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Fecha de referencia: 05-07-2000
Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 2000, y catalogada como GOOD.
(
Best Practices Database.)
País/Country: El Salvador
Región según Naciones Unidas: América Latina
Región ecológica: alta meseta
Ámbito de la actuación: pueblo
Instituciones: organización no gubernamental (ONG)
Categorías = Infraestructuras, comunicaciones y transporte:
abastecimiento de agua potable.
Contacto principal:
Antonio Rodríguez
Col. Lomas de San Francisco
calle #3 casa #20, San Salvador
#2: Tercera Avenida Norte #9
Barrio Concepción
Santiago de María
Ulusután, El Salvador
Socio:
Club Rotario
Club Rotario de Many, Louisiana
Club Rotario de Taos, Nuevo Méjico
Club Rotario de Ciudad Jardín, San Miguel, El Salvador
CARE International en El Salvador
USAID
Colaboración financiera
El Club Rotario de El Salvador trabajó conjuntamente con CARE y
USAID para proporcionar la adecuada asistencia técnica para
distribuir de forma efectiva el agua potable y construir
servicios higiénicos.
Los miembros del Club Rotario (rotarios) ayudaron a los
residentes a elegir un comité del agua y una junta directiva; los
líderes vecinales administraron el sistema de abastecimiento de
agua y recibieron formación en administración y contabilidad.
Durante los meses de abril a junio se realizaron las sesiones de
formación de tres comunidades sanitarias, y en los seis meses
siguientes se organizaron reuniones y clases para desarrollar más
actividades sociales y sanitarias en la zona.
Toda la comunidad en su conjunto participó en las actividades del
proyecto junto a los rotarios y el CARE. Más de 600 familias
estuvieron presentes en cada fase de la construcción de los
servicios higiénicos. Al mismo tiempo se estableció un programa
de administración de la micro cuenca. Se formaron tres Comités
del Medio Natural, para aprovechar la época de lluvias y plantar
árboles. También se realizaron talleres de formación en los que
se plantaron 30.850 nuevos árboles y se cavaron zanjas para la
filtración del agua y la protección de la fuente.
Situación previa a la iniciativa
Los principales problemas en la zona eran la falta de agua
potable, la enorme insuficiencia de letrinas y la inadecuada
higiene personal y doméstica entre los habitantes. Estos factores
habían causado ya y seguían causando la mayoría de los problemas
de salud en la zona: diarrea y parásitos, especialmente entre los
niños menores de cinco años.
Establecimiento de prioridades
Para combatir y disminuir de forma eficaz estos problemas, los
rotarios recomendaron poner en marcha un método participativo,
que permitiría guiar y reforzar la práctica de la comunidad en
la construcción de letrinas y en sus hábitos de higiene; esto
llevaría a la población a un cambio personal de actitud y
práctica en el mantenimiento de su salud.
Formulación de objetivos y estrategias
El objetivo inicial de este proyecto fue proporcionar sistemas
de agua portátiles para, al menos, 756 familias en las
comunidades de EL Papalón, El Jobo y El Rodeo. Fue necesario
construir letrinas en cada hogar para que la comunidad aceptara
mejor el proyecto y para asegurar la sosteniblidad de la
intervención. También fue necesario formar a miembros de tres
comunidades en temas de salud, uso apropiado de los sistemas
portátiles de agua, letrinas, protección de micro-cuencas,
operaciones, mantenimiento y administración.
Movilización de recursos
En 1994, el Consejo Comunitario de San Miguel de El Salvador,
comenzó a buscar asistencia técnica y financiera para construir
un sistema portátil de agua en la comunidad. En Febrero de 1998,
el Club Rotario Ciudad Jardín de San Miguel, USAID y CARE
Internacional aprobaron un paquete de medidas de asistencia
técnica y financiera para el proyecto comunitario de agua "Salud,
Hambre y Humanidad". Así, un total de 18 miembros del grupo de
líderes obreros se movilizaron para empezar la construcción de
parte del proyecto.
Así mismo, fueron convocadas asambleas generales para mantener
involucrada a la población en el desarrollo de las estructuras
administrativas y las regulaciones. Los comités se constituyeron
con hombres y mujeres de todas las edades, incluidos los
estudiantes.
Proceso
Una de las principales dificultades que tuvieron que afrontar los
coordinadores del proyecto fue la necesidad de motivar a los
miembros de la comunidad y ganarse su confianza; la tarea de los
rotarios y la asociación CARE fue volver a centrar las energías
de la comunidad en el proyecto según fueron surgiendo los
problemas.
