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Fecha de referencia: 05-07-2000
Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 2000, y catalogada como GOOD.
(
Best Practices Database.)
País/Country: Nicaragua
Región según Naciones Unidas: América Latina
Región ecológica: tropical y subtropical
Ámbito de la actuación: regional (internacional)
Instituciones: Organización No Gubernamental, ONG;
Gobierno; sector privado
Categorías = Tecnologías, instrumentos y métodos: soporte físico,
investigación y desarrollo, transferencia de tecnologías.
Erradicación de la pobreza: acceso a créditos, generación de
ingresos, creación de puestos de trabajo. Vivienda: vivienda
asequible, industria de la construcción, diseño eco-lógico.
Contacto principal:
Prof. Dr. Kurt Rhyner, Arch., Presidente
Grupo Sofonias/ EcoSur
Apdo. 107, Jinotepe
Carretera Sur Km. 39
Villa Hermosa
Diriamba, Nicaragua
Tel/Fax: 00505 42 23 325
ecosur@nicanet.com.ni
Tipo de organización:Organización No Gubernamental
ONG
Socio:
Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación,
Swiss Agency for Development and Cooperation,
SCD
Mr. Adrian Schlaepfer
Freiburgstr. 130, CH-3003 Bern
Tipo de organización: Gobierno Suizo
Colaboración: financiera
Socio:
Skat
Mr. Daniel Schwitter
Vadianstr. 42, CH-9000 St. Gallen
Tipo de organización: Sector privado
Colaboración: intercambio de información, trabajo en red
Socio:
Werkhof Darmstadt
Mr. Wolfgag Jakob
Runde Turmstr. 16, D-6100 Darmastadt
Tipo de organización: ONG
Colaboración: financiera
Para producir un impacto de larga duración, se recurrió a una
estrategia que apoyara la difusión "natural" de la tecnología
y que diera lugar a la creación de muchos talleres y, por
tanto, de muchas cubiertas. En 1989 se inició un proceso de
instalación de seis plantas piloto en cinco países
latinoamericanos. Hacia 1999, se habían establecido unos 666
talleres en once países, con una producción acumulada de
14.600.000 m2 (aproximadamente 250.000 cubiertas).
La estrategia de difusión incluía la investigación práctica y
las pruebas, el trabajo en red entre los productores, y la
transferencia progresiva del conocimiento a través de la red
de EcoSur. No se trata solamente de la venta de un producto
sino que se ofrecen conocimientos a los productores,
contribuyendo con ello a la sostenibilidad. Este proceso ha
permitido producir muchas cubiertas de calidad, movilizar
capital local y ofrecer acceso a créditos mediante bancos
locales que alquilan equipos. Ha emergido un núcleo sólido de
asesores experimentados y EcoSur ha transferido sus
conocimientos a Asia, África y a la ex-Unión Soviética. EcoSur
refuerza esta difusión movilizando a los agentes locales para
involucrarlos en la creación de redes.
Situación previa a la iniciativa
Las cubiertas son, generalmente, el componente más caro de las
viviendas en los países más pobres y la industria de
materiales de la construcción no ha ofrecido una alternativa
duradera de bajo coste a la paja y a las tejas de arcilla. La
carga ambiental que lleva consigo el uso de estos materiales
tradicionales, y el elevado consumo de alta energía de los
materiales modernos, mostraban la necesidad de encontrar
alternativas viables.
Establecimiento de prioridades
Por todo ello, a principios de los años ochenta, el Grupo
Sofonías decidió investigar y buscar materiales alternativos
para la cubierta para encontrar soluciones duraderas basadas
en el criterio de que los materiales pudieran ser
manufacturados de forma descentralizada, que causaran el
mínimo perjuicio al medio ambiente, que requirieran mano de
obra para su fabricación y que fueran económicos. Para
constituir una solución real a la vivienda de bajo coste, la
tecnología de cubiertas debería emplear materias primas
locales y no debería necesitar elevadas inversiones de capital
ni ser complicada. Para ello se optó por la investigación
aplicada, y por la búsqueda de socios dispuestos a asumir
riesgos en algo nuevo, no ensayado.
