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Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2000 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/00/bp668.html

Integración de la perspectiva de géneros en el transporte público, Montreal (Canadá)


Fecha de referencia: 5 de Julio de 2000

Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 2000, y catalogada como BEST. ( Best Practices Database.)
País/Country: Canadá
Región según Naciones Unidas: América del Norte
Región ecológica: isleña
Ámbito de la actuación: provincial/estatal
Categorías = Igualdad y equidad de género: acceso a los recursos; necesidades por razón de género. Servicios sociales: reducción y prevención del delito. Infraestructuras, comunicaciones y transporte: transporte y movilidad.

Contacto principal:
Anne Michaud
Comité d'action femmes et séqurité urbaine (CAFSU)
C.P. 8
Succ. B, Montréal, (Québec) H3B 3J5
Canadá
Tel.: 514-396-3521
Fax.: 514-280-3230
Email: cafsu@qc.aira.com

Socio:
Coalition of Women's Centers
Tipo de colaboración: colaboración técnica

Socio:
La Société de transport de la Communauté urbaine de Montréal
Tipo de colaboración: colaboración financiera

Socio:
The Ville de Montréal's Femmes et Ville (Mujeres en la Ciudad)
Tipo de colaboración: colaboración administrativa


R E S U M E N

El Comité d'action femmes et sequrité urbaine (CAFSU) se fundó en 1992, y está constituido por varios socios comunitarios y públicos. Su objetivo es el de mejorar la seguridad de la mujer, así como su sensación de seguridad, en el entorno urbano.

En 1994, tras una petición formulada por los Centres de femmes, los grupos del CAFSU se movilizaron para convencer al STCUM de que pusiera en funcionamiento un servicio permanente que permitiese a las mujeres bajarse de los autobuses urbanos entre dos paradas por las noches, para así estar más cerca de sus destinos. Esta petición surgía de la observación de que las mujeres estaban reduciendo en gran parte el uso del transporte público por las noches por temor a encontrarse con situaciones de violencia. La petición para la implantación de este servicio intentaba de esta forma aumentar la movilidad, la autonomía y el control sobre su propia vida de la mujer, con el objetivo final de conseguir la igualdad de géneros.

Los socios movilizaron sus recursos, consiguiendo que los puntos fuertes de cada uno complementasen los de los demás, e intentando respetar las identidades individuales de los grupos de mujeres y de las autoridades locales.

Tras dos años de esfuerzos, se consiguió el objetivo, lo cual ha reforzado la determinación de los socios de seguir trabajando para conseguir aumentar la seguridad de la mujer en la isla de Montreal. Los miembros de CAFSU prosiguen sus esfuerzos para intentar conseguir que las autoridades públicas asuman un enfoque integrado de la igualdad de géneros en el desarrollo de sus políticas, y en la provisión de los servicios urbanos públicos.




Fechas clave

Otoño 94: petición de los Centres de femmes. Se forma el sub-comité de CAFSU.

Junio 96: inicio del proyecto piloto (6 meses) para evaluar la viabilidad de la implantación del servicio "Entre dos paradas".

Diciembre 96: se anuncia la implantación permanente del servicio "Entre dos paradas" (a partir de las 21:30 horas)

Agosto 99: se anuncia la ampliación del horario del servicio (a partir las 19:30 desde el 30 de Agosto hasta el 30 de Abril).





D E S C R I P C I Ó N

El Comité d'Action Femmes et Sequrité Urbaine (CAFSU) se fundó en 1992. Está constituido por varias asociaciones comunitarias, la mayoría de ellas grupos de mujeres que tratan el tema de la violencia hacia la mujer, así como por las principales autoridades locales de Montreal. El objetivo del CAFSU es mejorar la seguridad y la sensación de seguridad de la mujer. Según la encuesta anual de Gallup, aproximadamente dos de cada tres mujeres confiesan tener miedo de andar solas por las noches por su zona. Este temor, y las restricciones de movilidad que representa para la mujer, suponen un obstáculo primordial a la hora de intentar alcanzar la igualdad de géneros en el entorno urbano. La movilidad de la mujer se reduce drásticamente al anochecer, ya que tiende a considerar los espacios del transporte público, es decir, las paradas de autobús y de metro, entre los lugares donde se siente más insegura. Dado que la mujer es el principal usuario del transporte público en Montreal (supone el 60 % de todos los usuarios), este descenso en el uso del mismo produce un fuerte impacto en el número de viajeros a ciertas horas del día, lo cual aumenta a su vez el nivel de inseguridad de todos los usuarios del transporte público.

