuevas formas de planeamiento, seguimiento y control, a partir de información georeferenciada y de la participación de los beneficiarios en los distintos niveles de la toma de decisiones.

De acuerdo con ello, el trabajo se realizó simultáneamente en varios barrios para integrar distintas políticas sociales. De este modo el programa repercutió en el conjunto de la ciudad, contribuyendo a resolver problemas de urbanización, tráfico y seguridad ocasionados por la existencia de los asentamientos. A lo largo de sus tres años de existencia se han ido alcanzando todos los objetivos de forma progresiva y actualmente se pueden observar claramente los resultados.

Fechas Clave

Descripción

Situación previa a la iniciativa

En Rosario, 155.000 habitantes (el 13% de la población) ocupaban parcelas que no eran de su propiedad en 91 asentamientos informales que, irregularmente distribuidos, representaban el 10% del área urbana. Las condiciones de vida en los asentamientos eran extremadamente precarias, con un elevado índice de desempleo. Todo ello dio lugar a una situación de inseguridad en la ciudad que a su vez provocó la fragmentación del tejido urbano y la aparición de barreras que entorpecían el tráfico y de dificultades en la planificación de las redes de infraestructuras y en el acceso a los servicios públicos.

Establecimiento de prioridades

El Ayuntamiento de Rosario ya había estado interviniendo en alguno de los asentamientos durante los diez años previos al comienzo del programa. Pero, con el fin de alcanzar los objetivos de éste y fusionar las dos ciudades existentes (la formal y la informal) en un único espacio, era necesario actuar en todos los asentamientos con rapidez. Éste era el objetivo que perseguía la creación del Programa Rosario Hábitat, programa que benefició a unas 7.000 familias (42.000 personas) en su fase inicial.

La preselección de los asentamientos se realizó en función de los siguientes indicadores:

Formulación de objetivos y estrategias

El objetivo era hacer frente a los procesos de ocupación informal y mejorar la calidad de vida de las personas que residían en los asentamientos irregulares de Rosario. Se descartó la idea de erradicación y en su lugar se planteó la propuesta de trabajar en la transformación de los asentamientos en barrios estables mediante las siguientes acciones:

Movilización de recursos

El BID contribuyó con el 60% y el Ayuntamiento de Rosario con el 40% de la cantidad total de 71,7 millones de dólares EE.UU. A finales del año 2003 se había empleado el 20% de estos recursos en el proyecto. El departamento encargado del programa fue el Servicio Público de la Vivienda (SPV) de la ciudad de Rosario. Se creó además una comisión de coordinación, en la que participaron otras áreas municipales implicadas en el proyecto. El SPV ofrecía los recursos técnicos y humanos contando con la participación activa de los vecinos y de sus instituciones en las distintas fases de la elaboración y ejecución de los proyectos.

Cuando se ejecutó el Programa Rosario Hábitat la actividad del SPV se incrementó de forma significativa (cerca del 500% anual), haciéndose necesaria una mejora en la calidad de la metodología y en los perfiles de los gestores del programa, así como la incorporación de nuevas disciplinas para la animación sociocultural, para la comunicación social y para el estudio de la propiedad. Se optimizaron e informatizaron los métodos de planificación y de control, con el fin de interrelacionar los distintos proyectos del programa. Se actualizó el sistema de seguimiento y evaluación de los proyectos, para incorporar las herramientas participativas. Se incorporaron, además, otros recursos técnicos, como la aplicación de sistemas de información geográfica para la toma de decisiones en los distintos niveles y de técnicas de negociación para resolver los conflictos.

Proceso

Una vez aprobada la viabilidad de cada proyecto, el Ayuntamiento adquirió el terreno en el que las familias residían y se inició el proceso. En este punto se estableció el proyecto definitivo en colaboración con los vecinos y con otros agentes.

El primer paso fue familiarizar a los vecinos con el proyecto, mediante reuniones informales en las que se presentó el programa. Se elaboró un censo de las familias, se estudió el trazado del barrio y se dibujó un mapa.

El proceso de planificación participativa implicó la identificación de los problemas del barrio y la propuesta de distintas estrategias para hacer frente a estos problemas. Se organizaron talleres temáticos con el objetivo de ahondar en los fines del proyecto y de planificar las actividades de las distintas partes del programa: urbanas, sociales, medioambientales y de consolidación institucional. Por ejemplo, si los realojos eran necesarios, se acordaron los criterios y otras prioridades a tener en cuenta en la selección de las familias que iban a ser trasladadas a otros barrios (el número de familias realojadas nunca podía exceder el 30% del total, se seleccionó el terreno para el realojo a partir de una lista de opciones posibles y se acordaron los puntos básicos de un plan preliminar para la organización de los asentamientos a partir de las decisiones tomadas en los talleres.

