Buenas Prácticas > América Latina y el Caribe > Concurso Internacional 2002 > http://habitat.aq.upm.es/bpal/onu02/bp527.html |
Fecha de referencia: 26-06-2002
Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 2002, y catalogada como BEST.
(
Best Practices Database.)
País/Country: Colombia
Región según Naciones Unidas: América Latina
Ámbito de la actuación: metropolitana, ciudad, pueblo
Región ecológica: montañosa
Instituciones: institución cultural, privada, sin ánimo de lucro.
Categorías = Servicios sociales: educación y ocio. Compromiso cívico y
vitalidad cultural: participación ciudadana; vitalidad social y
cultural; expresión y animación; educación cívica; arte. Infancia
y juventud: 0 a 9 años; de 10 años a la edad adulta; programas
culturales y recreativos; programas de apoyo comunitario;
circunstancias especialmente difíciles (abuso, abandono,
prostitución infantil, violencia y desplazamiento); grupos
vulnerables.
Contacto principal:
Pilar Velilla Moreno directora
Museo de Antioquia institución cultural, privada, sin ánimo
de lucro.
Carrera 52 # 52-53
Medellín, Colombia.
Teléfono: (4) 251 36 36
Fax: (4) 251 08 74
E-mail: museodeantioquia@epm.net.co
Socios
Para cada estrategia, buscamos un asociado específico, afín a la
actividad que vayamos a emprender. Hemos recibido el respaldo de
diferentes empresas privadas y públicas. La Alcaldía de
Medellín entregó en comodato en el año 1998 la nueva sede del
Museo, financió su adaptación para el uso específico que se le
daría y construyó la Plaza Botero, espacio que sirve de zona de
acogida a la institución. Numerosas empresas privadas, como
Bancolombia, Terpel, Conavi, Compaq,
Almacenes Éxito, Comfenalco, Mineros de Antioquia,
Cervunión, Pintuco, Corana, entre otras,
participaron del programa `Adopción de Salas', que permitió
financiar el amoblamiento y la dotación de las instalaciones. Las
empresas públicas de Medellín comienzan a patrocinar a partir de
abril de 2002, nuestro programa principal `Este domingo el museo
es de...', que entrega el museo el primer domingo del mes a un
barrio de la ciudad de forma gratuita. Como éste, tratamos de
lograr que todos los proyectos y programas del Museo de Antioquia
tengan un asociado específico, público o privado, para
complementar las rentas que obtiene directamente la institución
por la venta de servicios y de derechos de autor.
Si bien recibe donaciones, el Museo de Antioquia tiene como
política ofrecer a sus posibles asociados proyectos lucrativos
social y económicamente. A cambio de su inversión financiera o
en especie, el asociado recibe la satisfacción de contribuir de
algún modo al desarrollo integral de la comunidad. Pero además,
obtiene un plan de mercadeo social que les representa múltiples
beneficios a nivel de publicidad, promoción de su imagen
institucional o servicios del museo, como cesión de espacios para
la realización de eventos, boletería, visitas guiadas, etc. Esta
política es válida incluso para el sector oficial, pues, si bien
el museo cumple una parte importante del deber que el estado
tiene con la comunidad, no pretendemos que nos regale recursos,
sino que compre nuestros servicios y proyectos en beneficio de
los sectores de la población que interesan a ambas partes. Aún
en el esfuerzo, la institución no quiere quitarle la
responsabilidad al estado.
Allí nace `Gozar el Museo', un proyecto institucional que
involucra todas las áreas de la entidad, que es la vida cotidiana
del museo y que pone espacios, recursos y programas al alcance
de la población para que se adueñe de ellos y los convierta en
motores de superación personal. El proyecto pretende ampliar
nuestra capacidad de convocatoria, motivar a los públicos para
que se acerquen al museo y crear las condiciones más gratas y
afines a ellos, obedeciendo a criterios de inclusión social.
Queremos que de esa manera sientan sus raíces y las hagan parte
de su cotidianidad.
