Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2002 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/02/bp175.html |
Fecha de referencia: 26-06-2002
Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 2002, y catalogada como BEST.
(
Best Practices Database.)
País/Country: India
Región según Naciones Unidas: Asia
Región ecológica: árida y semiárida
Ámbito de la actuación: nacional
Instituciones: organización no gubernamental (ONG); gobierno central;
fundación; sector privado
Categorías = Igualdad y equidad de género: acceso a los recursos; plena
participación en la sociedad; funciones y cometidos por razón del
género; necesidades por razón del género; eliminación de trabas
a la igualdad de género; integración. Erradicación de la pobreza:
acceso a créditos; formación profesional. Buena gestión urbana:
legislación.
Contacto principal:
Jaya Arunachala(presidenta del Foro de la Mujer
Trabajadora (FMT/ Working Women's Forum
(WWF)
55, Bhimasena Garden Street
Mylapore, Chennai - 600 004
India
Organización nominadora:
Ministerio de Empleo en las Áreas Urbanas y Alivio de la
Pobreza (Ministry of Urban Development and Poverty Alleviation)
Gobierno de India
Socio:
Embajada de Holanda en Nueva Delhi/ Royal Netherlands
Embassy, New Delhi RNE
Departamento de Género y Desarrollo
Ms. Joke Muylwijk(Primer secretario)
6/50 F, Shanti Path
Chanakyapuri
Nueva Delhi - 110 021
India
Tel: 0 11 688 4951
Colaboración financiera
Socio:
Fundación Rabo Bank
Ms. Ineke Derkzen(Coordinador del Programa)
Post Box 17100
3500 HG Utrech
Holanda
Tel: 0032-302163346
Fax: 0031-302161937
Colaboración financiera
Socio:
Banco Indio de Desarrollo de la Pequeña Industria/
Small Industries Development Bank of India (SIBDI)
Ms. P.B. Nimbalkar (Presidente y Director)
10/10, Madan Mohan Malviya Marg
Lucknow -226 001
Uttar Pradesh, India
Tel: 209517-21
Colaboración técnica
El proceso de plena participación desencadenado en diferentes comunidades ha servido para liberar a las mujeres de la discriminación por pertenecer a castas inferiores, de la explotación por razones de clase, del dominio del hombre y de su propia debilidad física, y ha conseguido sacar a las más pobres del mundo cerrado en el que viven. Se ha organizado un sistema bancario informal que es dirigido y administrado por ellas mismas, con un capital total de más de más de trece millones de dólares EEUU y un índice de morosidad del 3%. El apoyo a la asistencia médica en las mismas bases ha proporcionado a las mujeres carentes de recursos la posibilidad de elegir entre los diferentes sistemas de contracepción y ha logrado la aceptación voluntaria de una serie de prácticas sanitarias que afectan a un millón de familias pobres. Por su parte, los Centros de Acogida y Rehabilitación han devuelto la esperanza a los niños que trabajan y a todos aquellos adolescentes que han abandonado sus estudios.
Situación previa a la iniciativa
Durante los meses de octubre y noviembre del año 1977, los
estragos causados por las fuerzas de la naturaleza fueron
devastadores para los habitantes de los asentamientos pobres de
Madrás. Muchas de aquellas personas perdieron sus hogares, sus
pertenencias, sus medios de subsistencia e incluso sus vidas como
consecuencia de las inundaciones. Debido a las duras condiciones
de vida y a la situación de absoluta explotación laboral en que
se encontraban, las mujeres solían contraer grandes deudas y
acabar a merced de prestamistas e intermediarios. A pesar de su
valiosa aportación a la economía del país, el hecho de pertenecer
a un sector de población carente de organización provocaba que
las tareas que desempeñaban fueran consideradas baratas y, en la
práctica, desechables. Su contribución a la sociedad resultaba
invisible, tanto fuera como dentro del hogar.
Establecimiento de prioridades
El trabajo junto a las mujeres más desfavorecidas y su
implicación personal en las tareas de ayuda para paliar los daños
producidos por las inundaciones en las barriadas de Madrás,
convencieron a
Jaya Arunachalam y a sus colaboradoras de
la urgencia de aliviar la lucha constante en que se hallaba
inmersa la vida de las "Pobres Trabajadoras". Tras un proceso
prolongado de consulta y en base a las carencias y prioridades
expresadas por ellas mismas, fundaron el FMT en 1978.
