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Fecha de referencia: 05-07-2000
Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 2000, y catalogada como GOOD.
(
Best Practices Database.)
País/Country: Cuba
Región según Naciones Unidas: América Latina
Ámbito de la actuación: metropolitana
Región ecológica: tropical y subtropical
Instituciones: organización no gubernamental (ONG), gobierno local.
Categorías = Vivienda: vivienda asequible; carencia de hogar,
personas sin hogar; propiedad del suelo y seguridad. Igualdad
y equidad de género: plena participación en la sociedad;
funciones y cometidos por razón de género; eliminación de
trabas a la igualdad de género; integración.
Contacto principal:
María Elena Recio Herrera
Calzada 603 e/ B y C Apartamento T - piso 3
Vedado, La Habana
Cuba
Organización no gubernamental
Socio:
Instituto Nacional de la Vivienda INV
Teléfono: 322042
Fax: (537) 553922
e-mail: inv@ceniai.inf.cu
Autoridad local
Una vez iniciado el proceso de negociación, la organización no
gubernamental Habitat-Cuba se incorporó como contraparte desde
Cuba y se establecieron los "Términos de Referencia", donde se
fijaban las obligaciones y las funciones que debían desempeñar
las partes integrantes del proyecto. La ausencia de los
actores durante esta etapa originó malentendidos, problemas
logísticos y retrasos en el trabajo, por lo que, en fases
posteriores de la experiencia, se ha procurado que todos los
participantes estuviesen presentes. También se ha recurrido a
la participación como una estrategia dirigida a dar
credibilidad entre la población a esta nueva forma de
enfrentarse a su necesidad de vivienda. Otro aspecto decisivo
para la continuidad del proyecto ha sido el desarrollo de las
capacidades de la población y su participación en los procesos
de toma de decisiones.
En la práctica, se ha enfatizado claramente el papel de la
mujer. El 50% de los cabezas de familia son mujeres y han
recibido títulos de propiedad al igual que los hombres. Tras
mucho trabajo y la firma de la resolución, María, la líder del
barrio, fue invitada a participar en el "Congreso de Mujeres
Líderes de Barrio" que se celebró en Cochabamba, Bolivia, en
1998.
En el diseño de los espacios públicos e interiores, se han
tenido en cuenta las raíces y la distribución de la población
antes del desastre natural. Sin embargo, la solución
arquitectónica y urbana originaba dificultades con las
instancias técnicas que querían imponer normas que afectaban a
su imagen urbana.
A pesar de todas las dificultades, se han alcanzado resultados importantes para mejorar las condiciones de vida de la población. Se ha conseguido la coordinación e integración de todos los organismos, lo cual ha permitido mantener el diálogo, influir en las prácticas políticas y estrategias estatales, además de haberse asimilado un nuevo modelo de participación popular que ha sido incluido en los Planes de Vivienda a nivel nacional. La capacidad institucional se ha visto reforzada por la atención que ha despertado el proyecto entre los diversos organismos y gobiernos municipales. Se han producido cambios favorables en la distribución de los recursos del estado, al tiempo que la actitud y la conducta de la población ha mejorado.
Situación previa a la iniciativa
La experiencia desarrollada ha tenido como principal objetivo
el realojo de la población de dos núcleos espontáneos situados
en la ciudad de la Habana: Santa Ana y El Basurero. Ambos
núcleos están situados a lo largo de la costa norte, en los
márgenes del río Jaimanitas y ambos fueron muy afectados por
la llamada "Tormenta del Siglo" que se produjo en 1993.
Establecimiento de prioridades
Frente a la situación provocada por esta tormenta, la Iglesia
Metodista Unida (United Methodist Church) de los Estados
Unidos se ofreció para financiar una solución para la demanda
de vivienda ocasionada por el desastre natural. Esta ayuda se
canalizó mediante el Comité Religioso Central del Partido
Comunista de Cuba (PCC). El programa estaba enfocado
sobre las áreas más afectadas; para trabajar en ellas se
unieron al proyecto el Ministerio para la Cooperación
Extranjera, la Secretaría de Cooperación, el gobierno
municipal y la organización no gubernamental Habitat-Cuba.
