Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas
patrocinado por Dubai en 2002, y catalogada como
GOOD.
(Best Practices Database)
País/Estado — Argentina
Región según Naciones Unidas — América Latina
Región ecológica — ribera (cuenca hidrográfica)
Ámbito de la actuación — barrio
Agentes — gobierno central; gobierno regional.
Categorías —
Buena gestión urbana: gestión y administración públicas; descentralización.
Contacto Principal
organización — medios de comunicación
Fernando Boffi Lissin
Avenida del Cabildo 3067, Piso 1
Código Postal 1428
Buenos Aires
Argentina
E-mail: cdiscacgp13@buenosaires.gov.ar
cgp13@buenosaires.gov.ar
Socio
Asociación Vecinal Núñez y Ribadavia — gobierno central
Juan Gómez
Calle Pico 1671
Buenos Aires
Teléfonos: 54-011-4702-9731
Colaboración administrativa.
Socio
Fundación Steps — gobierno central
Dña. Marcela Vázquez López
Calle Moldes 2436
Código postal: 1428
Teléfonos: 54-011-4552-6575 / 54-011-4783-6385
Colaboración técnica.
Socio
Grupo Scout — gobierno central
Arc. Renata Fiorenza
Avenida del Cabildo 3680
Código postal: 1429
Teléfonos: 54-011-4544-1483
Colaboración técnica.
El Centro de Gestión y Participación núm. 13, dentro del marco del Programa de Descentralización y Modernización que ha venido desarrollando el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, ha puesto en marcha el Programa Participativo de Gestión Comunitaria "Pro Comuna" , que tiene como principal objetivo el proceso de planificación, gestión y presentación al barrio de programas de una forma consensuada, así como conjugar las posibilidades y recursos entre el Centro, los vecinos y las instituciones comprometidas con el desarrollo de los barrios de Belgrano y Nunez. Este proceso ha conllevado la formación de un Consejo Honorario de Consulta (por lo establecido en el decreto de Buenos Aires 1958/98), a modo de avance de los Consejos Asesores de las futuras Comunas en las que será dividida la ciudad. Hasta el día de hoy se han desarrollado dos fases del programa :
Primera Fase: Acciones Iniciales durante el año 2000.
En esta fase se desarrollaron tres acciones: se llevaron a cabo consultas y reuniones de vecinos para repasar las limitaciones y oportunidades de las prioridades locales, como fase preliminar para una acción concertada.
La segunda acción fue un seminario para formar a la asociación de la comunidad en el proceso de descentralización.
La tercera acción fue la fundación de un Consejo Honorario de Consulta, integrado por cinco grupos de trabajo de diferentes temas: discapacitados, desarrollo urbano, salud, prevención de delitos, derecho y descentralización, información para la comunidad y contabilidad.
Segunda fase: mejora del Consejo Consultivo Honorario durante el año 2001.
En esta fase se mejoró el Consejo Consultivo Honorario mediante la elaboración y la realización de proyectos locales. Este trabajo fue desarrollado por los cinco grupos señalados antes.
Grupo de discapacitados: seminario "Por un barrio integrado" y estudio de las condiciones de accesibilidad del barrio.
Grupo de desarrollo urbano: iniciativas para un plan de desarrollo urbano local "Recuperemos el río" y estudios sobre las necesidades específicas de la zona.
Grupo de sanidad: se consiguió una consultoría popular de estrategias locales de salud en la comunidad.
Grupo de prevención de delitos: publicación de las estrategias de concienciación y formación en prevención de delitos.
Grupo de derecho y descentralización: desarrollo de instrumentos de regulación para el Consejo Consultivo Honorario.
Grupo de prensa e información para la comunidad: publicación de un boletín con las noticias del Consejo Consultivo Honrario.
Grupo de contabilidad: contabilidad del Centro núm. 13 de Gestión y Participación durante el año 2000 por las asociaciones del barrio.