En otras palabras, brindamos la posibilidad de que los ciudadanos
se apropien del patrimonio a partir del disfrute, del placer más
que del conocimiento formal; ofrecemos un museo para gozar, no
para aprender, pues sólo después de gozar algo, sean sustancias
o cosas, es posible aprender acerca de ellas. Y lo hacemos porque
sabemos que el contacto permanente con las artes y las
expresiones culturales, incide en forma positiva en el
comportamiento, la capacidad cognoscitiva de los individuos y,
por lo tanto, en el mejoramiento de sus condiciones de vida.
1997: inicio del actual proceso de renovación urbanística,
arquitectónica e institucional.
2000: llegada de las 170 obras de la `Donación Fernando Botero'.
15 de octubre de 2000: inauguración de la nueva sede. Toma
infantil.
26 de enero de 2002: inauguración de la Plaza Botero.
11 de noviembre de 2001: inicio del programa de barrios `Este
domingo el museo es de...'
Situación antes del comienzo de la iniciativa
En los años noventa, la institución entró en crisis: recursos
económicos insuficientes hasta para pagar servicios públicos y
salarios; poco espacio para exhibir la colección y un número
ínfimo de visitantes, debido al deterioro progresivo del entorno
urbano ocasionado por la invasión del espacio público, el
comercio informal, la congestión vehicular, la presencia de
indigentes y el ejercicio de la prostitución, incluso en la
fachada del museo. Por eso, la nueva administración de la entidad
decidió reformar integralmente la institución.
Establecimiento de prioridades
El equipo de trabajo del museo, encabezado por su nueva
directora, estableció dos prioridades fundamentales: conseguir
una nueva sede, donde se exhibiera dignamente una parte
significativa de las colecciones que cuentan el desarrollo del
arte y la historia de la región, y poner tanto las obras como el
edificio al servicio de la comunidad. Decidimos poner el énfasis
en los niños de cualquier condición y en los sectores de menores
recursos económicos, quienes tradicionalmente han sido marginados
del disfrute de la lúdica y de las actividades culturales de alta
calidad, para que incorporen ambas posibilidades a su
cotidianidad.
Formulación de objetivos y estrategias
Objetivos y estrategia son definidos por el equipo de trabajo.
El objetivo primordial es cumplir una función social: poner las
artes, la cultura y la historia, representadas en el patrimonio
que conservamos, al servicio de la comunidad. Para eso creamos
`Gozar el Museo', un programa social que busca mantener la
presencia de todos nuestros públicos, con énfasis en el público
infantil y el de estratos socio-económicos bajos, en su museo y
en las actividades que realiza. No trabajamos para élites
cerradas, sino para toda una población, lastimada de una u otra
forma por la violencia y el abandono estatal. Y lo hacemos a
partir del goce, del placer, como factor de aproximación y camino
hacia el desarrollo integral.
Movilización de recursos
Partimos de la `Donación Botero', casi doscientas obras de arte
aportadas por el artista Fernando Botero, que enriquecieron
nuestras colecciones, motivaron el interés de la sociedad hacia
el Museo de Antioquia y dieron vida a la Plaza Botero, un espacio
público de alta calidad para todos los ciudadanos, sin
distinciones, que sirve de antesala a la institución y que ha
impulsado un proceso de renovación urbanística en el deteriorado
centro de Medellín.
La alcaldía entregó en comodato el antiguo Palacio Municipal,
adecuó la estructura como museo y costeó la construcción de la
Plaza Botero.
Los demás recursos económicos y técnicos, desde equipos y
amoblamiento, hasta la financiación del funcionamiento y de los
programas sociales gratuitos, provienen exclusivamente de la
gestión del museo. Ante la casi nula participación del estado,
implementamos un plan de mercadeo social que vende servicios,
ofrece convenios y proyectos atractivos a la empresa privada y
a otros organismos. El personal (cincuenta personas, en su
mayoría destinadas a cargos operativos) es pagado directamente
por la institución. Nos esforzamos por contratar personas
afectadas por la problemática social que rodea el entorno del
museo, como prostitutas e indigentes. Iniciamos con tres plazas,
aunque planeamos crear más vacantes para ellos próximamente.
Proceso
Una vez superadas, o por lo menos asumidas, las limitaciones
presupuestales y la apatía del estado, encontramos que la mayor
dificultad era comunicar una noción de `museo' diferente a la
tradicional.