Ante las condiciones de miseria presentes en el lugar, las
iniciadoras del movimiento se plantearon como objetivos
fundamentales la reducción de la pobreza, cuyas consecuencias más
inmediatas son el hambre, la inanición y el endeudamiento, y la
necesidad de consolidar la función productiva de las mujeres con
pocos recursos; éstas, por su parte, les transmitieron sus
dificultades para obtener créditos de bajo interés en el sistema
bancario formal.
Formulación de objetivos y estrategias
La estrategia adoptada se dirigió a alcanzar los siguientes
objetivos:
1. Organizar a las trabajadoras en el ámbito del mercado.
2. Concebir una estructura innovadora que permitiese la
participación de las mujeres sin recursos a cualquier nivel.
3. Llegar a un gran número de mujeres trabajadoras en un corto
período de tiempo.
4. Mantener el carácter de organización de mujeres, asumiendo la
lucha de las trabajadoras sin recursos contra la violencia de
clase, de casta y de género en sus respectivas comunidades y
puestos de trabajo.
5. Adoptar metodologías de formación participativa propugnadas
por las mismas bases y destinadas a concienciar a este sector de
la población.
Movilización de recursos
A pesar de la pobreza y del analfabetismo presentes entre sus
socias, la fuerza de la iniciativa proporcionó el impulso
necesario para atraer a un número creciente de mujeres a las
filas de la organización; el movimiento se fundó con 800
miembros, pero esa cifra aumentó en muy poco tiempo.
En un primer momento, la asociación actuó como intermediaria
entre los bancos nacionalizados y el gran número de trabajadoras
interesadas en solicitar créditos. Así pues, comenzó sus
actividades en un local de una sola estancia y con las cuotas de
inscripción como único ingreso, lo que prácticamente no alcanzaba
para cubrir gastos. En 1979, tras conocer los esfuerzos de
movilización emprendidos por el (FMT), la Sociedad
Indo-Alemana (Indo-German Society) de Nueva Delhi concedió
una subvención de 513 dólares EEUU que dió un nuevo empuje al
proceso.
Sin embargo, el sistema bancario tradicional no respondía
adecuadamente a las necesidades de las más pobres, por lo que las
mujeres de la asociación decidieron crear una entidad propia que
fuera informal, ágil y sencilla desde el punto de vista
operativo. De este modo, 2.500 miembros aportaron un capital
social de 0,40 dólares por persona, al que se sumó un capital
inicial de 1.025 dólares y una subvención de 2.500 dólares de la
ONG Tecnología Apropiada Internacional/Appropriate
Technology International (ATI), que dieron lugar al
nacimiento de la SOCOMT en 1981, registrada actualmente
como la Red Cooperativa India para la Mujer
(RECIM)/Indian Co-operative Network for Women
(ICNW). Asimismo, la Fundación Ford (Ford
Foundation) y el Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (UNICEF) prestaron su ayuda al movimiento en los
primeros tiempos. En 1997, el Gobierno de Holanda, a través
de la Embajada de Holanda en Nueva Delhi (EHND),
también empezó a colaborar con la asociación y ha mantenido su
apoyo hasta el momento presente.
Proceso
Las mujeres trabajaron sobre dos ejes principales: la
movilización política y el activismo social. En este proceso,
resultó especialmente duro el trabajo de ir casa por casa en
busca de mujeres dispuestas a asumir la responsabilidad de
organizar los grupos en cada barrio. Sin embargo, la tarea más
ardua fue la de promover "catalizadores internos", es decir,
trabajadoras con capacidad de activar y transformar las ideas de
las demás, que viviesen en esos lugares y hablasen el mismo
lenguaje que ellas, a las que poder formar y devolver
posteriormente a las comunidades de origen.
Las pioneras del movimiento también se enfrentaron al reto de
convencer a los hombres de que la iniciativa iba dirigida
exclusivamente a las mujeres. En las zonas pobres de las ciudades
de la India, es habitual que los varones se gasten la mayoría de
sus ingresos en el consumo de alcohol y en otros vicios, por lo
que su contribución al presupuesto familiar suele ser escasa y
son las mujeres, de hecho, las responsables de sacar adelante a
los hijos.
El esfuerzo de organización se prolongó hasta 1982-83, cuando las
líderes de los grupos tomaron el control sobre sus respectivas
áreas y se hicieron responsables de cada barrio. Ese liderazgo
generado entre las propias bases fue importantísimo y resolvió
buena parte de los problemas organizativos. El segundo paso
consistió en movilizar los recursos necesarios. Desde la pequeña
habitación de una escuela en ruinas, las impulsoras del
FMT, haciendo caso omiso de las restricciones y de la
escasez de infraestructuras, no dejaron de atender en ningún
momento las solicitudes de prestaciones a las que tienen derecho
las trabajadoras y la transformación de sus exigencias en un
movimiento social de masas. Cuando la asociación se hubo ganado
el prestigio entre las más pobres, el mensaje se fue divulgando
y empezaron a llegar ayudas económicas externas.