Inicialmente, los delegados elegidos por los vecinos al comienzo de la intervención guiaron el proceso participativo. La experiencia pronto demostró que, para la toma de las decisiones básicas del proyecto, era necesaria la participación de todos los vecinos. Por ello, se adaptaron los instrumentos de planificación para su aplicación en talleres con un gran número de asistentes. Además se prestó mayor atención a los temas de género, no sólo incrementando la presencia de las mujeres en los talleres (y facilitando su participación con un servicio de guardería durante las reuniones), sino también garantizando su influencia en la toma de decisiones. Una vez finalizado este proceso se eligieron los delegados, que constituyeron una comisión de supervisión junto con el equipo encargado del proyecto del SPV. Basándose en los puntos acordados, se diseñó el proyecto integral definitivo, se tomaron en consideración todos los elementos del programa y comenzó su ejecución.

Durante la intervención y hasta seis meses después de la finalización del proyecto se identificaron los asuntos relacionados con la mujer, con los niños y con los jóvenes y se abordaron conjuntamente con otros departamentos municipales. Algunos de los asuntos tratados fueron la asistencia escolar, la prevención de los embarazos en la adolescencia y la violencia familiar. A lo largo del proceso también se reforzaron los lazos interpersonales entre los vecinos.

Para tratar estas cuestiones se aplicaron medidas desarrolladas conjuntamente con las organizaciones ciudadanas y con otros departamentos municipales. El objetivo era conseguir que los beneficiarios reclamaran su barrio y reforzaran sus relaciones interpersonales.

Durante el desarrollo del proyecto, se mantuvo contacto permanente con la comunidad mediante el empleo de varios medios. Los propios vecinos produjeron algunos de éstos, como boletines o emisoras de radio. La intervención concluyó con la asignación de los títulos de propiedad a los vecinos en forma de valores familiares, lo cual les protege de posibles desahucios. En el caso de convivencia en pareja sin estar casados, la propiedad se ponía a nombre de la mujer.

Resultados obtenidos

Tras haber utilizado el 20% del presupuesto, el programa ha trabajado con 3.575 familias (19.660 personas) en siete asentamientos -cada asentamiento es un proyecto integral- y se espera que se duplique el número de personas implicadas en el programa a lo largo de los próximos dos años. Entre los resultados alcanzados a día de hoy destacamos:

Sostenibilidad

En términos financieros, el Ayuntamiento entregó a los vecinos la contribución del BID (recibida a través del gobierno nacional) en forma de subvención y posteriormente recuperó la contribución local. Estos recursos constituían un fondo administrado por las comisiones de cada barrio que se empleaba para el mantenimiento de las infraestructuras existentes y para realizar mejoras en el barrio.

En términos sociales y económicos, vivir en un domicilio legal genera nuevas oportunidades de empleo y poseer un título de propiedad de vivienda facilita el acceso a créditos. Además, la formación profesional mejora considerablemente las posibilidades de obtener un empleo: el 35% de los jóvenes que han participado en la formación profesional disponen actualmente de un empleo. Recientemente se ha ofrecido formación a microempresas, que recibirán préstamos y asesoramiento si los empresarios tienen proyectos considerados como viables.

A nivel urbano, se han optimizado los costes de las infraestructuras y de los servicios, particularmente los costes de la sanidad, gracias al impacto positivo de los proyectos del programa en cuanto a las condiciones higiénicas y sanitarias de los asentamientos. Además, los resultados obtenidos han añadido valor a las zonas de los alrededores de los asentamientos incluidos en el programa.

En términos culturales, los vecinos perfeccionan sus habilidades individuales al ejercer sus derechos durante el proceso de planeamiento y de ejecución del proyecto. Además, la toma de decisiones de forma colectiva ayuda a las familias a auto-organizarse y a buscar soluciones para los nuevos problemas que surgen. Al dar prioridad a las mujeres como propietarias de las viviendas se asegura que los niños de estos asentamientos continúen beneficiándose de los títulos de propiedad que otorga el programa.

En términos ambientales, el establecimiento de redes de servicios tales como el agua, el gas y la electricidad, erradica las redes informales. Con ello se controla el consumo de servicios con el consiguiente ahorro energético.

Lecciones aprendidas

La importancia de obtener la confianza de la población

Al comienzo del programa nos encontramos con una población que había estado viviendo en condiciones físicas precarias y de exclusión social durante tres o incluso cuatro generaciones. Estos individuos habían visto muchos programas oficiales que no habían prosperado o que, sencillamente, no habían satisfecho sus expectativas. Era evidente que habían perdido la esperanza en mejorar sus condiciones de vida y en encontrar una solución de vivienda adecuada.

Ante esta situación, era necesario crear una relación entre elas autoridades y la comunidad local que permitiera superar el escepticismo inicial hacia lo que parecía simplemente una propuesta más. Sólo entonces la población estaría de verdad implicada y comprometida con el proyecto. En este sentido, la estrategia del programa se centró en la comunicación detallada de los logros reales de cada proyecto. Los mensajes siempre explicaban los posibles riesgos y los pasos a seguir para poder alcanzar cada objetivo. Toda la comunidad se implicó en la toma de decisiones y se estableció una comunicación directa con cada familia para asegurar su comprensión global del proyecto y su implicación personal en él.

Si surge un conflicto se debe aumentar la participación Con el fin de tratar los conflictos de intereses en cada comunidad y de tomar decisiones que afectaban a las familias (asignación de viviendas, traslados, realojos y beneficios sociales) era fundamental aumentar la participación. Para ello se convocó a los implicados y se expusieron los intereses de cada sector. De este modo se promovió la mediación y las negociaciones que permitieron a los vecinos, no sólo finalizar sus proyectos, sino también reforzar las redes locales y la futura sostenibilidad de la vida comunitaria, ya que a partir de entonces la población adoptó este método para la resolución de sus propios conflictos.

Si las políticas sociales cubren un área completa su impacto es mayor La creación de la comisión de coordinación del programa (constituida por todos los departamentos municipales que participan en el proyecto) permitió a Rosario Hábitat cubrir todos los tipos de intervenciones, tanto físicas como sociales, en el área en cuestión. Como consecuencia de ello ha mejorado el impacto de la intervención y la relación general entre la administración y la comunidad. Además, el programa se adecuaba a la descentralización administrativa de la ciudad y cada distrito era responsable de llevar a cabo intervenciones específicas en los distintos sectores: sanidad, promoción social, obras públicas y servicios y planificación urbana.

Transferibilidad

El Programa Rosario Hábitat ha probado que es viable que un gobierno local proponga soluciones a los problemas de la vivienda popular (en este caso mediante financiación directa y con el seguimiento de un organismo internacional). De hecho, el gobierno nacional de Argentina ha alabado el programa, proponiéndolo como modelo a imitar y a ser repetido en otras ciudades del país. El programa es el resultado de la decisión tomada por el Ayuntamiento de Rosario de hacer frente a los problemas más urgentes de la ciudad buscando soluciones y programas innovadores.

Modelos de gestión y normalización de procedimientos

El SPV dispone de una estructura operativa matricial que coordina las actividades de las distintas áreas de trabajo con el equipo de gestión del proyecto.

Los procedimientos desarrollados por esta institución podrían ser usados en otras experiencias similares.

Definición y gestión del proyecto

La formulación inicial del proyecto la realizaron los organizadores, quienes verificaron que se estaban siguiendo las directrices del programa. Un director gestionaba cada proyecto conjuntamente con un equipo interdisciplinar. El número de personas que constituían estos equipos dependía de la fase del proyecto y del tamaño del asentamiento. En todos los casos los proyectos contaban con un director, un técnico y un asistente social.

Control administrativo

Se verificaron los planes operativos definidos para cada proyecto, así como el sistema de seguimiento para asegurar el control administrativo. Al mismo tiempo, el consejero a cargo de la coordinación ejecutiva del programa hizo un seguimiento constante de los proyectos para verificar que:

Control de los presupuestos

Sistema de planeamiento y control basado en el presupuesto en base 0 para el programa.

Sistema de seguimiento y evaluación

El sistema de seguimiento y evaluación está basado en una matriz lógica en red con una definición participativa de los indicadores (incluido el indicador de género). El sistema genera informes para la gestión general del programa y para sus directivos y equipos.

Comunicación social

Se desarrollaron procedimientos específicos para acompañar y reforzar la evolución del proyecto, con el objetivo de aumentar la participación y de asegurar que los beneficiarios veían al programa como propio.

Perfil Financiero

Socio / Año 2000 2001 2002 2003
Ayuntamiento de Rosario 3,651,120 4,893,73 326,019 878,898
BID - - 153,515 2,788,877
Total (dólares EE.UU.) 3,651,120 4,893,73 479,534 3,667,775

Edición del 12-07-2004
Traducción del inglés: Anna Moll Dexeus
Revisión: María Cifuentes Ochoa
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