En otros países y en círculos intelectuales o artísticos
distintos del nuestro, es lógico saber que los museos conservan
el patrimonio y que ponerlo al servicio de la población, es un
aporte efectivo a su desarrollo. Pero en una sociedad
estratificada como la nuestra, la relación con el arte, cuando
se da, se desplaza hacia élites sociales o culturales y se vuelve
excluyente, incluso se establece un lenguaje aparte, inaccesible
para los demás. De ahí que la mayoría considera los museos como
lugares aburridos, elitistas o lejanos, en donde las personas
comunes no tienen cabida.
Derribar ese mito, abrir el museo para todos y demostrar que el
contacto con las manifestaciones culturales es aún más urgente
en una sociedad como ésta, son nuestros principales retos.
Para lograrlo, dimos entrada gratuita permanente a los estratos
socioeconómicos 1, 2 y 3 y a todos los niños menores de 12 años.
Además, subsidiamos la entrada al público general (2,5 dólares)
y estudiantil (1,5 dólares). Ofrecemos también un 85 por ciento
de la programación cultural de forma gratuita.
Pero entendemos que eso no es suficiente. Por eso, implementamos
estrategias diseñadas para que distintos públicos sean
`atrapados' por la delicia de estar aquí y hagan de la visita al
museo una actividad cotidiana y de disfrute cultural y
recreativo. Las estrategias son las siguientes:
Resultados alcanzados
En poco más de un año, el Museo de Antioquia se convirtió en el
más visitado del país. Nuestras encuestas demuestran que más de
un ochenta por ciento de los visitantes son colombianos, algo
curioso en el mundo de los museos.
Ese tiempo es aún insuficiente para demostrar el impacto de la
relación entre comunidad y museo, pero los sondeos cualitativos
efectuados en grupos representativos, muestran una satisfacción
profunda por los servicios y, más importante para nosotros, por
las sensaciones de bienestar que experimentan aquí y que desean
replicar o mantener en su vida cotidiana. Ese resultado, conlleva
a otro igualmente importante: el Museo de Antioquia y la Plaza
Botero se han convertido en espacios de encuentro, de integración
de la ciudad, pues la acogida ha sido similar en los distintos
sectores socio-económicos de Medellín y todos ellos se ponen en
contacto y se relacionan aquí, en igualdad de condiciones. A esta
situación contribuye además, su ubicación estratégica en pleno
centro de la ciudad, que convierte el museo y la plaza en puntos
de convergencia, de unión entre las zonas en las que está
dividida Medellín, no sólo administrativamente, sino también por
las barreras que impone el desconocimiento, la indiferencia y la
intolerancia.
A medida que afianzamos nuestros programas, avanzamos en el
establecimiento de convenios con otras instituciones y empresas
que nos ayudan a desarrollarlos. Algunas nos facilitan materiales
y equipos, otras, recursos humanos y económicos, con una
respuesta cada vez mayor.
Un impacto tangible es el cambio urbanístico que se ha dado en
el entorno del Museo de Antioquia y su Plaza Botero. De ser uno
de los sectores más agobiantes del centro de Medellín, el sector
se ha convertido en uno de los más gratos, reactivando la
economía en torno suyo y atrayendo públicos que antes evitaban
circular por la zona.
`Niños en armonía' nos permitirá evaluar nuestra filosofía `Gozar
el Museo'. Durante todo el año, veinte niñas del hogar Mamá
Margarita, que trabaja con menores en riesgo de convertirse en
prostitutas, participarán de un programa piloto, diseñado para
aplicar nuestra metodología y registrar los cambios que, a partir
de ella, ocurran en distintos aspectos del desarrollo de las
niñas.
Sostenibilidad
Financiera. Mantenemos la planta de personal en los mínimos
indispensables para operar. Aplicamos una política de austeridad,
sin rebajar la calidad de los servicios y recursos. Hemos puesto
a funcionar distintas empresas comerciales, como alquiler de
espacios, venta de servicios (restauración, marquetería,
organización de eventos, café), venta de derechos de autor y
montaje de tiendas (la Tienda del Museo fue la más exitosa de su
tipo en el país). La taquilla representa el diez por ciento de
nuestros gastos de operación. Pronto funcionará nuestra Sociedad
de Amigos. Además, cada proyecto es ofrecido a un posible
patrocinador, a cambio de beneficios publicitarios o sociales.