La idea original surgió como resultado de diversos intercambios entre grupos de mujeres que tratan el tema de la seguridad de la mujer en otras ciudades canadienses. En una reunión de los socios del CAFSU, la coalición de los Centres de femmes de Montreal, que representa a más de 40.000 mujeres de Montreal, solicitó formalmente que el comité incorporase a su plan de acción anual el objetivo de establecer un servicio que permitiese a las mujeres bajarse durante el horario nocturno en puntos situados entre dos paradas del autobus. Los miembros del CAFSU ratificaron esta propuesta y pusieron en funcionamiento un sub-comité para que determinase las estrategias a seguir y para que desarrollase un plan de acción.

A partir de ahí, se persiguieron varios objetivos y se siguieron diversas estrategias. Se debía hacer ver a las autoridades locales las necesidades expresadas por las mujeres; tenían que reconocer la realidad específica de los temores de éstas y la necesidad de un servicio exclusivo para la mujer. Además era necesario demostrar que el proyecto era factible así como elaborar una breve película promocional para usar durante el proceso de negociación con las partes implicadas. Para el establecimiento de las estrategias se tuvieron en cuenta los criterios y los recursos propios de cada uno de los socios.

Los grupos de mujeres movilizaron a las mujeres de Montreal para demostrar que las peticiones correspondían a sus necesidades. Las socias y usuarias de los Centres de femmes enviaron cartas al STCUM y a los consejeros miembros de la junta directiva del ayuntamiento. La YWCA (Young Women's Catholic Association) nombró una representante para participar en el proyecto. Durante el proyecto piloto de 6 meses previo a la implantación definitiva de este servicio, los Centres de femmes movilizaron sus fuerzas una vez más para conseguir que las mujeres completasen y entregasen los formularios de evaluación distribuidos por toda la red de transporte público. El STCUM fue receptivo al proyecto, dado que éste iba encaminado a aumentar el uso de sus servicios por parte de sus principales usuarias. Dedicó los recursos necesarios para, en primer lugar, llevar a cabo un proyecto piloto y, más adelante, promover el servicio permanente. Dicho proyecto piloto incluía la producción de un estudio de viabilidad, la producción y distribución de un folleto informativo, un plan de comunicaciones, la coordinación interna de los departamentos implicados, etc. El representante del ayuntamiento de Montreal consiguió que las autoridades administrativas y políticas a nivel municipal, particularmente a los consejeros de la junta administrativa del STCUM, cobraran consciencia del problema y promovió el servicio como parte de su programa "Femmes et Ville".

Aparte de todo esto, las organizaciones que formaban el sub-comité funcional del CAFSU participaron en numerosas reuniones entre 1994 y 1996. Desde el momento en que se anunció la implantación de horarios en 1999, los socios participaron en diversas entrevistas en la radio y en la televisión, con el objeto de promover el servicio.

Durante el proceso de dos años y medio previo a la implantación definitiva del servicio "Entre dos paradas", surgieron algunas dificultades. La primera fue dejar claro que este servicio era exclusivo para chicas y mujeres. Fue necesario hacer varias intervenciones para convencer a los responsables de la toma de decisiones de que es principalmente la mujer la que ve limitados sus viajes en transporte público debido al miedo, y que el temor a los ataques de índole sexual tiene una gran influencia sobre su elección de transporte, especialmente de noche. La junta directiva del STCUM dió su apoyo al proyecto tras recibir la confirmación de la viabilidad del servicio, y de que en el desarrollo de un proyecto similar en Toronto no se habían encontrado grandes problemas. Las dificultades principales surgieron en los acuerdos a los que había que llegar con el sindicato de conductores de autobuses. El sindicato se encontraba en plenas negociaciones para alcanzar un acuerdo colectivo e intentó obtener otras concesiones a cambio de acceder a dar este servicio a las usuarias femeninas. Se mantuvieron diversas reuniones entre los líderes sindicales, la junta directiva del STCUM, y los miembros del sub-comité CAFSU. Durante el desarrollo de estas reuniones se hizo referencia a las alianzas tradicionales entre los grupos de mujeres y las organizacones sindicales.

Finalmente, los conductores aceptaron participar en un proyecto piloto de seis meses, que se evaluaría para determinar si el servicio se debía ofrecer permanentemente. Durante dicha evaluación, el STCUM hizo una encuesta entre toda su clientela. El 89% de los encuestados (91% de las mujeres y 86% de los hombres) señalaron que este servicio se debía ofrecer de forma permanente, recalcando el tema de la seguridad.

Tras el anuncio de la implantación permanente del servicio en Diciembre de 1996, el reto principal fue el darlo a conocer y promoverlo entre las ciudadanas femeninas. Dicha información debía ser distribuida constantemente, para así llegar a todas las usuarias del transporte público. Aunque se han pegado carteles en el interior de los autobuses, todavía no se han abarcado todas las rutas. En el STCUM se reciben peticiones periódicas para que se llegue a la red entera de autobuses y así todas las usuarias estén informadas de que pueden disponer de este servicio.

Tras la implantación del servicio, un ciudadano interpuso una queja frente a la Comisión de Derechos Humanos, alegando que este era un caso de discriminación sexual, ya que el servicio estaba diponible sólo para las mujeres. La comisión rechazó la queja, reconociendo que ésta era una discriminación positiva necesaria para reducir la desigualdad de géneros en términos de movilidad, particularmente de noche.

El resultado principal fue, obviamente, la implantación del servicio "Entre dos paradas" de forma permanente en Diciembre de 1996. Después de más de dos años de funcionamiento, las demandas de las usuarias han llevado ulteriormente a la empresa de transportes a anunciar la ampliación del horario de accesibilidad durante el invierno, ya que oscurece antes durante esa época del año. Estas peticiones no fueron contabilizadas, pero fueron suficientemente numerosas como para conseguir que el STCUM ajustase los horarios en respuesta. El hecho de que las experiencias de las mujeres hayan estado en el corazón del proceso, y de que sus voces hayan sido escuchadas por las autoridades locales debido al apoyo de los socios comunitarios y públicos, demuestra que pueden ejercer una influencia en el destino de recursos destinados al transporte público urbano.

Al anunciar el servicio al público en general y a los usuarios del transporte público, se consigue otro de los objetivos fundamentales de los diversos agentes que tratan el tema de la seguridad de la mujer: se consigue sensibilizar a los hombres de la realidad de las inseguridades de la mujer. Alcanzar dicho objetivo fue considerado como un gran logro por parte de los grupos de mujeres, y demostró que la colaboración con las autoridades locales puede ayudar estratégicamente a responder a las necesidades de la mujer, garantizando su participación en la toma de decisiones concerniente a este tipo de servicio público.

El éxito del proyecto reforzó la determinación de los diversos socios del CAFSU de continuar su colaboración en el desarrollo de políticas y medidas para aumentar tanto la sensación de seguridad como la seguridad efectiva de la mujer. Esta experiencia sirve ahora de ejemplo de cómo las autoridades locales pueden adaptar sus servicios a las necesidades específicas de la mujer sin que ésto tenga un impacto negativo en el servicio en general ni se incrementen intrínsecamente los costes. Por otra parte, el servicio demuestra cómo se pueden asignar los recursos para aumentar el control de la mujer sobre su propio entorno, aumentar sus opciones, facilitar su movilidad, y de este modo aumentar su capacidad para controlar su propia vida.