Formulación de objetivos y estrategias
La Iglesia Metodista Unida y Habitat-Cuba destacaron dos
objetivos:
Movilización de recursos
Los recursos financieros en M.L.C. (moneda libremente
convertible) proceden de la contribución externa de la
Asamblea General de Ministerios Globales de la Iglesia
Metodista Unida de Estados Unidos. La Asamblea Provincial del
Poder Popular de la ciudad de La Habana y la ONG Habitat-Cuba
contribuyeron en divisas nacionales.
Los recursos humanos y técnicos se han obtenido de distintos
actores, entre los cuales cabe destacar a los propios
habitantes que participaron en la autoconstrucción de sus
viviendas. También fue importante la movilización de recursos
personales y materiales ajenos al proyecto, que fue necesaria
en distintas ocasiones a lo largo del proceso. La Asamblea
Provincial del Poder Popular de la capital, funcionando como
grupo asesorado por la Administración del Poder Popular, ha
coordinado la mano de obra especializada. Esta mano de obra
estaba representada por la microbrigada estatal, que ofrecía
formación a los habitantes, asistía al programa con su propio
trabajo y facilitaba el equipo necesario para la
autoconstrucción. Por otro lado, el Consejo Popular de Santa
Fe movilizó a las familias beneficiarias durante la segunda
fase, la Iglesia Metodista de Cuba participó de manera
voluntaria en una brigada de constructores y, finalmente,
Habitat-Cuba contribuyó con un especialista en la
administración del proyecto.
Proceso
Primera fase
En esta etapa se inició la fase técnica y legal, se definió la
tecnología, se diseñaron las viviendas y se seleccionó a los
beneficiarios a través del Consejo Popular y de la
Organización de Masas. Tras esto, se adoptaron los acuerdos
necesarios y se firmaron los "Términos de Referencia", en los
cuales se definieron las funciones y las obligaciones de los
actores. Sin embargo, en este proceso no se contó con la
participación ni la presencia de todos los actores implicados
y esto provocó una serie de problemas:
Segunda fase
Con el objetivo de superar los problemas encontrados, se
produjo la ocupación de la tierra sin el apoyo de la empresa
constructora, y se hizo un llamamiento a la población, que
comenzó a trabajar con sus propias herramientas. Esto
permitió:
Resultados obtenidos
Condiciones de vida:
- Construcción de ocho viviendas, con superficies entre 70 y
76 m2.
- Correspondencia del número de dormitorios de cada vivienda
con la composición de las familias.
- Ventilación e iluminación de las viviendas.
- Mejora de las condiciones urbanas.
- Creación de empleo.
- Títulos de propiedad para hombres y mujeres.
Coordinación e integración:
- Se ha mantenido el diálogo entre las partes.
- La ayuda económica prevista inicialmente por el
Departamento Global de los Estados Unidos se ha visto
aumentada para financiar los futuros trabajos de
infraestructura.
Política y estrategias:
- Asimilación de algunas de las prácticas utilizadas en el
proyecto por parte del estado.
- El estado ha validado la introducción del "Modelo Popular de
Participación".
Capacidad Institucional:
- Se ha producido un fortalecimiento institucional a nivel
subnacional como resultado de la aceptación de la experiencia
por parte de varios organismos y gobiernos municipales.
Puntos fuertes y oportunidades:
- Construcción de 8 viviendas.
- Desarrollo de la capacidad de gestión de la población.
- Aumento de la credibilidad de la nueva forma de trabajo, que
incluye la participación de hombres y mujeres.
- Importancia del papel de la mujer.
Puntos débiles:
- Escasa formación de los distintos actores implicados en la
iniciativa antes del comienzo de ésta.
- Recursos humanos y materiales inaccesibles en las fechas
previstas.
- Acuerdos con obligaciones contractuales sin la presencia de
todos los actores.
Distribución de recursos:
- Asignación del estado de una empresa constructora diferente
con más recursos materiales y humanos.