Completar la totalidad del proyecto, permitido y aprobado por el gobierno y la comunidad, estableciendo un régimen de colaboración y mejorando la gestión de la política local.
La práctica de este proceso contribuye a la puesta en marcha posterior de un plan piloto de presupuesto participativo, un instrumento que permite una transición desde una gestión centralizada y tecnócrata a otra descentralizada y participativa, ampliando las bases democráticas a una escala local, lo que responde a una metodología que permite pasar de las aspiraciones individuales a propuestas colectivas, convirtiéndose así el individuo en un ciudadano.
- Marzo del 2000 — realización de talleres de diagnosis vecinal.
- Abril del 2000 — seminario de formación de la comunidad en el programa de descentralización.
- Junio del 2000 — fundación del consejo honorario de consulta.
- Julio del 2001 — puesta en marcha del presupuesto participativo.
- Octubre del 2001 — peticiones de los ciudadanos en el ayuntamiento organizadas por el consejo de consulta y con el apoyo de otros consejos de consulta de Buenos Aires.
Buenos Aires alcanzó autonomía política en 1996. En ese momento se aprobó la constitución, que contiene artículos que promueven la descentralización y la participación ciudadana. Sin embargo no se ha experimentado una participación ciudadana continua, únicamente reivindicaciones aisladas. Existe una carencia de formación en la incorporación de gestión pública consensuada entre el gobierno y los vecinos.
Se establecieron las siguientes prioridades para la Pro Comuna:
A) que la información sobre los nuevos derechos concernientes a la participación llegase al máximo número de habitantes del barrio.
B) que los habitantes puedan expresar, dentro de un marco democrático, sus dudas concernientes a las necesidades y problemas de su propio barrio.
C) que los habitantes del barrio aprendan sobre gestión participativa para empezar a pensar más allá de las necesidades inmediatas, características de una demanda espontánea.
D) que el ejercicio de la participación se lleve a cabo sobre la base de un proyecto y no sobre simples reivindicaciones.
Objetivo general:
Desarrollar prácticas democráticas y de gestión participativa en los barrios del Centro núm. 13 de Participación y Gestión que lleve a establecer una culturaciudadana acorde con el proceso de descentralización.
Objetivos específicos:
A) formar a los ciudadanos en el método de trabajo en grupo.
B) formar a los ciudadanos en mecanismos de toma de decisiones.
C) formar a los ciudadanos en la metodología de elaboración del proyecto.
La estrategia central consistía en presentar a los ciudadanos mecanismos de gestión participativa como los más útiles, representativos y eficientes y señalar su mayor eficiencia frente a mecanismos reivindicativos utilizados por grupos de presión.
Dentro del marco del decreto GCBA de formación del Consejo Honorario de Consulta (1900 58/98), la Directiva de Desarrollo Sociocultural elaboró una propuesta y estableció una alianza con las instituciones comunitarias.
Durante la primera fase del programa, en las acciones iniciales del consejo de consulta se utilizaron recursos técnicos y humanos del Centro núm. 13 de Participación y Gestión y de las asociaciones de la comunidad. En el caso del Centro núm. 13 de Participación y Gestión, su aportación fueron técnicos cualificados, su propia experiencia y espacio para oficinas que permitió la incorporación de forma continuada de un foro comunitario para determinar las prioridades locales, así como la organización de una agenda de proyectos.
Las asociaciones de la comunidad aportaron su buena disposición de sus miembros para ser formados en gestión local y la orientación de los recursos de la asociación hacia la información y la difusión del proyecto
En la segunda fase del programa, el gobierno del área central de Buenos Aires proveyó los recursos financieros para la incorporación de los proyectos locales. El Centro núm. 13 de Participación y Gestión y las asociaciones de la comunidad continuaron aportando apoyo técnico y humano para garantizar el cumplimiento de los objetivos de los proyectos locales.
