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Fecha de referencia: 26-06-2002
Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 2002, y catalogada como BEST.
(
Best Practices Database.)
País/Country: Irak
Región según Naciones Unidas: Estados Árabes
Ámbito de la actuación: barrio
Región ecológica: árida y semiárida
Instituciones: gobierno central, gobierno local.
Categorías = Gestión ambiental: higiene ambiental; creación de zonas
verdes en la ciudad; introducción de criterios ecológicos en
el entorno urbano; reducción de la contaminación.
Infraestructuras, comunicaciones y transporte: abastecimiento
de agua potable; saneamiento; gestión y tratamiento de
residuos. Buena gestión urbana: recursos humanos y formación
de dirigentes; fomento de la colaboración pública y privada;
movilización de recursos.
Contacto principal:
Francis Dubois
Neighbourhood Rehabilitation Project (IRQ/97/001)
UNDP / Baghdad Office
Iraq
Teléfono: 964 1 8861332 / 8874321
Teléfono: 1 212 9633558 / 9633010
Fax: 1 212 9633081 / 9633009
Gobierno local
Socio:
Ayuntamiento de Bagdad
Baghdad Municipality
Gobierno local
Colaboración financiera
Socio:
Ministerio de Educación
Ministry of Education
Baghdad
Iraq
Gobierno central
Colaboración administrativa
Socio:
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales
Ministry of Labour and Social Affairs
Baghdad
Iraq
Gobierno central
Colaboración administrativa
Colaboradores adicionales:
Cooperativas locales de servicios.
Representantes locales de las comunidades de residentes.
Federación Iraquí de Mujeres / Federation of Iraqi
Women: colaboración política y administrativa.
Federación Iraquí de Jóvenes y Estudiantes / Federation
of Iraqi Youth and Students: colaboración política y
administrativa.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD): colaboración financiera y administrativa.
United Nations Children Fund (UNICEF):
colaboración financiera.
Oficina de las Naciones Unidas de Coordinación
Humanitaria para Iraq (UNOHCI): colaboración
financiera.
Oficina de Ayuda Humanitaria de la Unión Europea
(ECHO): colaboración financiera.
Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos
Humanos (UNHABITAT)
La Oficina de Ayuda Humanitaria de la Unión Europea --European Community Humanitarian Office (ECHO)--
se unió posteriormente al proyecto destinando fondos para la
rehabilitación de los servicios de agua y de alcantarillado de
las áreas incluidas en el programa y de otras adyacentes. La
Oficina de Ayuda también ha apoyado a la municipalidad de
Bagdad y ha reforzado su capacidad para mejorar las
condiciones del entorno urbano, dando prioridad a las
necesidades inmediatas de las comunidades seleccionadas para
el proyecto, reduciendo los riesgos de enfermedades y
utilizando las ventajas del programa Petróleo por
Alimentos.
Situación previa a la iniciativa
Las áreas residenciales de lo que fue en su día una ciudad
moderna y sofisticada se encontraban en muy mal estado. Las
calles, con grandes baches, recogían aguas sin tratar
procedentes del alcantarillado debido a la inundación de las
fosas sépticas; en los espacios abiertos se acumulaban
escombros y basuras sin recoger y no existía ninguna esperanza
de arreglar el desastre. Los servicios de suministro
eléctrico, abastecimiento de agua y alcantarillado habían
quedado inoperativos durante las hostilidades del Golfo y solo
se llegaron a restablecer parcialmente, de manera que eran
incapaces de cubrir la demanda. Todos los servicios quedaron
interrumpidos por las municipalidades.
Establecimiento de prioridades
Todos los asentamientos iraquíes estaban afectados. Se
llevaron a cabo numerosas consultas y reuniones con los
residentes de las comunidades que habían sido seleccionadas,
para identificar y hacer una relación de los problemas y
prioridades de los asentamientos y para proponer soluciones.
