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País/Estado — Argentina
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — continental
Ámbito de la actuación — ciudad
Agentes — gobierno local; gobierno central; organización de base comunitaria (OBC); agencia internacional.Categorías — Uso de la información en la toma de decisiones: indicadores; sistemas de información geográfica (SIG), técnicas de cartografía; sistemas de gestión de la información; uso de tecnologías de la comunicación; mejora de la participación; medidas políticas. Vivienda y derechos humanos: carencia de hogar, personas sin hogar; dotación de infraestructura pública para una vivienda digna; habitabilidad y adecuación cultural de la vivienda; igualdad de derechos de propiedad y herencia (para las mujeres); mejora y modernización de asentamientos precarios.
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C/ Esmeralda 130 - Piso 18 Buenos Aires Argentina Tel: 54-011-43201800Colaboración financiera.
Colaboración financiera.
El Programa Rosario Hábitat es una iniciativa que surgió en la ciudad de Rosario para hacer frente al problema de los asentamientos informales desde una perspectiva global y con la participación activa de la población de dichos asentamientos. Por medio de la aplicación de una serie de políticas urbanas y sociales complementarias, el programa ha pretendido terminar con la exclusión y promover la integración física y social de la población que reside en estos asentamientos. Su objetivo principal ha sido la defensa de los derechos de los ciudadanos, garantizando a las familias una vivienda digna en propiedad, así como la propiedad del suelo y los servicios básicos urbanos. El Programa Rosario Hábitat también ha incluido medidas para proteger a los miembros más vulnerables de la comunidad, para crear oportunidades de desarrollo económico, para establecer los pilares de un cambio cultural que permita a las mujeres ejercer sus derechos y para utilizar la fuerza de la organización colectiva en la resolución de los problemas comunes.
Para alcanzar estos objetivos, el modelo de gestión se ha basado en la participación y en el consenso para resolver los conflictos y para planificar el futuro y ha incluido nuevas formas de planeamiento, seguimiento y control, a partir de información georeferenciada y de la participación de los beneficiarios en los distintos niveles de la toma de decisiones.
De acuerdo con ello, el trabajo se realizó simultáneamente en varios barrios para integrar distintas políticas sociales. De este modo el programa repercutió en el conjunto de la ciudad, contribuyendo a resolver problemas de urbanización, tráfico y seguridad ocasionados por la existencia de los asentamientos. A lo largo de sus tres años de existencia se han ido alcanzando todos los objetivos de forma progresiva y actualmente se pueden observar claramente los resultados.
La preselección de los asentamientos se realizó en función de los siguientes indicadores:
Cuando se ejecutó el Programa Rosario Hábitat la actividad del SPV se incrementó de forma significativa (cerca del 500% anual), haciéndose necesaria una mejora en la calidad de la metodología y en los perfiles de los gestores del programa, así como la incorporación de nuevas disciplinas para la animación sociocultural, para la comunicación social y para el estudio de la propiedad. Se optimizaron e informatizaron los métodos de planificación y de control, con el fin de interrelacionar los distintos proyectos del programa. Se actualizó el sistema de seguimiento y evaluación de los proyectos, para incorporar las herramientas participativas. Se incorporaron, además, otros recursos técnicos, como la aplicación de sistemas de información geográfica para la toma de decisiones en los distintos niveles y de técnicas de negociación para resolver los conflictos.
El primer paso fue familiarizar a los vecinos con el proyecto, mediante reuniones informales en las que se presentó el programa. Se elaboró un censo de las familias, se estudió el trazado del barrio y se dibujó un mapa.
El proceso de planificación participativa implicó la identificación de los problemas del barrio y la propuesta de distintas estrategias para hacer frente a estos problemas. Se organizaron talleres temáticos con el objetivo de ahondar en los fines del proyecto y de planificar las actividades de las distintas partes del programa: urbanas, sociales, medioambientales y de consolidación institucional. Por ejemplo, si los realojos eran necesarios, se acordaron los criterios y otras prioridades a tener en cuenta en la selección de las familias que iban a ser trasladadas a otros barrios (el número de familias realojadas nunca podía exceder el 30% del total, se seleccionó el terreno para el realojo a partir de una lista de opciones posibles y se acordaron los puntos básicos de un plan preliminar para la organización de los asentamientos a partir de las decisiones tomadas en los talleres.
Inicialmente, los delegados elegidos por los vecinos al comienzo de la intervención guiaron el proceso participativo. La experiencia pronto demostró que, para la toma de las decisiones básicas del proyecto, era necesaria la participación de todos los vecinos. Por ello, se adaptaron los instrumentos de planificación para su aplicación en talleres con un gran número de asistentes. Además se prestó mayor atención a los temas de género, no sólo incrementando la presencia de las mujeres en los talleres (y facilitando su participación con un servicio de guardería durante las reuniones), sino también garantizando su influencia en la toma de decisiones. Una vez finalizado este proceso se eligieron los delegados, que constituyeron una comisión de supervisión junto con el equipo encargado del proyecto del SPV. Basándose en los puntos acordados, se diseñó el proyecto integral definitivo, se tomaron en consideración todos los elementos del programa y comenzó su ejecución.