Los ciudadanos argentinos estaban profundamente afectados por el gobierno militar que gobernó el país desde 1976 a 1983. Llegó a existir terrorismo de estado sobre cualquiera que criticaba o que desaprobaba la política oficial o el programa económico. Esto generó aislamiento y actitudes individualistas que persisten aún hoy e interrumpen los intentos de compromiso ciudadano.
La década de los 90 se caracterizó por la desconfianza de la gente hacia los políticos y hacia la política en general; esto se manifestó abiertamente en diciembre del 2001, como es conocido mundialmente. Se produjo un sentimiento de desconfianza generalizado hacia todo marco político, debido al incumplimiento de los compromisos estatales y la corrupción creciente, y a fuertes regulaciones estatales y políticas de recortes.
El programa Pro Comuna fue diseñado específicamente para dar una respuesta esta situación. La ley actual limitaba la participación partidos políticos e instituciones; alejandola así del ciudadano de a pie. Por eso se creó una estrategia basada en proyectos de trabajo. Estos tienen su origen en diagnósticos hechos por grupos organizados de ciudadanos con apoyo técnico y metodológico.
De esta manera un ciudadano de a pie puede diagnosticar, analizar, proponer y desarrollar respuestas a los problemas del área en la que vive y así participar en la creación de un barrio modelo.
A la vez se hace evidente cuáles de las organizaciones y partidos trabajan para el beneficio público y cuáles son sólo grupos de presión. Depende del papel que esas organizaciones asuman durante el proceso de trabajo. Cuando las situaciones no ofrecieron un lugar interesante en el que participar, los habitantes del barrio crearon nuevos espacios basados en las conclusiones a las que llegaron durante el proceso de trabajo.
Todas las decisiones fueron tomadas por consentimiento general, evitando la formación de vocales, que pudiesen generar divisiones en los grupos que, a su vez, disminuyesen el rendimiento. Cuando no era posible la conformidad general, se usó el método del grupo nominal, en el que el voto atiende a prioridades múltiples para evitar la división entre ganadores y perdedores.
Los proyectos resultantes fueron el instrumento básico utilizado por el Centro núm. 13 de Participación y Gestión que le permitió conectar con las áreas centrales del gobierno local para negociar la asignación presupuestaria y su realización.
Es de notar que el Centro núm. 13 de Participación y Gestión no tiene una política autónoma. Así, sus compromisos con los ciudadanos han generado un nuevo factor en la escena política de la ciudad normalmente no muy participativa.
La fase de "Desarrollo de práctica democrática y gestión participativa" está en proceso de conseguirse. Éste mecanismo de gestión participativa ha sido adoptado por diferentes secretarías del gobierno central, repitiendose así en otras barriadas de Buenos Aires
- Formar a los ciudadanos en el método de trabajo en grupo. Los ciudadanos han entrado a formar parte de un sistema donde la producción individual tiene valor en tanto que forma parte del colectivo. Esto significa que es la adecuada posición de la sociedad lo que se pretende conseguir. Cada grupo de trabajo tiene técnicos que apoyaron el trabajo hasta que el grupo fue capaz de valerse por sí mismo.
- Formar a los ciudadanos en los mecanismos de toma de decisiones.
Entre todas estas actividades surgieron nuevas organizaciones, seminarios y otras formas de buscar respuestas diferentes de la reivindicación individual, lo que indica que esta nueva sociedad organizada es cada vez más consciente de su realidad.
Cabe resaltar que, durante la elaboración del presupuesto participativo, los vecinos que asistieron regularmente eran capaces de pensar sobre el barrio con una perspectiva de futuro y coherentemente a la complejidad de cada tema.
- Formar a los ciudadanos en metodología de elaboración del proyecto.
El ciudadano finaliza la fase de consulta para pasar a la fase de gestión en la que se incluyen el diagnóstico de las prioridades locales y llevar a cabo estrategias y proyectos en asociación con el gobierno, grupos académicos y financieros.
- Los participantes elaboran un informe por cada gran hito que se produce.
