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Fecha de referencia: 05-07-2000
Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 2000, y catalogada como GOOD.
(
Best Practices Database.)
País/Country: Uruguay
Región según Naciones Unidas: América Latina
Región ecológica: Continental
Ámbito de la actuación: Nacional
Instituciones: asociación profesional
Categorías = Infancia y juventud: educación y formación profesional
(incluyendo atención de día y formación); salud y alimentación.
Erradicación de la pobreza: generación de ingresos; creación de
empleo; formación profesional. Servicios sociales: prevención y
reducción del crimen; educación; salud y bienestar.
Contacto principal:
María Isabel Bove
Tristán Narvaja 1513/101.
Montevideo, Uruguay.
Tipo de organización: Asociación profesional.
Las estrategias para poder desarrollar el proyecto CAIF
se basan en la cooperación entre el Estado y la población civil
que, para hacer más eficaz su actuación, se organiza en
"Asociaciones civiles". La contribución estatal proviene del
Instituto Nacional para las Minorías, el Instituto
Nacional para la Alimentación, el Ministerio de Sanidad,
la Administración Nacional de Educación Pública, el
Ministerio de Educación y Cultura y el Ministerio de
Trabajo y de la Seguridad Social. La coordinación de todos estos
estamentos públicos en relación con el proyecto CAIF
correspondió a un Secretariado Ejecutivo creado a tal efecto. La
participación de varias instituciones permitió asegurar la
eficacia de un acercamiento integral a los problemas sociales.
En el proyecto CAIF se apostó claramente por la
descentralización, para lo cual se confió parte de la gestión del
programa a los grupos de trabajo provinciales y locales. Se
consideró fundamental que los representantes de las "Asociaciones
Civiles" participaran activamente en todo el proceso ya que son
ellos los que pueden acercar el proyecto a la población y crear
así la movilización social deseada.
Los Centros CAIF, que son las unidades operativas del
proyecto, se ocupan de que los niños menores de cuatro años
tengan cubiertas sus necesidades sociales en las siguientes
áreas: estimulación, educación preescolar, salud y nutrición. Del
mismo modo, en estos centros se orienta y educa a los padres y
se intenta establecer una conexión con las familias para que
éstas se conviertan en una referencia para el resto de la
población de la zona en la que está situado el Centro.
En este documento se pretende mostrar la eficacia del proyecto
y cómo éste ha conseguido resultados relevantes en los distintos
campos en los que ha actuado en un breve espacio de tiempo.
Desde 1997 se ha conseguido una mejora importante en el
desarrollo psicomotor de los niños. Si bien antes del programa
un 47,3% de los niños tenían un desarrollo considerado "normal",
tras éste, la cifra se ha incrementado hasta el 67,1%.
En este momento, se estima que un 22,4% de los niños están en
situación de riesgo frente al 32% anterior. Si bien antes, el
20,5% de los niños tenían un retraso en su desarrollo,
actualmente el número se reduce a un 10,5%.
Estos avances son consecuencia de los siguientes factores:
Se ha observado un descenso significativo de los factores
psicológicos de riesgo que afectaban a las madres.
Estos resultados se deben a que el proyecto, desde un principio,
se centró en las familias más pobres (81,4%) y quiso llegar al
mayor número de éstas posible.
El crecimiento del proyecto ha sido significativo, si bien en
1997, se contaba con 120 centros en los que se atendía a 8000
niños, en 1999 existen 200 centros en los que reciben asistencia
14000 niños.
Situación previa a la iniciativa
El proyecto CAIF surgió, en 1988, como respuesta a los
altos índices de pobreza detectados entre las familias con niños
y a los escasos resultados que sobre esta situación tenían las
inversiones públicas anteriores. En Uruguay, casi la mitad de los
niños nacen en familias pobres, lo que supone una difícil
perspectiva de futuro para el país.
El Plan CAIF se desarrolló, en un principio, partiendo
de un acuerdo entre Unicef y el Gobierno uruguayo. El
documento que formalizó el acuerdo planteaba la creación de
centros para la atención a la infancia y a las familias en
diferentes zonas del país.
