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Fecha de referencia: 5 de Julio de 2000
Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 2000, y catalogada como BEST.
(
Best Practices Database.)
País/Country: Canadá
Región según Naciones Unidas: América del Norte
Región ecológica: isleña
Ámbito de la actuación: provincial/estatal
Categorías = Igualdad y equidad de género: acceso a los recursos;
necesidades por razón de género. Servicios sociales: reducción
y prevención del delito. Infraestructuras, comunicaciones y
transporte: transporte y movilidad.
Contacto principal:
Anne Michaud
Comité d'action femmes et séqurité urbaine (CAFSU)
C.P. 8
Succ. B, Montréal, (Québec) H3B 3J5
Canadá
Tel.: 514-396-3521
Fax.: 514-280-3230
Email: cafsu@qc.aira.com
Socio:
Coalition of Women's Centers
Tipo de colaboración: colaboración técnica
Socio:
La Société de transport de la Communauté urbaine de
Montréal
Tipo de colaboración: colaboración financiera
Socio:
The Ville de Montréal's Femmes et Ville
(Mujeres en la Ciudad)
Tipo de colaboración: colaboración administrativa
En 1994, tras una petición formulada por los Centres de femmes,
los grupos del CAFSU se movilizaron para convencer
al STCUM de que pusiera en funcionamiento un servicio permanente
que permitiese a las mujeres bajarse de los autobuses urbanos
entre dos paradas por las noches, para así estar más cerca de sus
destinos. Esta petición surgía de la observación de que las
mujeres estaban reduciendo en gran parte el uso del transporte
público por las noches por temor a encontrarse con situaciones
de violencia. La petición para la implantación de este servicio
intentaba de esta forma aumentar la movilidad, la autonomía y el
control sobre su propia vida de la mujer, con el objetivo final
de conseguir la igualdad de géneros.
Los socios movilizaron sus recursos, consiguiendo que los puntos
fuertes de cada uno complementasen los de los demás, e intentando
respetar las identidades individuales de los grupos de mujeres
y de las autoridades locales.
Tras dos años de esfuerzos, se consiguió el objetivo, lo cual ha
reforzado la determinación de los socios de seguir trabajando
para conseguir aumentar la seguridad de la mujer en la isla de
Montreal. Los miembros de CAFSU prosiguen sus
esfuerzos para intentar conseguir que las autoridades públicas
asuman un enfoque integrado de la igualdad de géneros en el
desarrollo de sus políticas, y en la provisión de los servicios
urbanos públicos.
Junio 96: inicio del proyecto piloto (6 meses) para evaluar la
viabilidad de la implantación del servicio "Entre dos paradas".
Diciembre 96: se anuncia la implantación permanente del servicio
"Entre dos paradas" (a partir de las 21:30 horas)
Agosto 99: se anuncia la ampliación del horario del servicio (a partir las 19:30 desde el 30 de Agosto hasta el 30 de Abril).
La idea original surgió como resultado de diversos intercambios
entre grupos de mujeres que tratan el tema de la seguridad de la
mujer en otras ciudades canadienses. En una reunión de los socios
del CAFSU, la coalición de los Centres de femmes
de Montreal, que representa a más de 40.000 mujeres de Montreal,
solicitó formalmente que el comité incorporase a su plan de
acción anual el objetivo de establecer un servicio que permitiese
a las mujeres bajarse durante el horario nocturno en puntos
situados entre dos paradas del autobus. Los miembros del
CAFSU ratificaron esta propuesta y pusieron en
funcionamiento un sub-comité para que determinase las estrategias
a seguir y para que desarrollase un plan de acción.
A partir de ahí, se persiguieron varios objetivos y se siguieron
diversas estrategias. Se debía hacer ver a las autoridades
locales las necesidades expresadas por las mujeres; tenían que
reconocer la realidad específica de los temores de éstas y la
necesidad de un servicio exclusivo para la mujer. Además era
necesario demostrar que el proyecto era factible así como
elaborar una breve película promocional para usar durante el
proceso de negociación con las partes implicadas. Para el
establecimiento de las estrategias se tuvieron en cuenta los
criterios y los recursos propios de cada uno de los socios.
Los grupos de mujeres movilizaron a las mujeres de Montreal para
demostrar que las peticiones correspondían a sus necesidades. Las
socias y usuarias de los Centres de femmes enviaron cartas al
STCUM y a los consejeros miembros de la junta directiva del
ayuntamiento. La YWCA (Young Women's Catholic
Association) nombró una representante para participar en
el proyecto. Durante el proyecto piloto de 6 meses previo a la
implantación definitiva de este servicio, los Centres de femmes
movilizaron sus fuerzas una vez más para conseguir que las
mujeres completasen y entregasen los formularios de evaluación
distribuidos por toda la red de transporte público. El
STCUM fue receptivo al proyecto, dado que éste iba
encaminado a aumentar el uso de sus servicios por parte de sus
principales usuarias. Dedicó los recursos necesarios para, en
primer lugar, llevar a cabo un proyecto piloto y, más adelante,
promover el servicio permanente. Dicho proyecto piloto incluía
la producción de un estudio de viabilidad, la producción y
distribución de un folleto informativo, un plan de
comunicaciones, la coordinación interna de los departamentos
implicados, etc. El representante del ayuntamiento de Montreal
consiguió que las autoridades administrativas y políticas a nivel
municipal, particularmente a los consejeros de la junta
administrativa del STCUM, cobraran consciencia del problema y
promovió el servicio como parte de su programa "Femmes et Ville".
Aparte de todo esto, las organizaciones que formaban el sub-comité funcional del CAFSU participaron en
numerosas reuniones entre 1994 y 1996. Desde el momento en que
se anunció la implantación de horarios en 1999, los socios
participaron en diversas entrevistas en la radio y en la
televisión, con el objeto de promover el servicio.
Durante el proceso de dos años y medio previo a la implantación
definitiva del servicio "Entre dos paradas", surgieron algunas
dificultades. La primera fue dejar claro que este servicio era
exclusivo para chicas y mujeres. Fue necesario hacer varias
intervenciones para convencer a los responsables de la toma de
decisiones de que es principalmente la mujer la que ve limitados
sus viajes en transporte público debido al miedo, y que el temor
a los ataques de índole sexual tiene una gran influencia sobre
su elección de transporte, especialmente de noche. La junta
directiva del STCUM dió su apoyo al proyecto tras recibir la
confirmación de la viabilidad del servicio, y de que en el
desarrollo de un proyecto similar en Toronto no se habían
encontrado grandes problemas. Las dificultades principales
surgieron en los acuerdos a los que había que llegar con el
sindicato de conductores de autobuses. El sindicato se encontraba
en plenas negociaciones para alcanzar un acuerdo colectivo e
intentó obtener otras concesiones a cambio de acceder a dar este
servicio a las usuarias femeninas. Se mantuvieron diversas
reuniones entre los líderes sindicales, la junta directiva del
STCUM, y los miembros del sub-comité CAFSU.
Durante el desarrollo de estas reuniones se hizo referencia a las
alianzas tradicionales entre los grupos de mujeres y las
organizacones sindicales.
Finalmente, los conductores aceptaron participar en un proyecto
piloto de seis meses, que se evaluaría para determinar si el
servicio se debía ofrecer permanentemente. Durante dicha
evaluación, el STCUM hizo una encuesta entre toda su clientela.
El 89% de los encuestados (91% de las mujeres y 86% de los
hombres) señalaron que este servicio se debía ofrecer de forma
permanente, recalcando el tema de la seguridad.
Tras el anuncio de la implantación permanente del servicio en
Diciembre de 1996, el reto principal fue el darlo a conocer y
promoverlo entre las ciudadanas femeninas. Dicha información
debía ser distribuida constantemente, para así llegar a todas las
usuarias del transporte público. Aunque se han pegado carteles
en el interior de los autobuses, todavía no se han abarcado todas
las rutas. En el STCUM se reciben peticiones periódicas para que
se llegue a la red entera de autobuses y así todas las usuarias
estén informadas de que pueden disponer de este servicio.
Tras la implantación del servicio, un ciudadano interpuso una
queja frente a la Comisión de Derechos Humanos, alegando que este
era un caso de discriminación sexual, ya que el servicio estaba
diponible sólo para las mujeres. La comisión rechazó la queja,
reconociendo que ésta era una discriminación positiva necesaria
para reducir la desigualdad de géneros en términos de movilidad,
particularmente de noche.
El resultado principal fue, obviamente, la implantación del
servicio "Entre dos paradas" de forma permanente en Diciembre de
1996. Después de más de dos años de funcionamiento, las demandas
de las usuarias han llevado ulteriormente a la empresa de
transportes a anunciar la ampliación del horario de accesibilidad
durante el invierno, ya que oscurece antes durante esa época del
año. Estas peticiones no fueron contabilizadas, pero fueron
suficientemente numerosas como para conseguir que el STCUM
ajustase los horarios en respuesta. El hecho de que las
experiencias de las mujeres hayan estado en el corazón del
proceso, y de que sus voces hayan sido escuchadas por las
autoridades locales debido al apoyo de los socios comunitarios
y públicos, demuestra que pueden ejercer una influencia en el
destino de recursos destinados al transporte público urbano.
Al anunciar el servicio al público en general y a los usuarios
del transporte público, se consigue otro de los objetivos
fundamentales de los diversos agentes que tratan el tema de la
seguridad de la mujer: se consigue sensibilizar a los hombres de
la realidad de las inseguridades de la mujer. Alcanzar dicho
objetivo fue considerado como un gran logro por parte de los
grupos de mujeres, y demostró que la colaboración con las
autoridades locales puede ayudar estratégicamente a responder a
las necesidades de la mujer, garantizando su participación en la
toma de decisiones concerniente a este tipo de servicio público.
El éxito del proyecto reforzó la determinación de los diversos
socios del CAFSU de continuar su colaboración en
el desarrollo de políticas y medidas para aumentar tanto la
sensación de seguridad como la seguridad efectiva de la mujer.
Esta experiencia sirve ahora de ejemplo de cómo las autoridades
locales pueden adaptar sus servicios a las necesidades
específicas de la mujer sin que ésto tenga un impacto negativo
en el servicio en general ni se incrementen intrínsecamente los
costes. Por otra parte, el servicio demuestra cómo se pueden
asignar los recursos para aumentar el control de la mujer sobre
su propio entorno, aumentar sus opciones, facilitar su movilidad,
y de este modo aumentar su capacidad para controlar su propia
vida.
La implantación del servicio constituye una discriminación
positiva, que reconoce que los hombres y las mujeres viven
realidades diferentes y que se deben tomar medidas específicas
teniendo estas diferencias en cuenta si se quieren reducir las
desigualdades entre géneros. Un obstáculo importante en el camino
hacia la igualdad es la falta de movilidad para las mujeres,
especialmente las más pobres, como son las madres solteras. El
miedo es además un principal factor limitador de la movilidad de
las mujeres, sobre todo de aquéllas que dependen del transporte
público para sus desplazamientos. La implantación de una medida
integral dentro de la oferta del servicio público de autobuses
formaliza el reconocimiento de que las autoridades locales deben
responder a las necesidades de las ciudadanas femeninas y adaptar
sus servicios a dichas necesidades. El miedo con el que convive
la mujer, a menudo en silencio y con sentimiento de culpabilidad,
se reconoce así públicamente, y la oferta de este servicio a la
mujer lanza un mensaje claro de que se puede, como comunidad,
hacer gastos específicos para apoyarla. Demuestra además que el
problema de la inseguridad de la mujer es una responsabilidad
colectiva y social. Dado que este servicio está ya implantado de
forma permanente, está sirviendo como un ejemplo concreto que los
grupos de mujeres y los socios de Montreal utilizan ahora para
promover la necesidad de que se tengan en cuenta las demandas
específicas de la mujer en la distribución general de los
recursos destinados a la población.