Formulación de objetivos y estrategias
Objetivos:
Movilización de recursos
La investigación inicial fue financiada por el Grupo Sofonías
y desde 1989 la SDC ha contribuido a la difusión del
proyecto en Latinoamérica.
A partir del proyecto de Sofonías, con base en Nicaragua, la
experiencia se ha ido extendiendo paso a paso, estableciendo
plantas piloto en las áreas en las que existía un mercado
potencial. Las sinergias con los distintos proyectos para
vivienda de varios países Latinoamericanos han animado a otros
a adoptar la tecnología y se han convertido en recursos
instrumentales para su temprana difusión. Esto ha permitido la
transferencia continuada de conocimientos, para ponerlos al
alcance de los productores, creando así negocios locales
sostenibles. Los productores más destacados (privados,
ONG`s y para estatales), han sido los primeros en
arriesgarse y en impartir sus conocimientos, reconociendo el
impacto potencial del MHR en la erradicación de la
pobreza.
La inversión local pronto superó a las ayudas externas y,
hacia finales de 1999, la movilización de las inversiones de
los productores era mayor que cinco veces la totalidad de los
ingresos exteriores.
Desde 1999 una subvención de la Werkhof Darmstadt (co-financiada por la Unión Europea) permite seguir utilizando la
plataforma de la red de EcoSur para su posterior difusión por
Latinoamérica. Mientras tanto, EcoSur ha extendido su
influencia al mundo angloparlante y otros socios están
financiando acciones piloto en África del Sur, Vietnam y
Bangladesh.
Proceso
Más del 60% de las construcciones populares de los países más
pobres están construidas por el sector informal. Por ello, el
proyecto se ha centrado en establecer unidades piloto de
producción en este sector. La transferencia de tecnología
incluye la gestión y las aptitudes para la promoción. Sin
embargo, a principios de los años noventa, muchos recién
llegados (productores espontáneos) comenzaron a copiar la
tecnología, inventando equipos más baratos, pero poco fiables,
y a producir sin los apropiados conocimientos.
Los cursos y seminarios regionales son un elemento que da
continuidad al proceso y, de este modo, se ha contactado con
la mayoría de los productores. Se ha realizado un esfuerzo
especial para detectar e integrar a los productores
espontáneos.
En el primer seminario latinoamericano sobre cubiertas de
microhormigón celebrado en 1991 y que congregó a unos veinte
productores procedentes de once países, se creó una red
coordinada por el grupo Sofonías. Entre sus objetivos estaba
el hacer frente a los elevados precios del equipo y a la forma
irreal de pago (letras de crédito). Como respuesta a lo
primero, se desarrolló un equipo asequible y excelente y, para
lo segundo, se crearon bancos de equipos en los distintos
países que permitían a los nuevos productores adquirirlos en
régimen de arrendamiento fuera del mercado habitual, mediante
créditos blandos.
El contacto directo con los productores se mantiene a través
de los coordinadores voluntarios de los distintos países, de
cursos introductorios, visitas de seguimiento y seminarios
para los productores. El contacto con EcoSur se mantiene
mediante un boletín informativo que se envía a todos los
productores.
Cada país ha desarrollado el proyecto a una velocidad y con
una organización distintas. El proceso de difusión busca
ofrecer oportunidades a los pequeños productores, muchos de
ellos negocios familiares, creando así mercados locales. Ha
tenido lugar una expansión lenta pero constante, en la que
Honduras y Cuba han despegado de forma explosiva en 1993 y en
1995 respectivamente.
Las diferencias de calidad existentes entre la multitud de
productores llevaron a EcoSur a establecer un "Certificado de
Calidad". Un factor clave para el éxito a largo plazo de los
productores de tejas de microhormigón es la calidad del propio
producto.
El grupo Sofonías y SKAT han desarrollado una herramienta para
la gestión del proyecto que permite monitorizar su desarrollo
con un esfuerzo mínimo. Llevan aplicándola desde 1993.