Desde la puesta en marcha del proyecto, éste ha sido auditado por
expertos independientes que no estaban ligados ni al Estado ni
a los Centros. Según un estudio del Centro Latinoamericano
de Economía Humana (CLAEH), el 47% de los niños que han recibido
cuidados en los Centros CAIF tiene un desarrollo
psicomotor normal, el 32% está en situación de riesgo y el 21%
tiene un retraso en su desarrollo. Por el contrario, los niños
nacidos en familias sin problemas económicos, generalmente
procedentes de áreas urbanas, tienen un desarrollo pricomotor
adecuado en un 85% de los casos, un 13,3% está en situación de
riesgo y sólo un 1,7% tiene un retraso en su desarrollo.
Según datos del mismo estudio, si tenemos en cuenta al conjunto
de los niños que viven en condiciones de pobreza, estén o no
dentro del programa CAIF, el 67,3% tenía un desarrollo
normal, el 24,3% estaba en situación de riesgo y el 8,4% tenía
un retraso en su desarrollo según cifras de 1986.
Los porcentajes de los niños que acudían a los centros
CAIF eran peores que los del conjunto de los niños
procedentes de las familias pobres de Uruguay, lo que indica que
se estaba atendiendo a los niños que más lo necesitaban. Aún así
el proyecto estaba lejos de alcanzar los objetivos que se había
propuesto en un principio.
Establecimiento de prioridades
Cuando se puso en marcha el proyecto, en 1990, un primer estudio
detectó un bajo porcentaje de niños con un desarrollo adecuado
(25,3%), un gran número de niños en situación de riesgo (40,3%)
y un 34,4% de niños con retraso. En 1997, el porcentaje de niños
con un desarrollo normal se incrementó en un 22%, es decir, en
un período de siete años, las cifras variaron de un 25,3% a un
47%. Este cambio se debió fundamentalmente a la mejora de la
alimentación. Aún así, si ésta hubiera sido la única
intervención, se habrían necesitado 12 años para igualar el
desarrollo de los niños más desfavorecidos al de aquellos
provenientes de familias sin problemas económicos, lo que
significa que los problemas de desarrollo afectarían aún a tres
generaciones.
La falta de personal adecuado, tanto en número como en formación
y la escasa calidad de los servicios que prestaban las
"Asociaciones Civiles" y la exclusión de las familias de los
programas provocaron unos resultados peores de lo esperado en un
principio.
Basándose en los resultados obtenidos en los estudios antes
mencionados, el actual "Secretariado Ejecutivo" ha determinado
como objetivo prioritario el desarrollo integral de la infancia.
Formulación de objetivos y estrategias
OBJETIVO PRINCIPAL
Llevar a cabo los objetivos formulados por las Instituciones
Públicas, el Gobierno Provincial y los Comités Locales. Estos
objetivos se basan en la mejora de las condiciones psicosociales
de los niños menores de 4 años que de otra manera continuarían
en la situación de pobreza que afecta a sucesivas generaciones
de uruguayos.
OBJETIVO ESPECÍFICO
Mejorar la calidad y el alcance de los programas sociales
desarrollando nuevas estrategias y metodologías encaminadas a la
atención integral de los niños, las mujeres y las familias.
Participación en proyectos de la Administración y coordinación
de éstos.
La Administración colabora con los proyectos locales aportando
recursos económicos para la creación de un Plan Central.
La población, organizada y agrupada en asociaciones sin ánimo de
lucro y constituidas legalmente, participa activa y
responsablemente en la organización, planificación y gestión de
los Centros CAIF.
Participación de diversas instituciones.
En el Plan CAIF participan instituciones públicas, tanto
estatales como provinciales, empresas locales y organizaciones
no gubernamentales especializadas en la infancia y en las
familias.
La población queda representada por delegados nacionales y
provinciales que se eligen cada dos años en las "Asociaciones
Civiles".