El asunto de la participación democrática en la gestión participativa está ahora en la mente de todos aquellos ciudadanos e instituciones que tomaron parte de las actividades este plan. Estos ciudadanos ya han aprendido como tratar con las disconformidades y las dificultades que la realidad siempre plantea.
En 1997 el gobierno de Buenos Aires promulga la reforma institucional y la descentralización y el Centro núm. 13 de Participación y Gestión los lleva a cabo. Debe hacer hincapié en establecer los apropiados acuerdos institucionales y fortalecer las habilidades financieras técnicas gestionadoras.
El pro comuna fue concebido como un programa local de desarrollo sostenible desde la conjunción de los problemas locales y los estratos sociales implicados.
- Aspectos financieros. Los trabajos realizados se incluyeron en el presupuesto actual (año 2001). El programa facilitó la reorganización de los recursos del presupuesto local para orientarlos a las necesidades de la comunidad.
- Aspectos sociales y económicos. Los trabajos y proyectos desarrollados beneficiaron a la totalidad de la población, no sólo a una minoría. Se hizo especial hincapié en los trabajos de infraestructura para personas discapacitados (rampas), para incluirlos así en la vida comunitaria eliminando barreras arquitectónicas. La mayoría de los grupos implicados eran de personas adultas y especialmente mujeres (60% del total de participación).
- Aspectos culturales. El programa intenta invertir el concepto de que el gobierno es el único lugar de recaudación y pago de impuestos. El enfoque del gobierno hacia la comunidad no sólo intenta resolver los problemas de manera eficiente, sino también establecer un nuevo régimen de colaboración entre ellos para, así, mejorar el barrio.
- Aspectos ambientales. Se diseñó un nuevo plan de estrategia de gestión ambiental urbana para la Plaza Manuel Belgrano con el fin de prevenir la congestión urbana y degradación ambiental de diversas maneras. Las actividades del programa son sostenibles, en parte, debido un alto grado de participación comunitaria.
- La importancia de la transparencia los acuerdos locales.
Es usual que las autoridades políticas en sus mítines creen expectativas que no pueden ser satisfechas. Ésta actitud reduce la credibilidad de los residentes del barrio en los foros participativos.
Desde el principio el programa asumió el riesgo de no siempre "decir lo que el vecino quiere escuchar" , con el objetivo de no generar expectativas irreales y establecer una relación responsable entre las autoridades y la comunidad.
- Desarrollo de un régimen de colaboración local
El gobierno por sí solo no puede resolver los problemas locales urbanos ambientales, no sólo por la complejidad y diversidad de las variables a tener en cuenta sino por la falta de presupuesto y recursos, que hacen difícil el mantenimiento de áreas públicas.
El programa desarrolló la capacidad institucional de idear mecanismos para coordinar acciones y recursos entre los diversos estratos sociales y dirigirlos hacia proyectos que se llevaron a cabo con éxito, con gran reconocimiento por parte de los grupos comunitarios.
- Desarrollo de la ciudadanía
De forma automática cada ciudadano busca resolver sus propios problemas sin tener en cuenta las prioridades locales del desarrollo del barrio.
De esa manera el centro de gestión y participación sólo sería un lugar para la reivindicación. Por ello, el programa ayudó a cambiar el punto de vista del barrio y a entender la gestión del gobierno local y la participación en cada acontecimiento importante del plan ambiental urbano.
La experiencia del programa fue en parte adoptada por otros centros de gestión y participación. Concretamente, el área central del gobierno de Buenos Aires adaptó dos experiencias: el Plan Piloto de Presupuesto Participativo mediante la descentralización y la Secretaría de Participación Ciudadana y el Plan de Estrategia de Gestión Ambiental Urbano mediante la Secretaría Ambiental.
En lo que respecta la participación ciudadana, es importante mencionar que la experiencia de los propios barrios se adaptó en otros grupos comunitarios en Buenos Aires.