Los principales problemas eran:
Formulación de objetivos y estrategias
Los objetivos y las estrategias se basaban en la premisa de
que, a pesar de los severos inconvenientes, se puede hacer
mucho para mejorar las condiciones de vida de los
asentamientos Iraquíes a través del apoyo de las
organizaciones no gubernamentales y de los habitantes de las
áreas en continuo deterioro. Las autoridades municipales,
reconociendo la necesidad de poner freno a la degradación y de
proteger las infraestructuras urbanas, están dispuestas a
concentrar sus esfuerzos en tareas técnicas que las
comunidades no tienen la capacidad de realizar.
La idea que subyace en el proyecto es la de fomentar la
participación de la comunidad en el desarrollo de la
rehabilitación del barrio. Mediante los talleres de trabajo
conjuntos y las reuniones se ha conseguido aproximar a la
población y a las autoridades municipales para formar una
colaboración duradera. El establecimiento de cooperativas en
las comunidades, en coordinación con la federación de
corporativas, para trabajar como centros neurálgicos y el
establecimiento en la municipalidad de la Cuadrilla de
Trabajadores para la rehabilitación de barrios se percibieron
como movimientos estratégicos hacia la cooperación para
alcanzar la sostenibilidad. En las circunstancias reinantes
era evidente que ambos colaboradores necesitarían apoyo y
capacitación para poder realizar y mantener sus respectivas
partes del trabajo.
Movilización de recursos
Las redes de infraestructuras de las áreas seleccionadas, a
pesar de incluir agua corriente, alcantarillado, drenaje,
electricidad y estaciones de servicio, estaban abandonadas y
apenas funcionaban. La causa principal de esta situación era
la falta de inversiones procedentes de las comunidades y de
las municipalidades, por lo que se recurrió a la financiación
exterior, obteniendo respuesta del PNUD, de la Oficina del
Programa para Iraq --Office of Iraq Programme
(OIP)-- y la ECHO. Estas instituciones convinieron en
financiar la iniciativa piloto como parte de las
contribuciones humanitarias a Irak. Los recursos técnicos y
humanos proceden del reclutamiento de equipos de ingenieros
locales. La municipalidad de Bagdad propuso la formación de un
equipo de coordinación y las ONGs contribuyeron participaron
en la selección de los voluntarios entre los residentes. LJN-HABITAT aportó su experiencia en participación comunitaria y
ofreció asesoramiento técnico. También se accedió a otros
proyectos de Naciones Unidas para las actividades humanitarias
en las áreas seleccionadas. Se formaron grupos de trabajo
vecinales para realizar las actividades por bloques. El equipo
ejecutivo y los ingenieros municipales se encontraron con que
el equipamiento municipal para apoyar las actividades de la
comunidad era escaso y fue necesario contar con un apoyo extra
para organizar el trabajo de la comunidad. Se realizaron
seguimientos puerta por puerta para analizar el tejido social
de las comunidades elegidas en el que se debía difundirse el
espíritu de participación comunitaria.
Un consultor publicitario ha seguido el progreso durante todas
las etapas de la realización y ha contribuido a diseñar y
desarrollar campañas educativas con carteles y anuncios
publicitarios en la televisión. La municipalidad ha
proporcionado un experto en residuos sólidos con el fin de
determinar los problemas del sistema de recogida de basuras,
de esbozar recomendaciones para la mejora de éste y de
analizar si el reciclaje de basuras podría constituir una
fuente de ingresos. Se ha demostrado que, en efecto, sería una
buena inversión pero debido al riesgo de desastres naturales
no se ha puesto en funcionamiento todavía.
Proceso
El proceso se enfrentaba a dos retos principales. Primero,
ganar la confianza de la población y convencerles de que
tendrían más oportunidades de que la municipalidad atendiese
sus problemas si participaban en mantener su entorno limpio y
verde. La segunda era convencer al gobierno local de Bagdad de
que con la participación de la comunidad su trabajo se vería
reducido, resultaría más fácil y gratificante, y aumentarían
los recursos asignados a las comunidades donde funcionase la
participación.