Con su evolución hacia un movimiento de emancipación de las
mujeres más desprotegidas, el FMT abrió la posibilidad
de que muchas otras instituciones tomaran parte en este proceso
dinámico. En 1981, trabajó en colaboración con el Gobierno de
India para promover la salud y concienciar a las trabajadoras
pobres sobre la importancia de la planificación familiar; esta
iniciativa sirvió para poner en valor su papel reproductor.
Posteriormente, en 1990, habida cuenta del éxito global de la
experiencia, el Fondo de Población de las Naciones Unidas
(FNUAP)/United Nations Populations Fund las UNFPA
empezó a apoyar económicamente a la organización.
De esta manera, lo que comenzó con un capital de 1.025 dólares
EEUU y como una actividad bancaria informal, se ha convertido en
una de las mayores cooperativas de crédito del país, con un
índice de recuperación de la deuda del 97% y un desembolso
acumulativo de 13 millones de dólares. Además, al romper las
normas convencionales de los bancos, las mujeres lograron atraer
la atención de las instituciones aseguradoras, como es el caso
del
Resultados obtenidos
En las dos últimas décadas las mujeres han pasado de las
ocupaciones de comercio y venta a otras actividades más
cualificadas, relacionadas con la producción y las empresas de
manufacturas.
Entre los resultados más destacables recogidos en el estudio de
octubre de 2001 sobre el impacto del proyecto, podemos destacar
los siguientes:
En términos reales, la concienciación sobre todos los temas
relacionados con la salud entre las bases comunitarias,
propugnada por el FMT, ha dado como resultado una mayor
influencia de sus reivindicaciones en las instituciones
responsables de la sanidad pública, así como una mejor
coordinación y calidad de los servicios prestados. Este modelo
de promoción de la salud ha sido reproducido en el Proyecto
Población de la India/India Population Project (IPP-VIII & IX), que se sigue desarrollando en diversas ciudades del
país. La labor de la asociación en este sentido ha sido decisiva,
al constituir el punto de partida de todas las medidas
posteriores puestas en práctica por las autoridades para fomentar
la planificación familiar. Asimismo, las fundadoras del
movimiento jugaron un papel crucial en la creación del Fondo
Nacional de Crédito para la Mujer/Rashtriya Mahila Kosh
(RMK), que concede microcréditos y estimula la formación
de grupos de autoayuda entre las componentes de las
organizaciones voluntarias que los solicitan. Del mismo modo, los
centros de cuidado de día para niños, instaurados por el
FMT a finales de los años 70, marcaron la pauta para que
el Gobierno de India pusiera en funcionamiento los Centros de
Educación Preescolar, (Balwadi), construidos en diferentes
municipios de Tamil Nadu.
El modelo de solidaridad comunitaria también ha tenido
continuidad en los Grupos de Desarrollo Rural para la Mujer
y la Infancia/Development of Women and Children in Rural
Areas (DWCRA), promovidos por el Gobierno de India en el
año 1982. Un ejemplo son las liadoras de tabaco de Vellore que,
víctimas de la explotación de los intermediarios y de los
prestamistas, hicieron una petición al entonces Primer Ministro
del país durante su visita al pueblo de Viruthampattu, que dio
lugar a la revisión inmediata de sus salarios mínimos.
Sostenibilidad
Hasta ahora, la fórmula del FMT ha resultado ser la única
solución con éxito demostrado en la defensa de las mujeres
pobres; éstas, a su vez, corresponden con un apoyo incondicional
a la asociación. Por otra parte, la RECIM aporta toda la
energía y vitalidad necesarias para su mantenimiento y expansión,
lo que se traduce en una base social cada vez más amplia.
1. Sostenibilidad económica
En la actualidad, la autonomía del FMT/RECIM es
del 206% a nivel operativo y de un 108,3% desde el punto de vista
financiero. El hecho de que entre las características del
movimiento se cuenten la orientación local, la autogestión, la
solidaridad, la autonomía, la innovación y el fomento del sentido
de la propiedad entre sus miembros, contribuyen a asegurar su
sostenibilidad a largo plazo.