EcoSur ha ampliado su campo de acción para incluir otras
tecnologías ecológica y económicamente viables
(ecomateriales). También se está llevando a cabo una
investigación científica, que a veces incluye estudios de
postgrado. La investigación se ha llevado a cabo respecto a la
sostenibilidad de las cubiertas de microhormigón, teniendo en
cuenta la energía contenida en los materiales de construcción.
Esto ha requerido la colaboración de las universidades
latinoamericanas con las europeas.
Un elemento clave para el proceso es el equilibrio entre el
conocimiento científico de alto nivel y su aplicación directa
en la base. El impacto potencial sobre la reducción de la
pobreza mediante materiales de construcción asequibles sigue
siendo un elemento motivador para la investigación.
Resultados obtenidos
Técnicamente, las tejas de microhormigón para cubiertas son un
material sobradamente probado y ampliamente documentado en las
publicaciones científicas. Las tejas se ajustan a la mayoría
de los estándares y normativas (ASTC, DIN, BS, SABS). EcoSur
ha producido una serie de publicaciones en español (incluyendo
tesis doctorales) y SKAT ofrece, en inglés, una serie de
juegos de herramientas en inglés.
Los constructores privados de los sectores formal e informal y
los proyectos de vivienda (ONG´S, gubernamentales,
paraestatales, bancos, etc), utilizan las tejas en quince
países de Latinoamérica.
Los resultados del proceso de difusión en Latinoamérica
(Latinoamérica produce el 76% del total de cubiertas de
microhormigón registrado en el mundo), a finales de 1999, son
los siguientes:
Sostenibilidad
La cubierta de microhormigón es un producto que puede competir
en el mercado libre de materiales de construcción, siempre que
se organicen bien los talleres y se tome conciencia de la
importancia de la calidad. Generalmente, su precio de venta
compite favorablemente con el producto más barato en el
mercado (chapa de hierro galvanizado) y permite beneficios
razonables. En los proyectos de vivienda, la eficiente
organización de los talleres y el empleo de mano de obra
voluntaria permite alcanzar ahorros importantes.
El proyecto se sirve de bancos de equipos, que ofrecen la
adquisición de equipos en régimen de leasing a empresarios,
con una rebaja del 33% (aproximadamente 1.200$ EE.UU) y
aproximadamente 24 plazos mensuales, calculados sobre un
índice de interés del 12%. El funcionamiento del fondo es
bueno, generalmente, con diferencias significativas en función
del país en el que opera, debido fundamentalmente a las
limitaciones de la economía nacional. El fondo opera sobre un
total de, aproximadamente, 100.000 dólares EE.UU.
La mayoría de los talleres operan cubriendo gastos y algunos
incluso han generado beneficios considerables. Cuando existe
una cierta fluctuación o caída por distintos motivos,
generalmente venden su equipo a otro empresario y recuperan su
inversión.
Cerca del 20% de todos los talleres pertenecen o están
llevados por mujeres, ya que la tecnología se adapta bien a
los empleos de media jornada y no requiere fuerza, sino
dedicación y disciplina.
Las tejas de microhormigón emplean, considerablemente menos
energía que cualquier otro material duradero para cubiertas
existente en el mercado. La energía consumida aproximadamente
por m2 en las condiciones de Latinoamérica es:
Lecciones aprendidas
Se inició la investigación sobre los materiales para cubiertas
durante la "fiebre por la tecnología apropiada" de los setenta
y los ochenta. Existía una fuerte presión para encontrar
soluciones. Las tremendas cantidades de madera empleadas para
cocer las tejas de arcilla y la extensa subestructura de
madera en las cubiertas, habían contribuido enormemente a la
deforestación en América Central. Las primeras experiencias
con láminas de fibrocemento producidas rudimentariamente
generaron varios miles de metros cuadrados de cubiertas de
mala calidad, que hubo que sustituir después. Sólo después de
una considerable inversión en la investigación y el trabajo en
red con otros proyectos y otros científicos, se pudo
desarrollar un producto válido. Desafortunadamente, todavía
hay en la actualidad proyectos que están experimentando con
métodos rudimentarios, basándose en las primeras publicaciones
de los "entusiastas de la tecnología apropiada".