También colaboran agencias de cooperación internacional
(UNICEF y Naciones Unidas).
La coordinación de todas estas entidades es responsabilidad del
Secretariado Ejecutivo.
Descentralización.
El proyecto fomentó desde un primer momento la descentralización
de la toma de decisiones. De este modo, cada centro puede
afrontar los problemas específicos del área que cubre de modo
adecuado.
Participación activa de la población.
El proyecto fomentó la participación de la población con el
objetivo de favorecer la creación de una red social que integrara
a los distintos grupos implicados. Esta red sustentaría los
programas sociales previstos por el proyecto para mejorar la
calidad de vida de los niños, las familias y la población en su
conjunto.
Estos programas proponían una atención global de la población e
incluían una primera estimulación de los bebés, educación
preescolar, educación para la salud, prevención, información
nutricional y la promoción de la familia como unidad social y su
conexión con el desarrollo social de la propia población.
Movilización social.
El Plan pretende legitimizar socialmente a los participantes y
promover acciones de integración social que contribuyan a
alcanzar los objetivos fijados. La manera de conseguirlo es
informando públicamente de la política general del Plan, de sus
estrategias y de sus objetivos así como de sus logros y fracasos.
Movilización de recursos
Los recursos humanos y materiales, las actuaciones estratégicas
y cada una de las actividades desarrolladas por los centros
provienen de una cuidada coordinación de las instituciones
participantes. Cada institución se ocupó de unos objetivos
específicos, aquellos en los que se especializó, de este modo,
todas colaboraron para completar el objetivo general propuesto.
La coordinación del Estado por una parte, y las asociaciones
Civiles por la otra, se formalizó en un contrato en el que ambas
partes acordaban sus derechos y sus deberes.
El estado determinó las líneas generales del plan de acción, es
decir, fija los puntos clave del desarrollo del proyecto. Define
las cuestiones técnicas esenciales, forma a los empleados y
aporta los recursos económicos a los centros. El Estado también
controla y supervisa que se vayan cumpliendo los objetivos
acordados con el resto de instituciones participantes a través
del Instituto Nacional para las Minorias (INAME).
Proceso
Las conclusiones presentadas en la valoración de 1.997 supusieron
un estímulo para desarrollar aún los puntos fuertes del proyecto
y para eliminar los fallos detectados. El objetivo, sin embargo,
seguía siendo la búsqueda de técnicas de intervención que
estuvieran de acuerdo con la "Convención de los Derechos de los
Niños" y garantizaran la igualdad de oportunidades, superando las
situaciones que hacen que algunos de ellos estén excluidos.
Problema de identificación
Toda la información disponible se hace pública, de este modo, los
resultados obtenidos en la valoración de 1997 se dieron a conocer
a todas las personas que participan activamente en los talleres
para que pudieran analizarlos.
Redefinición de los objetivos propuestos para el período 98-99
La calidad se define como la realización de un servicio de
acuerdo con un nivel de exigencia definido en lo que concierne
a servicios básicos e instalaciones, higiene del terreno donde
se asienta el centro y especialmente la profesionalidad con que
se realizan todas y cada una de las labores por parte del personal.
Los Centros CAIF, como se declaró en la "Convención de
los Derechos de los Niños" deben "atender especialmente a las
necesidades de estos niños, a los que se les proporcionarán un
cuidado y una asistencia especiales debido a su vulnerabilidad".
En los Centros también se debe insistir en que los primeros
responsables en proporcionar protección y cuidados a los niños
son sus propias familias. Los distintos programas y servicios que
se desarrollan en cada Centro deben tener muy en cuenta los
avances científicos de que se dispone en relación con el
desarrollo de los niños, el papel de la familia y los derechos
que tienen tanto el niño como sus padres.
Por esta razón, los Centros CAIF deben aportar un
servicio de orientación familiar que ayude a los padres o a las
personas que desempeñan este papel que les ayude a prevenir
situaciones de riesgo derivadas de la falta de integración y de
las dificultades a la hora de resolver problemas de cada día
referentes a la educación de los niños.