Durante la intervención y hasta seis meses después de la finalización del proyecto se identificaron los asuntos relacionados con la mujer, con los niños y con los jóvenes y se abordaron conjuntamente con otros departamentos municipales. Algunos de los asuntos tratados fueron la asistencia escolar, la prevención de los embarazos en la adolescencia y la violencia familiar. A lo largo del proceso también se reforzaron los lazos interpersonales entre los vecinos.
Para tratar estas cuestiones se aplicaron medidas desarrolladas conjuntamente con las organizaciones ciudadanas y con otros departamentos municipales. El objetivo era conseguir que los beneficiarios reclamaran su barrio y reforzaran sus relaciones interpersonales.
Durante el desarrollo del proyecto, se mantuvo contacto permanente con la comunidad mediante el empleo de varios medios. Los propios vecinos produjeron algunos de éstos, como boletines o emisoras de radio. La intervención concluyó con la asignación de los títulos de propiedad a los vecinos en forma de valores familiares, lo cual les protege de posibles desahucios. En el caso de convivencia en pareja sin estar casados, la propiedad se ponía a nombre de la mujer.
En términos sociales y económicos, vivir en un domicilio legal genera nuevas oportunidades de empleo y poseer un título de propiedad de vivienda facilita el acceso a créditos. Además, la formación profesional mejora considerablemente las posibilidades de obtener un empleo: el 35% de los jóvenes que han participado en la formación profesional disponen actualmente de un empleo. Recientemente se ha ofrecido formación a microempresas, que recibirán préstamos y asesoramiento si los empresarios tienen proyectos considerados como viables.
A nivel urbano, se han optimizado los costes de las infraestructuras y de los servicios, particularmente los costes de la sanidad, gracias al impacto positivo de los proyectos del programa en cuanto a las condiciones higiénicas y sanitarias de los asentamientos. Además, los resultados obtenidos han añadido valor a las zonas de los alrededores de los asentamientos incluidos en el programa.
En términos culturales, los vecinos perfeccionan sus habilidades individuales al ejercer sus derechos durante el proceso de planeamiento y de ejecución del proyecto. Además, la toma de decisiones de forma colectiva ayuda a las familias a auto-organizarse y a buscar soluciones para los nuevos problemas que surgen. Al dar prioridad a las mujeres como propietarias de las viviendas se asegura que los niños de estos asentamientos continúen beneficiándose de los títulos de propiedad que otorga el programa.
En términos ambientales, el establecimiento de redes de servicios tales como el agua, el gas y la electricidad, erradica las redes informales. Con ello se controla el consumo de servicios con el consiguiente ahorro energético.
Ante esta situación, era necesario crear una relación entre elas autoridades y la comunidad local que permitiera superar el escepticismo inicial hacia lo que parecía simplemente una propuesta más. Sólo entonces la población estaría de verdad implicada y comprometida con el proyecto. En este sentido, la estrategia del programa se centró en la comunicación detallada de los logros reales de cada proyecto. Los mensajes siempre explicaban los posibles riesgos y los pasos a seguir para poder alcanzar cada objetivo. Toda la comunidad se implicó en la toma de decisiones y se estableció una comunicación directa con cada familia para asegurar su comprensión global del proyecto y su implicación personal en él.
Si surge un conflicto se debe aumentar la participación Con el fin de tratar los conflictos de intereses en cada comunidad y de tomar decisiones que afectaban a las familias (asignación de viviendas, traslados, realojos y beneficios sociales) era fundamental aumentar la participación. Para ello se convocó a los implicados y se expusieron los intereses de cada sector. De este modo se promovió la mediación y las negociaciones que permitieron a los vecinos, no sólo finalizar sus proyectos, sino también reforzar las redes locales y la futura sostenibilidad de la vida comunitaria, ya que a partir de entonces la población adoptó este método para la resolución de sus propios conflictos.
Si las políticas sociales cubren un área completa su impacto es mayor La creación de la comisión de coordinación del programa (constituida por todos los departamentos municipales que participan en el proyecto) permitió a Rosario Hábitat cubrir todos los tipos de intervenciones, tanto físicas como sociales, en el área en cuestión. Como consecuencia de ello ha mejorado el impacto de la intervención y la relación general entre la administración y la comunidad. Además, el programa se adecuaba a la descentralización administrativa de la ciudad y cada distrito era responsable de llevar a cabo intervenciones específicas en los distintos sectores: sanidad, promoción social, obras públicas y servicios y planificación urbana.
Los procedimientos desarrollados por esta institución podrían ser usados en otras experiencias similares.
Socio / Año | 2000 | 2001 | 2002 | 2003 |
Ayuntamiento de Rosario | 3,651,120 | 4,893,73 | 326,019 | 878,898 |
BID | - | - | 153,515 | 2,788,877 |
Total (dólares EE.UU.) | 3,651,120 | 4,893,73 | 479,534 | 3,667,775 |
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