Insistiremos ante las instancias gubernamentales para que el
estado cumpla su deber, comprando servicios por un valor
equivalente al cuarenta por ciento de los gastos anuales de
operación. Nuestro compromiso es conseguir el sesenta por ciento
restante a través de nuestro trabajo, representado en las
actividades anteriormente expuestas.
Social y económica: La inclusión de sectores marginales y
conflictivos de la sociedad es nuestro propósito primordial; por
lo tanto, todos los grupos humanos, especialmente los niños,
serán siempre el objetivo de nuestros programas, pues así
garantizamos una mejor proyección de nuestros objetivos en las
nuevas generaciones de adultos.
Cultural. Nuestros recursos están destinados a conservar el
patrimonio que custodiamos y ponerlo al servicio de la comunidad,
reconociendo nuestro valor como cultura antioqueña, colombiana
y latinoamericana. Por ello, todos los grupos que ingresan al
museo son recibidos de igual manera, con calidez y respeto, sin
distinciones de origen, formación o nivel económico.
Ambiental. Si bien nuestro objeto de trabajo es el arte,
procuramos difundir el cuidado y la preservación del medio
ambiente. En el mes de junio, por ejemplo, dedicaremos una semana
a una región del país que padece graves daños ecológicos: la
selva tropical del departamento del Chocó, en el Pacífico
colombiano, afectada por la extracción minera y maderera. Además,
fomentamos en los niños el aprovechamiento de materiales
reciclables.
Lecciones aprendidas
La lección fundamental es que, tal como suponíamos y más allá de
nuestras expectativas, la gente responde positivamente al
contacto con el arte y la cultura, se apropia de ella y exige
cada vez más, sobre todo en sociedades marginales y violentas
como la nuestra. No es apatía ni disgusto lo que mantiene
alejadas del arte y las expresiones culturales a las comunidades
de alto riesgo, de menores recursos o, inclusive, de clases
socioeconómicas medias y altas que no comprenden su sentido; es
el desconocimiento, la exclusión que tradicionalmente se ha hecho
a ciertos sectores, la ausencia de estas manifestaciones en la
formación tradicional y la manera en que las instituciones
abordan a los públicos o permanecen indiferentes ante ellos.
Niños que quieren quedarse a dormir en el museo y organizan un
mitin protestando porque «¡no nos queremos ir!» o miles de
personas de diversos orígenes que permanecen de pie, expectantes
hasta el final en un concierto de ópera en medio de la Plaza
Botero, un sábado en la noche que parece interminable porque
todos gritan al final «¡otra!», son apenas algunos ejemplos
maravillosos de lo que se vive en el museo y que se puede lograr
cuando se les ofrecen opciones a las comunidades. Por eso no
podemos subestimar la receptividad del público y la utilidad del
arte y la cultura en la mejora de su calidad de vida.
Comprobamos que el placer, el gozo, es el camino idóneo que
permite acercarnos a las personas que nunca han accedido a estas
expresiones artísticas, culturales y recreativas. Nosotros
decimos que el mejor ejemplo es el de los helados: no se necesita
ser un experto en el tema para disfrutarlos.
Aprendimos también que es posible crear empresas rentables en el
mundo de la cultura, sin sacrificar la vocación de servicio y
excelencia. Es una tarea ardua, pero las empresas privadas
responden cuando se les ofrecen proyectos rentables, social y
económicamente. Es necesario que el sector cultural comprenda que
no puede esperar a que los recursos lleguen mágicamente, hay que
trabajar duro para conseguir una supervivencia digna.
Transferibilidad
A pesar de la corta edad del proyecto, `Gozar el Museo' comienza
a recibir el reconocimiento en el ámbito de los museos de América
Latina. Instituciones de distintas ciudades colombianas y
latinoamericanas han manifestado su interés por conocer nuestra
metodología de trabajo en el campo social y también en el
económico.