Hay estudios que demuestran que los programas de educación y
estimulación que se basan en el protagonismo de los padres tienen
mejores resultados que aquellos que los excluyen.
El programa, más que en dar soluciones a necesidades concretas,
se centra en procesos de educación y promoción de los individuos
y de las familiaas, en el fortalecimiento de la unidad familiar,
de las comunidades y de las redes de trabajo social.
Todos los programas y proyectos de cada una de las áreas de
acción se redefinieron con este principio: "La familia debe
favorecer el desarrollo del niño y las redes de trabajo social
deben apoyar el desarrollo de la familia".
El deseo, por parte de los profesionales, de incluir a los padres
en los programas, no es suficiente para que se convierta en
hechos. El marco de trabajo que propone una organización es
necesario para definir el momeneto, el lugar y el modo en que se
lleva a la práctica en la realidad.
Se ha seguido esta línea para desarrollar los siguientes
programas:
Programa para niños de entre dos y cuatro años.
Se han ido desarrollando estrategias para conseguir integrar a
los padres en las actividades educativas diarias en cada Centro.
Además de ésto, se ha dado especial relevancia a la utilización
de instrumentos para el desarrollo de valoraciones externas, la
definición de un programa para educación inicial que puede ser
adaptado a las necesidades de cada niño y la mejora de las
técnicas educativas utilizadas.
El programa nutricional que se había desarrollado anteriomente
se consolidó principalmente a través del desarrollo de
actividades educativas, del suministro de alimentos y del control
permanente del estado nutricional y motor del niño (control de
dieta, estatura y peso).
Programa para niños de hasta 24 meses.
Cuando se analizó el desarrollo psicomotor en relación con la
edad de los niños se detectó que a medida que transcurre el
tiempo, el número de niños que no han alcanzado un desarrollo
normal disminuye.
Cuando estos niños empezaron a asistir al Centro, ya estaban
afectados por un nivel de riesgo y retraso que era muy dificil
de modificar únicamente con el trabajo que se podía realizar en
el propio Centro.
Esto demostraba que era necesario pensar en una intervención
anterior a que se produjera el daño. Si bien al principio se
determinó que la edad a que se comenzaría a atender a los niños
en los Centros sería de dos años, la experiencia demostró que
ésta era demasido tardía para obtener buenos resultados. Era
fundamental innovar, mejorar las unidades y estimular el
desarrollo desde una edad muy temprana.
De este modo se creó el programa "Un lugar donde crecer y
aprender jugando". El objetivo principal es proteger el
desarrollo de cada niño a través de lo que se ha llamado "Una
ayuda para el desarrollo y la educación de tu hijo". Este
programa ha demostrado que es una interesante oportunidad para
fortalecer el papel de las familias, para trabajar con las
mujeres desde el punto de vista de la igualdad de sexos y para
desarrollar proyectos de cuidado de la salud y nutrición.
Programas de salud y prevención.
Estos programas son esenciales para conseguir los objetivos de
desarrollo integral de los niños en el entorno familiar. Se
desarrollan en colaboración con los servicios de Salud Pública
del área geográfica correspondiente. Sus efectos mejoran
notablemente a través del programa "Madres y padres en apoyo de
la salud" que fue desarrollado por miembros de la propia
comunidad que previamente fueron formados para trabajar con las
familias en su lucha por una mejor calidad de vida.
Programa "Padres e Hijos".
Pretende fortalecer el papel de educadores de los padres.
Programa "Amar y cuidar la vida".
Favorece las condiciones que ayudan a los adultos a desarrollar
factores de protección que les capaciten para enfrentarse a
situaciones adversas que surgen en la vida diaria.
Fortalecimiento de las "Asociaciones Civiles".