El hecho de no encontrar agua a un determinado nivel tras la
primera perforación provocó una sensación de desconfianza por
parte de la población, que pensó que quizás los promotores del
proyecto no sabían como llevarlo a cabo de forma eficaz.
En lugar de detenerse en este incidente, CARE, los rotarios y
USAID animaron a la población a formar ocho asambleas en las tres
comunidades, con la intención de informar públicamente de lo que
había ocurrido, y de los pasos necesarios para que el segundo
intento fuera un éxito.
Otro problema, pequeño pero crítico, fue consecuencia de una
esperada contribución económica que nunca llegó, lo que obligó
a CARE a comprometerse a través de su programa Prosagus, lo cual
permitió a la comunidad construir más letrinas con la subvención
de USAID.
Los desastres naturales son otro factor imprevisto en el
desarrollo de estos proyectos. Durante este, la destrucción
provocada por el huracán Mitch ralentizó el trabajo
considerablemente. Los promotores del proyecto tuvieron que
convencer a la población para que no abandonara y afrontara el
desastre avanzando siempre hacia delante. Los miembros del Club
Rotario trabajaron en equipo para transportar y repartir los
elementos necesarios para mantener en marcha el proyecto y
motivar a la comunidad. Este esfuerzo común tuvo lugar en los
cruciales meses de Octubre a Diciembre de 1998, y consiguió de
nuevo cargar de energías a los participantes, que invirtieron el
tiempo extra necesario para recuperar el tiempo perdido.
Resultados obtenidos
Se hizo un balance tanto cuantitativo como cualitativo de los
resultados obtenidos. Los beneficios ambientales y de salud
fueron evidentes inmediatamente:
Además, cada una de las comunidades participantes tiene ahora un
equipo bien preparado de cuidadores de la salud, que pueden
enseñar a la comunidad hábitos higiénicos y el uso correcto del
sistema de agua. A nivel nacional, nuevos promotores continuarán
trabajando junto a los del Ministerio de Salud.
Sostenibilidad
Uno de los principales objetivos fue asegurar la sostenibilidad
del proyecto. Los pasos para conseguirlo fueron la protección de
la fuente de agua, la organización de una entidad de
administración y dirección del proyecto, así como de
mantenimiento del sistema, una vez los técnicos de CARE hubieran
terminado el proyecto.
Para asegurar su sostenibilidad, los líderes del proyecto
pidieron a la población beneficiaria que invirtieran una parte
de la cuota mensual del servicio de agua para pagar el salario
de un promotor de la salud y para organizar actividades
ambientales. Las instituciones locales involucradas en el
proyecto formaron una red ambiental con el objetivo de asegurar
la sostenibilidad de los recursos de agua através de la
protección de la micro-cuenca de agua. Esto aseguró la
sostenibilidad del sistema, que permitiría hacer un seguimiento
y enfrentarse activamente a cualquier complicación que pudiera
surgir.
Los rotarios de San Miguel y Lousiana ayudaron a organizar una
Comunidad de Rotarios (RCC) para realizar los objetivos del
proyecto. Esta organización, patrocinada por los clubs de
rotarios locales y compuesta por miembros de la comunidad, será
la responsable de la programación estratégica relacionada con el
proyecto y su sostenibilidad.
Lecciones aprendidas
Todo proceso ofrece la posibilidad de aprender y, en el caso de
este proyecto, los responsables pudieron sacar extraer lecciones
de cada una de las fases de organización, formación e
inauguración.
Transferibilidad
Este proyecto fue diseñado para poder ser reproducido en otros
lugares, pues se adapta a cualquier ecosistema parecido:
mesetario, semiárido y tropical. El diseño del proyecto y las
lecciones que de él pueden extraerse contribuirán a que futuros
esfuerzos como éste sean cada vez más exitosos. Un proyecto de
estas características no puede ser repetido a menos que los
coordinadores promuevan y requieran la participación de la
comunidad afectada. Mujeres y hombres deben ser tratados
igualitariamente y asumir reponsabilidades de forma compartida.
Para ello es necesario que los coordinadores establezcan con
claridad un plan antes de empezar el proyecto y que, al mismo
tiempo, éste sea lo suficientemente flexible como para afrontar
los problemas que puedan ir surgiendo.
También es importante destacar la necesidad de respetar y
entender que no todas las comunidades tienen las mismas
características que las de El Papalón, El Jobo y El Rodeo. Sin
embargo, con los recursos necesarios, el ejemplo de las buenas
prácticas y los suficientes instrumentos de motivación, este
proyecto puede ser repetido y más familias en todo el mundo
pueden emprender su camino hacia unas condiciones de vida más
sanas.
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