El proceso completo que condujo a la implantación del servicio
demostró la efectividad y la relevancia de un proyecto en el que
los socios de carácter público eligen apoyar las peticiones
formuladas por los grupos de mujeres en contacto con las
ciudadanas de varios sectores de Montreal. Por encima de todo,
la experiencia ha demostrado que un esfuerzo conjunto puede
alcanzar el éxito sin necesidad de renunciar a los criterios
propios de cada socio. Fue precisamente gracias al uso de las
fuerzas complementarias de cada uno de los socios comunitarios
y públicos como pudimos alcanzar nuestro objetivo. Otra lección
que aprendimos fue que se necesita tener paciencia y tenacidad.
Este tipo de proyecto necesariamente lleva tiempo, y hay que
saber mantener vivo el interés. Gracias a la presión constante
de los grupos de mujeres para conseguir los objetivos, los socios
no perdieron el interés durante este esfuerzo que duró dos años
y medio. El alcanzar nuestro objetivo refuerza nuestra convicción
de que las soluciones encaminadas a mejorar tanto la seguridad
efectiva de la mujer como su sensación subjetiva de seguridad se
deben basar en las experiencias de las mujeres mismas y deben
ofrecer alternativas que aumenten sus opciones en lugar de
restringirlas. Por otra parte, los obstáculos encontrados con el
sindicato de conductores nos han enseñado que una asociación
puede contribuir a superar los estancamientos en las
negociaciones, a través de las alianzas estratégicas. Este éxito
anima a los socios del CAFSU a continuar esta
acción coordinada para desarrollar políticas formales que tengan
en cuenta la influencia de los temores de la mujer sobre la
accesibilidad a la igualdad de géneros.
El servicio "Entre dos paradas" del STCUM fue adoptado por la
Société de transport de Laval (una localidad en el extrarradio
de Montreal) en Octubre de 1999, como resultado de diversos
contactos que hubo entre las dos empresas de transporte
colectivo. Durante estos intercambios, el STCUM recomendó
fuertemente a la Société de transport de Laval
(STL) que uniese fuerzas con los grupos de mujeres
que operasen en su zona para la implantación del servicio.
Posteriormente, el Centre de femmes de Laval colaboró en el
proyecto, demostrando el valor de un servicio así en la mejora
de la seguridad de las mujeres de Laval. Este proyecto permitió
que la STL se acercase más a las usuarias
femeninas de su servicio de transporte público y diese voz a los
grupos de mujeres de su zona, en lo que se refiere a las
necesidades específicas de la población femenina.
Transferibilidad
El servicio está siendo objeto de un creciente interés por parte
de otros municipios de Quebec. Las redes de grupos de mujeres
implicadas en el desarrollo local y regional fomentan asimismo
la publicidad del servicio. A nivel internacional, el servicio
se está promocionando a través del programa "Mujeres en la
ciudad" como parte de sus actividades internacionales. Sirve
asimismo como ejemplo de una asociación estratégica entre los
grupos de mujeres y las autoridades locales, particularmente en
el contexto del proceso de la implantación de la agenda Habitat
de las Naciones Unidas.
Perfil financiero
Recursos: aproximadamente 15.000 dólares USA.
El STCUM asignó unos 10.000 dólares USA aproximadamente para
cubrir los gastos del proyecto piloto, de una encuesta entre sus
usuarios y de las herramientas de comunicación necesarias para
la promoción del servicio.
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