Dadas las precarias condiciones de vida ocasionadas por la
interrupción de los servicios y de su mantenimiento, las
comunidades habían caído en la apatía y culpaban a la
municipalidad de la carencia de servicios y del estado ruinoso
de su entorno. Por otro lado, la municipalidad contaba con
escasos vehículos que funcionasen y la maquinaria y los
equipamientos eran insuficientes, lo que afectaba su capacidad
para servir a las áreas de la actuación. Dada su
predisposición, ambas partes eran reacias a la colaboración y
fue necesario un proceso intensivo de asesoramiento. La
aptitud psicológica, la paciencia y la habilidad para hablar,
escuchar y tratar con las comunidades han resultado ser de
crucial importancia para los equipos locales. Asimismo, para
cambiar la actitud de los funcionarios municipales, los
encargados de la gestión del proyecto necesitaron experiencia,
diplomacia, perseverancia y dotes de negociación. Los
preparativos para las reuniones con ambas partes y para las
reuniones comunes necesitaban tiempo y un diseño cuidadoso, ya
que no existía ningún otro contacto previo para trabajar con
las comunidades. Para lograr que se realizasen los acuerdos de
colaboración, el equipo ejecutivo necesitó primero someterse a
un proceso de sensibilización, de orientación y de formación
exhaustiva. De no haber sido así, su falta de sensibilidad o
un enfoque erróneo podría haber arruinado todo el esfuerzo.
Más adelante, el propio equipo ejecutivo sería el responsable
de formar a la plantilla municipal para tratar con las
comunidades.
Hacer llegar la información a un amplio número de ciudadanos
(2.200 hogares, alrededor de 22.000 personas) fue una ardua
tarea, dado que la participación ciudadana nunca había sido
introducida en Irak. Sensibilizar a los vecinos sobre los
beneficios de la participación comunitaria no era fácil y no
convenía precipitarse. La población había disfrutado de unos
servicios completos en el pasado y la reacción ante su
interrupción era de indignación, haciendo aún más difícil la
confianza en su posible colaborador. La municipalidad estaba
al corriente de esto y consideraba a los residentes de estos
barrios como personas arrogantes y desagradecidas. Por esto
era necesario aproximar a las dos partes con sumo cuidado para
que se abriesen a la idea de formar un equipo. Las ONGs
locales fueron un instrumento muy útil para persuadir a las
comunidades de que aceptasen a la municipalidad como
colaborador. Finalmente se creó una confianza mutua entre los
trabajadores municipales y la población a través de las
reuniones conjuntas y de las actividades celebradas para
limpiar el entorno.
Lentamente se fueron superando los problemas iniciales.
Surgieron nuevas posibilidades de tratar directamente con las
comunidades y éstas, a su vez, se dieron cuenta de que podían
identificar sus problemas y sus prioridades, y que podían
comunicarse con la municipalidad para pedir ayuda; era obvio
que había aumentado su deseo de participar en la mejora de sus
barrios. La implicación del gobierno municipal de Bagdad en
resolver los problemas señalados por los ciudadanos aumentó
las expectativas de una cooperación más amplia y aportó nuevos
conocimientos sobre como trabajar con las comunidades. El
establecimiento de una cooperativa de servicios en cada
barrio, a pesar de que inicialmente fue acogido con
escepticismo por la población, es ahora una prueba de que
finalmente se ha entendido el espíritu del proyecto.
Los problemas que restan por solucionar son:
Resultados obtenidos
La participación comunitaria se ha introducido como un
servicio municipal y una herramienta de mantenimiento, y está
funcionando. La institucionalización del enfoque ha comenzado
por el establecimiento de una Unidad Central en el
Ayuntamiento de Bagdad. Los barrios que participan en el
proyecto están más limpios que los de los alrededores y la
sobrecarga del sistema de alcantarillado ya no es un problema
grave. La salud ambiental ha mejorado, las cooperativas se
encargan de mantener los servicios de la comunidad y los niños
juegan en lugares limpios. Actualmente, otros barrios han
solicitado incorporarse al proyecto.