Un producto debe ser atractivo para el público; tal como dicen
los españoles: "bueno, bonito y barato". Sin embargo la
calidad de las cubiertas tiene que demostrarse en la práctica
y no sólo en publicaciones y promociones. Por ello, un
proyecto de difusión lleva su tiempo. Es importante aceptar la
necesidad de que transcurra este tiempo y no esperar una
aceptación rápida en el mercado.
No parece existir una única "regla" sobre cómo comercializar
las tejas; sin embargo la calidad destaca a la larga como el
mejor argumento. EcoSur busca frenar las deficiencias en la
calidad ejerciendo una presión sutil para la mejora,
expediendo "certificados de calidad" y otorgando la categoría
de "mejor práctica" a los talleres sobresalientes.
Se ha reconocido que el material de revestimiento es tan sólo
una parte de las cubiertas y que la estructura de soporte es
la otra. Un estudio reciente sobre la sostenibilidad de las
cubiertas concluía: "La mayor parte de las cubiertas de
viviendas populares en los países evaluados no pueden
considerarse sostenibles" y "Sólo se puede denominar
sostenible a aquella cubierta en la que la estructura de
soporte es de madera. Cuando la madera se puede obtener
localmente, la TMC puede considerarse sostenible". Por ello,
el factor más importante para resolver la escasez de vivienda
es la reforestación.
Transferibilidad
Las semillas sembradas en Nicaragua han dado lugar a la
formación de 666 talleres en quince países latinoamericanos.
Este aumento respecto de las seis plantas piloto indica que la
iniciativa ha abierto el camino hacia la tecnología a muchas
personas, no sólo como un producto de cubierta viable para los
clientes sino también como un negocio sostenible para los
productores. Está claro que todos éstos se han beneficiado de
la iniciativa.
Se ha demostrado la ulterior transferibilidad con el aumento
del número de países y de socios implicados en la creación de
redes. A medida que la red ha integrado a más participantes,
ha incrementando su campo de acción y su impacto, aumentando
así la magnitud del resultado final: cubiertas asequibles.
La estrategia de difusión fomenta el intercambio de
experiencias entre los socios de forma regular, aumentando las
posibilidades de repetición y adaptación a las condiciones
locales.Desde 1995, se ha utilizado internet para facilitar
esta comunicación.
Se debería insistir en que el desarrollo no ha sido idéntico
en todos los países y regiones. Éste hecho fomenta la
transferencia realista no sólo de la tecnología, sino también
de la creación de redes.
El trabajo en red no se basa en un sistema de gestión
centralizado, sino en una coordinación que induce a los
productores más destacados de varios países a desarrollar su
capacidad consultiva. Una de sus decisiones más estratégicas
se tomó en el seminario de 1994 en Guatemala: "La red no son
oficinas sino un movimiento".
De hecho, es un movimiento ampliamente extendido. El Grupo
Sofonías ha introducido la tecnología en proyectos de vivienda
en Tajikistán y Namibia, lugares en los que las mujeres se han
convertido en fabricantes de tejas. Estamos introduciendo la
tecnología en Zimbabwe, Suráfrica, Zambia y Mozambique así
como en Bangladesh y Vietnam. En estos países se están creando
redes alrededor de la TMC con base en Namibia.
Durante el mismo período otro grupo introdujo la TMC en las
Islas Filipinas, Ghana e India. Sin embargo, el singular
enfoque del Grupo Sofonías y de su movimiento en la red EcoSur
ha ido más allá de la simple introducción, hacia la amplia
difusión de la TMC y el establecimiento de una alternativa
viable en el mercado de los materiales de construcción en
muchas regiones.
Perfil financiero
Inversión total $EE.UU | 10.100.000 |
Inversión local $EE.UU | 8.600.000 |
Inversión exterior (ayuda) $EE.UU | 1.500.000 |
Relación local-exterior | 5.7-1 |
Valor total de las TMH vendidas $EE.UU |
40.600.000 |
Inversión total por puesto de trabajo $EE.UU | 2.730 |
Productividad por puesto de trabajo (1999) | 730 m2 |
Buenas Prácticas > América Latina y el Caribe > Concurso Internacional 2000 > http://habitat.aq.upm.es/bpal/onu00/bp676.html |