Comportamiento de la población:
- La población ha integrado a las nuevas familias en el barrio
y en sus organizaciones.
- Se ha elaborado un "Código de barrio".
- Se han producido incorporaciones al mercado laboral.
- Se están desarrollando labores de horticultura en los patios
traseros de las viviendas.
Sostenibilidad
El estado cubano ofrece a cada ciudadano el derecho a
construir una vivienda en combinación con el estado y con las
microbrigadas sociales, y a recibir un subsidio, siempre y
cuando ofrezca alguna garantía de que volverá al trabajo una
vez finalizadas las tareas de construcción. Basándose en esta
ley los miembros de las familias beneficiadas por el proyecto
contribuyeron en la construcción, adaptándose a la situación.
Para desarrollar el trabajo restante se contrató a las
microbrigadas estatales como mano de obra.
Tras concluir el trabajo, se distribuyeron las propiedades,
que debían pagarse en un plazo máximo de diez años, y que
suponían un coste, por núcleo familiar, del 10% del salario
medio.
En Cuba, las mujeres tienen las mismas posibilidades que los
hombres. Con ello se intenta conseguir su participación total
en los procesos de desarrollo del país, de acuerdo con lo
establecido en la constitución aprobada en 1994. Esta igualdad
de género garantiza los mismos derechos económicos y
sociopolíticos, incluyendo la igualdad de condiciones para el
acceso en la vivienda. En la práctica, el 50% de los
beneficiarios han sido mujeres cabezas de familia, mientras
que el resto son copropietarias con plenas garantías y empleo,
un derecho del que no pueden ser desposeídas.
En el desarrollo de la práctica se han valorado los factores
de conducta, de actitudes y culturales:
Lecciones aprendidas
Acciones que se deben evitar:
Comenzar un proyecto que no esté acompañado por un análisis
más profundo del contexto y un estudio de viabilidad, en el
que no participen actores cualificados apropiadamente, un
trabajador social y un equipo multidisciplinar.
A qué se debe aspirar:
ONGs cubanas:
Transferibilidad
Una vez concluida la primera fase, tuve la oportunidad de
evaluar el trabajo de varias ONGs, en diferentes regiones y
municipios de Cuba. Como resultado, elaboré dos guías de
trabajo, concebidos como herramientas para guiar los trabajos.
En ellas se recogen las operaciones y actividades a seguir en
dos de las tres etapas del proceso dentro del contexto
nacional. Por otra parte, tengo la intención de monitorizar
las actividades y hacer un seguimiento de algunos proyectos en
los que pueda compartir mis experiencias, teniendo presentes
siempre las características del lugar donde se vayan a
desarrollar los mismos.
He participado en la evaluación de algunas prácticas, con
resultados positivos para la continuidad de los proyectos.
Esta evaluación ayuda a identificar los factores externos e
internos que permiten alcanzar los objetivos propuestos en los
distintos momentos y puede contribuir a establecer mecanismos
de control para la toma de decisiones.
Gracias al interés de algunos profesionales, también he tenido
la oportunidad de trabajar con la socióloga
Tatiana
Cordero en el "Primer Taller Regional para Administradores de
Proyectos". Este trabajo fijó las bases para nuevos encuentros
y puso de manifiesto los vacíos que aún existían para guiar
estas prácticas y, por tanto, la necesidad de una formación en
temas tan importantes como los procesos de negociación, el
enfoque de género, las formas de participación y las funciones
de los distintos actores implicados en la acción.
Más recientemente, he asistido a la coordinación del "Grupo de Contribución" del Instituto Nacional de la Vivienda, que tiene como objetivo la formación de especialistas procedentes de los Sistemas de Vivienda, en los procesos de negociación con estas nuevas formas de actuar. La responsabilidad asumida representa un nuevo reto para mí y me permite seguir estudiando y profundizar en el conocimiento ya adquirido; por añadidura, me permite seguir ayudando a otros, dentro de mis capacidades, a repetir nuestra experiencia con un éxito aún mayor.
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