Las obras de rehabilitación de infraestructuras se han
realizado para resolver problemas inmediatos. Estas obras han
sido desarrolladas bien por el ayuntamiento de Bagdad, o bien
a través de fondos adicionales asignados para respaldar a la
municipalidad en la instalación de un equipo electromecánico
que amplia el acceso al agua potable y disminuye las
sobrecargas del sistema de alcantarillado en las áreas
elegidas y en las colindantes a ellas.
El proyecto ha propiciado la creación de organizaciones de
base comunitaria, organizaciones civiles y otras formas de
organizaciones no gubernamentales, las cuales han contribuido
con su esfuerzo a reducir la pobreza y mejorar las condiciones
de vida de las áreas elegidas para el proyecto. El proyecto
también ha revisado y ajustado su marco de trabajo para
responder a las necesidades de la población que vivía por
debajo del umbral de pobreza o con bajos ingresos,
proporcionando oportunidades para la creación de empleo y, por
tanto, combatiendo el desempleo y aumentando la
sostenibilidad.
El impacto del proyecto, que ha mostrado resultados positivos,
se ha medido a través de inspecciones a las áreas
seleccionadas, en las que se han estudiado la capacidad de
respuesta de la municipalidad hacia la población, la evidencia
visible de la mejora del medio ambiente (las acumulaciones de
residuos sólidos prácticamente han desaparecido, hay acceso al
agua potable y no hay sobrecargas en el sistema), el
desarrollo que ha experimentado la comunidad y el sentido de
responsabilidad de los residentes hacia la municipalidad.
Sostenibilidad
Dada la situación actual, en la que la municipalidad tiene
acceso a unos recursos muy limitados, la continuidad del
respaldo exterior para consolidar los logros del proyecto y
para fortalecer la comunidad y las organizaciones de apoyo, es
un requisito imprescindible para la sostenibilidad. Cuando la
situación mejore, tras una formación más profunda en el trato
con las comunidades, las municipalidades estarán capacitadas
para asumir más responsabilidades y reproducir la experiencia
en otras áreas por si solas.
La municipalidad de Bagdad a través de la Unidad Central
recientemente establecida, tiene la intención de continuar su
labor, junto con las municipalidades locales y las
cooperativas de servicios, para mantener la infraestructura y
las redes de servicios en todas las áreas. Esto incluye la
recogida de residuos sólidos, el abastecimiento de agua, la
limpieza del sistema de alcantarillado y el mantenimiento de
las estaciones de bombeo con el fin de garantizar una calidad
ambiental aceptable.
Se espera que las comunidades participen y sean un agente
activo en mantener limpias sus parcelas y los espacios
abiertos, en gestionar los puntos de recogida de basuras
locales, en conservar sus nuevos equipamientos y en organizar
la implicación de la población en la gestión del barrio. La
creación de cooperativas está proporcionando una herramienta
institucional para continuar con estas actividades. Se están
organizando servicios y actividades para la generación de
ingresos, como la producción de ropa a bajo coste por parte de
las mujeres y el establecimiento de fondos de cooperativas
para el bienestar de todos los residentes durante el duro
período que está atravesando el país. Las representantes
locales de la Federación Iraquí de Mujeres (Iraqi Women´s
Federation) van a hacer un seguimiento de las actividades
mediante visitas a las familias, favoreciendo así la
sostenibilidad del concepto de participación comunitaria y
mejorando el nivel social de los barrios. La Federación de
Jóvenes (Youth Federation) se ocupará de controlar el
mantenimiento de los campos de fútbol, de los campos de juego
y de los espacios verdes.
Los representantes de las organizaciones no gubernamentales y
los ciudadanos eminentes de cada comunidad se pondrán en
contacto con la municipalidad local para obtener ayuda en
aquellas actividades que la comunidad no puede realizar sola.