Las "Asociaciones Civiles" tienen un papel fundamental ya que son
responsables de la dirección y administración de los Centros. Su
contribución es esencial para que el Plan CAIF sea
posible. El papel que desarrollan se debe fomentar y apoyar para
conseguir tanto su autonomía como su participación activa dentro
del Plan. Los miembros de estas asociaciones reciben formación
técnica especializada según los programas en los que colaboren
y sus miembros se reúnen periódicamente para revisar su
actividad. Todos estos elementos contribuyen a crear un
funcionamiento autónomo de una manera eficaz, activa y sostenible.
Este proceso se ha llevado a cabo a través de un trabajo en
equipo en el que se han asignado tareas y responsabilidades a
cada miembro. Estas tareas se revisan periódicamente y están
siempre integradas en un proceso de aprendizaje contínuo. Como
en todos los procesos de este tipo, se produce una alternancia
de períodos de equilibrio y desequilibrio que llevan a
situaciones de miedo al cambio, acuerdos y desacuerdos,
inseguridad, bloqueo, etc.
Todas estas situaciones requieren actitudes abiertas y flexibles
por parte de todos los implicados que se reflejen en la
reflexión, negociación y consideración de otras opiniones.
Ninguno de los logros antes mencionados hubiera sido posible si
el personal no hubiera sido estimulado de forma continuada a
través de cursos de formación, un ambiente de trabajo agradable,
apoyo técnico y un sueldo que dignifica su trabajo al estar éste
establecido en relación a la labor realizada. Esto aporta un
doble beneficio: por un lado estimula al personal para que se
implique más en su trabajo y por otro permite a los Centros
retener a las personas que ha formado y que consideran
competentes, evitando desaprovechar el dinero que se ha invertido
en su formación.
Dentro de este marco se han definido los modelos económicos y
financieros teóricos que rigen en los Centros CAIF. Esto
no ha sido posible hasta que no se ha definido claramente el
modelo de funcionamiento normal de un Centro CAIF. Es
decir, para definir el modelo económico hubo que tener claras
previamente cuestiones como el número de niños por profesional,
su capacitación, su competencia, el contenido de los programas
etc.
La amplia demanda de la población ha hecho que se abran nuevos
centros pero, aún así, la escala no es suficiente para ayudar a
todos los niños que lo necesitan. Esto anima a todos para
promover la puesta en marcha de nuevos Centros que estén situados
en los lugares en los que se necesitan y en las condiciones
adecuadas para aportar los servicios de acuerdo con la misión del
Plan CAIF.
Resultados obtenidos
Evaluación externa (CLAEH 1999)
De una manera diacrónica se empleó la misma metodología y los
mismos instrumentos que en 1997. Así se pudo analizar la
situación del momento y compararla con los resultados anteriores.
La muestra escogida es representativa de todos los Centros CAIF
y cubre la totalidad del programa para niños de entre dos y
cuatro años.
La valoración incluye las siguientes áreas: Funcionamiento de las
"Asociaciones Civiles", organización de Centro, eficacia de los
equipos de trabajo, situación de las familias (perfiles, factores
psicosociales de riesgo de retraso en el desarrollo),
participación, desarrollo psicomotor de los niños, interconexión
entre los distintos Centros, interconexión con otros sectores del
Plan y con la población, focalización y alcance.
Conclusiones.
"Se han detectado cambios positivos a todos los niveles. Incluyen
entre otros aspectos, una mejora significativa en el desarrollo
psicomotor de los niños. Los resultados son: 67,1% desarrollo
normal, 22,4% situación de riesgo, 10,5% retraso en el
desarrollo. Las cifras de 1.997 fueron 47,3%, 32% y 20,5%
respectivamente.
Se ha producido un cambio sustancial en el papel que desarrollan
las "Asociaciones Civiles". Esto es el resultado de los programas
de formación implantados, de la mejor cualificación del personal
educativo que está a cargo del Centro, de un mayor número y de
una mayor variedad de especialidades de las personas que forman
los equipos técnicos y de la participación activa tanto de las
"Asociaciones Civiles" como del personal de cada Centro en lo que
a la formación se refiere.