La implantación del servicio constituye una discriminación positiva, que reconoce que los hombres y las mujeres viven realidades diferentes y que se deben tomar medidas específicas teniendo estas diferencias en cuenta si se quieren reducir las desigualdades entre géneros. Un obstáculo importante en el camino hacia la igualdad es la falta de movilidad para las mujeres, especialmente las más pobres, como son las madres solteras. El miedo es además un principal factor limitador de la movilidad de las mujeres, sobre todo de aquéllas que dependen del transporte público para sus desplazamientos. La implantación de una medida integral dentro de la oferta del servicio público de autobuses formaliza el reconocimiento de que las autoridades locales deben responder a las necesidades de las ciudadanas femeninas y adaptar sus servicios a dichas necesidades. El miedo con el que convive la mujer, a menudo en silencio y con sentimiento de culpabilidad, se reconoce así públicamente, y la oferta de este servicio a la mujer lanza un mensaje claro de que se puede, como comunidad, hacer gastos específicos para apoyarla. Demuestra además que el problema de la inseguridad de la mujer es una responsabilidad colectiva y social. Dado que este servicio está ya implantado de forma permanente, está sirviendo como un ejemplo concreto que los grupos de mujeres y los socios de Montreal utilizan ahora para promover la necesidad de que se tengan en cuenta las demandas específicas de la mujer en la distribución general de los recursos destinados a la población.

El proceso completo que condujo a la implantación del servicio demostró la efectividad y la relevancia de un proyecto en el que los socios de carácter público eligen apoyar las peticiones formuladas por los grupos de mujeres en contacto con las ciudadanas de varios sectores de Montreal. Por encima de todo, la experiencia ha demostrado que un esfuerzo conjunto puede alcanzar el éxito sin necesidad de renunciar a los criterios propios de cada socio. Fue precisamente gracias al uso de las fuerzas complementarias de cada uno de los socios comunitarios y públicos como pudimos alcanzar nuestro objetivo. Otra lección que aprendimos fue que se necesita tener paciencia y tenacidad. Este tipo de proyecto necesariamente lleva tiempo, y hay que saber mantener vivo el interés. Gracias a la presión constante de los grupos de mujeres para conseguir los objetivos, los socios no perdieron el interés durante este esfuerzo que duró dos años y medio. El alcanzar nuestro objetivo refuerza nuestra convicción de que las soluciones encaminadas a mejorar tanto la seguridad efectiva de la mujer como su sensación subjetiva de seguridad se deben basar en las experiencias de las mujeres mismas y deben ofrecer alternativas que aumenten sus opciones en lugar de restringirlas. Por otra parte, los obstáculos encontrados con el sindicato de conductores nos han enseñado que una asociación puede contribuir a superar los estancamientos en las negociaciones, a través de las alianzas estratégicas. Este éxito anima a los socios del CAFSU a continuar esta acción coordinada para desarrollar políticas formales que tengan en cuenta la influencia de los temores de la mujer sobre la accesibilidad a la igualdad de géneros.

El servicio "Entre dos paradas" del STCUM fue adoptado por la Société de transport de Laval (una localidad en el extrarradio de Montreal) en Octubre de 1999, como resultado de diversos contactos que hubo entre las dos empresas de transporte colectivo. Durante estos intercambios, el STCUM recomendó fuertemente a la Société de transport de Laval (STL) que uniese fuerzas con los grupos de mujeres que operasen en su zona para la implantación del servicio. Posteriormente, el Centre de femmes de Laval colaboró en el proyecto, demostrando el valor de un servicio así en la mejora de la seguridad de las mujeres de Laval. Este proyecto permitió que la STL se acercase más a las usuarias femeninas de su servicio de transporte público y diese voz a los grupos de mujeres de su zona, en lo que se refiere a las necesidades específicas de la población femenina.

Transferibilidad

El servicio está siendo objeto de un creciente interés por parte de otros municipios de Quebec. Las redes de grupos de mujeres implicadas en el desarrollo local y regional fomentan asimismo la publicidad del servicio. A nivel internacional, el servicio se está promocionando a través del programa "Mujeres en la ciudad" como parte de sus actividades internacionales. Sirve asimismo como ejemplo de una asociación estratégica entre los grupos de mujeres y las autoridades locales, particularmente en el contexto del proceso de la implantación de la agenda Habitat de las Naciones Unidas.

Perfil financiero

Recursos: aproximadamente 15.000 dólares USA.
El STCUM asignó unos 10.000 dólares USA aproximadamente para cubrir los gastos del proyecto piloto, de una encuesta entre sus usuarios y de las herramientas de comunicación necesarias para la promoción del servicio.


Este documento se ha editado a partir de una versión inglesa.

Traducido por M. Cristina González Ruiz.


Revisado por Carlos Verdaguer.

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