Para aumentar la sostenibilidad de las actividades que se
realicen en las áreas elegidas, el proyecto fortalecerá el
trabajo con las comunidades y proporcionará un apoyo directo a
las organizaciones comunitarias recién establecidas y a la
Unidad Central existente en la municipalidad de Bagdad.
Lecciones aprendidas
La participación comunitaria es posible, es eficaz y se puede
utilizar en Irak para mejorar considerablemente las
condiciones de vida en los núcleos urbanos. Sin embargo, este
enfoque necesita institucionalizarse y se debe garantizar una
formación continua para conseguir que sea sostenible desde las
municipalidades. El elemento más positivo es que el proyecto
ha abierto nuevos horizontes en el trato directo con las
comunidades. A pesar de todos los problemas encontrados, los
habitantes han respondido muy bien a cualquier mejora en los
servicios y en el entorno urbano. A algunos habitantes les ha
sido imposible participar en las actividades conjuntas debido
a las duras condiciones en que vivían, aunque podrán hacerlo
en un futuro a través de la cooperativa de servicios.
Desafortunadamente, debido a las privaciones económicas,
muchas personas tienden a esperar beneficios económicos
personales por cualquier servicio de cooperación. Sin embargo,
la mejora de las condiciones de vida han convencido a la
población de que tienen el poder para cambiar su entorno si
tienen voluntad y si se organizan entre sí, y han demostrado
que los acuerdos de colaboración y el diálogo con las
municipalidades son las claves para mejorar el acceso a los
servicios.
A pesar de los problemas iniciales, los habitantes han
mostrado una actitud muy positiva a las mejoras en los
servicios y en el entorno. La municipalidad ha conseguido
ganarse su confianza. Las comunidades han aprendido que no
pueden seguir dependiendo de la municipalidad de Bagdad para
que ocupe el papel más relevante en la oferta de servicios
públicos, al menos mientras se mantenga la situación actual de
carestía de equipamientos, escasez de recursos humanos y
presupuestos limitados.
Dada la fuerte implicación de la población, a través del
Memorándum de Entendimiento para los servicios de agua y
saneamiento, se han recibido fondos adicionales para apoyar a
la municipalidad de Bagdad en la instalación de los equipos.
Esto mejorará la salud ambiental y los resultados de la
participación comunitaria.
Transferibilidad
El futuro de la participación comunitaria en Irak depende de
la voluntad política. Por el momento esta voluntad parece
existir, como se demuestra en la aceptación por parte del
gobierno del proyecto y en la participación de las autoridades
locales en la realización del mismo, hasta el punto que ningún
proyecto hasta el momento había alcanzado unos resultados tan
positivos. Un beneficio adicional es el cambio en la actitud
de ambos lados: las comunidades y las autoridades han
aprendido a trabajar juntas.
El esquema inicial fue ideado para que se pudiese aplicar en
otros barrios de Bagdad y es probable que se reproduzca
también en otras ciudades del país. El concepto de
participación comunitaria, desconocido hasta ese momento en
Irak, parece haberse asentado en los barrios residenciales,
una vez que se ha entendido su planteamiento y se han
observado los resultados. En los servicios de recogida regular
de basuras y de limpieza de los sistemas de alcantarillado ha
surgido una muy buena colaboración entre los habitantes y la
municipalidad de Bagdad. Igualmente, ha sido beneficiosa la
cooperación con otros organismos y con las organizaciones no
gubernamentales, y esto puede ayudar también en otras
localidades.
El nuevo enfoque da paso a un planeamiento en el que se da el
aprovechamiento óptimo de los escasos recursos con que cuentan
las municipalidades y que complementa el esfuerzo que realizan
los habitantes de un barrio para ayudarse mutuamente.
Perfil financiero
AÑO | PRESUPUESTO Dólar EEUU | Socio A | Socio B | Socio C |
1999-2000 | 724.529 | PNUD 35'81% | GOI mercancías | OIP 64'19% |
2000-2001 | 385.516 | ECHO 100%** |
GOI mercancías |
- |
2001-2002 | 781.456 | ECHO 100%** |
GOI mercancías* |
- |
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