La asociación se encuentra a la espera de recibir nueva
financiación por parte del Gobierno de Holanda. Con ese
respaldo, podrá formar una base de capital suficiente para
mantener los gastos generales al margen de los intereses
recaudados y alcanzar una autonomía completa en los años
venideros. Además, el Banco Indio de Desarrollo de la
Pequeña Industria (BIDPI) y el banco de origen holandés
Rabobank han concedido un crédito blando al FMT,
con unas tasas de interés del 11% y del 6,5% respectivamente.
Tras la moratoria en el pago, la asociación comenzará a amortizar
el préstamo en el año 2001, en diez y ocho plazos idénticos,
respectivamente.
2. Social
Una de las manifestaciones más claras del desarrollo humano ha
sido la mejora de la calidad de vida de las mujeres sin recursos
y de sus familias. La estrategia puesta en práctica ha tenido en
cuenta su papel tradicional y sus necesidades, que hicieron
patente la urgencia de construir una plataforma de promoción
económica y social para llamar la atención sobre los que no
tienen voz y nunca han sido escuchados. Los frutos de esta
iniciativa comunitaria han sido el avance de la acción colectiva,
el progreso en la articulación de las ideas y la generación del
poder indispensable para superar los obstáculos hacia un mejor
estatus de este sector de la población.
La estructura del FMT, a la manera de un sistema de
seguridad social, no sólo ha permitido la amortización puntual
de los créditos que le han sido concedidos, sino que ha
facilitado la creación de un fondo común en base a los escasos
recursos disponibles, con el fin de intensificar su utilización,
conseguir mejores oportunidades de desarrollo económico, fomentar
la solidaridad y el deseo de cambiar las condiciones sociales y
liberar a las mujeres de la opresión de los sistemas de clase,
de castas y de otros tipos de exclusión.
3. Cultural
La orientación local y el respeto hacia los valores culturales
propios se refleja en la confianza del FMT en la
sabiduría innata de las mujeres pobres y en sus capacidades. Las
actividades relevantes desde el punto de vista cultural y las
pautas de comportamiento son mantenidas por los miembros de la
asociación. Esto no es obstáculo para luchar contra algunas
tradiciones negativas, que han degenerado en sistemas como el
"Devadasi" (mujeres dedicadas tradicionalmente al cuidado de los
templos que, en la actualidad, son explotadas sexualmente).
Algunas de las socias son viudas o han sido abandonadas por sus
maridos, por lo que son las encargadas de sacar adelante a sus
familias, que constituyen su prioridad básica.
Lecciones aprendidas
En palabras del
Dr. Robert Chambers[1], el FMT es
una contracultura basada en la inversión de los valores.
Las precursoras del movimiento tomaron una serie de decisiones
conscientes que siguen constituyendo hoy en día su fuerza motora
y que han suscitado el sentido de pertenencia entre las mujeres
pobres; el fracaso de la iniciativa podría haber llegado si se
hubiera dejado de lado alguno de esos principios, que son los
siquientes:
1. Priorizar las necesidades de las mujeres sin recursos.
2. Trabajar sólamente con las más pobres.
3. Promover el liderazgo entre las bases.
4. Ejercitar la influencia de este grupo social para conseguir
los derechos que le corresponden.El paso siguiente es confiar en
su capacidad de liderazgo. Al quedar la gestión y la dirección
del FMT en manos de las propias trabajadoras, su
participación ha sido posible a todos los niveles, así como la
toma de decisiones en los programas que son relevantes para
ellas.
La estrategia comunitaria puesta en marcha ha conducido a este
proceso sostenido de desarrollo a partir de una financiación
externa limitada; además, ha servido eficazmente a un amplio
número de mujeres carentes de recursos en un período de tiempo
relativamente corto. El cambio que se ha producido entre las
trabajadoras del FMT, que han pasado del endeudamiento
y de la opresión al empleo productivo, al crecimiento y a la
plena participación en la sociedad, ha tenido lugar en no más de
una década. Ellas han demostrado que poseen la capacidad
suficiente, que sus empresas pueden crecer, que pueden ahorrar
y generar recursos y, sobre todo, transformar el mundo que les
rodea.
Perfil financiero
Año | 1998-1999 | 1999-2000 | 2000-2001 |
Gasto total[2] | 234.062 | 582.885 | 553.023 |
Embajada de Holanda | - | 44% | 42% |
Subvención Rabo Bank | 29% | - | - |
Subvención BIDPI | - | 14% | 7% |
CAF[3] | - | 15% | 10% |
Otras subvenciones | 2% | - | - |
FMT | 69% | 27% | 41% |
Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2002 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/02/bp175.html |