La relación con las madres se ha ido haciendo cada vez más
intensa y se ha mejorado cuantitativa y cualitativamente su
participación.
Se ha detectado que los factores de riesgo psicosocial de las
madres son significativamente menores que en valoraciones
anteriores. Es importante señalar que se ha mantenido un nivel
de focalización alto, con el 81,4% de las familias en una
situación de pobreza.
En lo que se refiere al alcance, se ha pasado de contar con 120
centros en los que se atendía a 8.000 niños en 1.997 a 2.000
centros con capacidad para atender a 14.000 niños en 1.999.
Formación
Todos los miembros de los equipos técnicos y de las "Asociaciones
Civiles" del 89% de los Centros participaron en programas de
formación que se desarrollaron entre 1998 y 1999.
Entre Septiembre y Diciembre, los profesores y educadores se
vieron ante un importante reto al tener que superar un examen
teórico-práctico que demostraría su competencia profesional. La
razón principal de este examen fue que tanto los educadores como
los miembros de la comunidad que han superado el tercer año de
secundaria y son aptos oficialmente para trabajar con niños pero
aquellos cuyo nivel de estudios no alcanza este nivel deben, de
alguna manera regularizar su situación.
De los 200 centros, 150 aceptaron que su personal participara en
el examen. Actualmente, el 80% de esos centros tienen personal
cuya competencia está acreditada con un certificado. El 20%
restante cuenta con personal competente que, sin embargo, no ha
conseguido aprobar todas las partes del examen. A éstos se les
ha incorporado a un Plan de formación para garantizar que
equilibren su nivel con el del resto de los Centros.
Evaluación externa (GIEP-Grupo interdisciplinar de
estudios psicosociales-, 1999)
Se analizó el impacto del programa desarrollado para niños
menores de dos años. Se tomó una muestra significativa tanto de
los niños como de sus familias.
Se hicieron dos valoraciones, una antes y otra después de la
puesta en marcha de los talleres. Las áreas que se valoraron
fueron el desarrollo psicomotor de los niños, el estado emocional
de las madres y las prácticas educativas de éstas.
Las personas que se hacen cargo de la educación se distribuyen
de la siguiente manera: 93,2% madres, 2,5% padres, 2,5% ambos,
1,2% abuelas y 2,5% tías.
En la muestra escogida, el 48% eran niños y el 52% niñas y como
era previsible, el 30,5% eran menores de doce meses y el 69,5%
mayores.
Las conclusiones de los miembros de los catorce centros CAIF de
la muestra están de acuerdo con los de la evaluación externa.
Ambas valoraciones demuestran que el programa es satisfactorio
para aquellos que han asistido a diez o más talleres.
Los efectos observados son relevantes en lo que concierne a las
prácticas educativas y al estado emocional de los adultos
participantes. Destacamos los siguientes:
No se han detectado cambios significativos en relación a la
organización familiar y a la distribución de los funciones de
cada uno de los padres. En cambio sí se han observado importantes
cambios en el desarrollo psicomotor de los niños. Antes de
empezar a funcionar los talleres las cifras eran: 70% normal, 24%
en situación de riesgo y 6% con retraso. Después eran del 92%,
6% y 2% respectivamente.
Sostenibilidad
El Plan CAIF partió de una fuerte inversión externa de
UNICEF a través de un programa de cooperación. Desde
1.992, la financiación proviene de la sociedad uruguaya, a través
de fondos públicos y de donaciones de particulares. Las
instituciones estatales que aportan recursos lo hacen a través
del Gobierno Central. Los participantes contribuyen activamente
dirigiendo y gestionando los centros y a través de las donaciones
de las familias. Esta participación activa de la población hace
que el Plan sea sostenible a lo largo del tiempo.
Lecciones aprendidas
Se han seleccionado las tres cuestiones que se consideran más
importantes tras doce años de puesta en práctica del proyecto.
Buenas Prácticas > América Latina y el Caribe > Concurso Internacional 2000 > http://habitat.aq.upm.es/bpal/onu00/bp560.html |