Sabemos que la sostenibilidad económica del Museo de Antioquia
tiene perplejas a otras entidades culturales colombianas,
víctimas en su mayoría de la misma indiferencia estatal y
acostumbradas a vivir en un estado de crisis permanente. Más
impactados aún quedan los gestores culturales europeos, quienes
reciben periódicamente del estado, los recursos que necesitan
para funcionar. Comprobamos que hay una manera distinta de
financiar las actividades y los espacios culturales. Estas
instituciones pueden generar recursos propios, simplemente
valorando los servicios que presta y ofreciéndoselos a quienes
pueden costearlos. La Tienda del Museo, el Café Botero, las
visitas guiadas especializadas o el parqueadero son algunos
ejemplos exitosos.
Además, comprobamos que el sector privado sí puede interesarse
por este tipo de entidades, siempre y cuando se les ofrezcan
proyectos de forma atractiva, destacando el beneficio social de
las iniciativas en las que invertirán y las contraprestaciones
que obtendrán a nivel publicitario y de servicios. Pero además,
resulta clave el reconocimiento general que ha obtenido el museo
gracias a su labor social e integradora, que le ha valido un
prestigio como referente urbano de la ciudad ante Colombia y el
mundo, y que le aporta a las empresas que deciden vincularse a
los proyectos, un valor agregado a su propia imagen
institucional.
Hemos puesto nuestra forma de trabajar a disposición de todas las
instituciones que desean conocerla, sin reservarnos ningún
detalle de la planificación y la ejecución de proyectos sociales,
culturales y económicos. Para ello iniciamos la labor de difusión
a través de cualquier recurso al que tengamos acceso:
participamos en congresos y seminarios, brindamos asesorías
directas, relatamos a través de los medios de comunicación...
Queremos, además, establecer convenios con otras instituciones,
no sólo con otros museos, para garantizar la continuidad de
nuestros programas.
Lo reciente del proceso impide conocer qué aplicaciones se han
concretado, pero sabemos, por ejemplo, que el Museo Nacional, el
más antiguo de Colombia, ubicado en Bogotá, está interesado en
replicar el programa de barrios `Este domingo el Museo es de...'
Lo mismo ha manifestado La Casa del Teatro, una corporación de
Medellín que se dedica a la labor teatral. Esto quiere decir que
los programas sociales del Museo de Antioquia no son aplicables
únicamente a esta institución en particular. Las filosofías
comprendidas en Gozar el Museo son válidas para cualquier tipo
de establecimiento cultural o educativo. Inclusive, corroboramos
que el desarrollo de una misión social y el goce como camino de
aproximación a públicos ajenos a la labor de una entidad, son
principios efectivos para cualquier organización, sin importar
el tipo de actividad a la que se dedique, su carácter privado o
público, si tiene o no ánimo de lucro. Nos satisface saber que
nuestra misión social es trasladada al corazón de empresas e
industrias privadas, cuando deciden patrocinar nuestros proyectos
y que cuando un proyecto o institución tiene un carácter
integrador, la gente y los diversos sectores de la sociedad se
interesan por conocerlo y participar en él.
Perfil financiero
Vengo a comprobar si lo que se dice de la labor social del Museo
de Antioquia es un mito o una realidad.
Enero de 2002
Año
Presupuesto
total en
dólares
EEUU
Portafolio
de
productos y
servicios
Productos y
servicios
comprados por
el gobierno
local y
regional
Productos y
servicios
comprados
por el
gobierno
nacional
Productos y
servicios
comprados
por empresas
privadas y
particulares
1997
181.800
20%
8%
2%
10%
2001
1.034.000
100%
4,5%
0%
95,5%
Buenas Prácticas > América Latina y el Caribe > Concurso Internacional 2002 > http://habitat.aq.upm.es/bpal/onu02/bp527.html
Ciudades para un Futuro más Sostenible
Búsqueda |
Buenas Prácticas |
Documentos |
Boletín CF+S |
Novedades |
Convocatorias |
Sobre la Biblioteca |
Buzón/Mailbox
Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid
—
Universidad Politécnica de Madrid
Grupo de Investigación en Arquitectura, Urbanismo y Sostenibilidad
Departamento de Estructuras y Física de la Edificación
—
Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio