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Buenas Prácticas > Concurso Internacional > 2000 > http://habitat.aq.upm.es/dubai/00/bp123.html

Proyectos de lote con servicios en Manara, Amman (Jordania)


Fecha de referencia: 05-07-2000

Experiencia seleccionada en el Concurso de Buenas Prácticas patrocinado por Dubai en 2000, y catalogada como BEST. ( Best Practices Database.)
País/Country: Jordania
Región según Naciones Unidas: Estados Árabes
Región ecológica: árida y semiárida
Ámbito de la actuación: ciudad
Instituciones: gobierno central, sector privado

Categorías = Erradicación de la pobreza: generación de ingresos; creación de puestos de trabajo; formación profesional. Vivienda: vivienda asequible; acceso a la financiación de la vivienda; propiedad del suelo y seguridad. Servicios sociales: educación; salud y bienestar.

Contacto principal:
Khaled Jayyousi, arquitecto
Bashir Jagbeer, Director General
Housing and Urban Development Corporation (HUDC) / Corporación de la Vivienda y el Desarrollo Urbano
Jabal Amman - Third Circle
P.O.Box 2110
Amman 11181
Jordania
Tipo de organización: gobierno central

Socio:
Banco Mundial
Tipo de organización: sector privado [N.T.: El texto original resulta difílmente comprensible.]
Tipo de colaboración: financiera

Socio:
The Housing Bank of Jordan / Banco de la Vivienda de Jordania
Ibrahim Mahmoud Al-Daher
Tipo de organización: sector privado
Tipo de colaboración: financiera


R E S U M E N

Los subproyectos Manara (Manara 1, Manara 2+3 y Manara 4) son proyectos de "lote con servicios" que forman parte de sucesivos Proyectos Urbanos. Manara 1 comenzó en 1984 y finalizó en 1986. Debido a su éxito, se lanzaron otros dos subproyectos junto con el Segundo Proyecto Urbano (1987-1991). Manara 4 se diseñó en 1994-1995 como parte del Tercer Proyecto Urbano. El área total en la que se desarrollan estos tres subproyectos es de 105'8 hectáreas, en las cuales se han creado 3.320 unidades residenciales.
Los subproyectos están dirigidos a grupos de población con bajos ingresos que habitan en áreas urbanas en las que no se ha desarrollado ningún proyecto de vivienda con anterioridad. Estos grupos se acotaron como aquellos que se encontraban entre el décimo y el cuadragésimo percentiles de la distribución nacional de ingresos. Posteriormente, en el subproyecto Manara 4, como resultado de la recesión económica en Jordania, el grupo de beneficiarios del proyecto se amplió al intervalo situado entre el décimo y el sexagésimo percentil del perfil de distribución de ingresos.



Fechas clave


1980: Se creó el Departamento de Desarrollo Urbano (UDD) con el fin específico de desarrollar y responsabilizarse del programa global del Primer Proyecto de Desarrollo Urbano (UDP1) del que el subproyecto Manara 1 formaba parte.
1984-1986: Realización de Manara 1.
1987-1991: Realización de Manara 2+3 (como parte del UDP2).
1994-1995: Realización de Manara 4 (como parte del UDP3).




D E S C R I P C I Ó N

Justificación del proyecto y objetivos
El alto precio de los terrenos en suelo urbano, junto con la elevada longitud mínima de parcela permitida legalmente, las restrictivas regulaciones edificatorias y el inadecuado acceso a los mercados financieros, han impedido que la población con escasos recursos económicos pueda acceder a una vivienda económicamente razonable; y esto ha traído consigo numerosos problemas sociales, ambientales y de salubridad.
El gobierno de Jordania, al tanto del problema de la pobreza urbana, encargó un estudio para desarrollar soluciones de bajo coste y fácilmente reproducibles para construir infraestructuras y equipamientos. Las soluciones se evaluaron con la ayuda del Banco Mundial y de un especialista designado por el gobierno. En 1980, se estableció un departamento especial, el UDD, junto con la municipalidad de Ammán, para realizar el proyecto y desarrollar los patrones y regulaciones que garantizasen el coste mínimo y la asequibilidad. El éxito de los primeros subproyectos ha dado como fruto el desarrollo de proyectos similares en otras áreas del país, con la revisión de sus criterios cuando era necesario.
El área de Manara era una zona muy poco desarrollada, con numerosas canteras de pequeño tamaño dispersas por las inmediaciones. Sin embargo era un lugar sostenible para el desarrollo, ya que sus carreteras de acceso y sus infraestructuras estaban situadas relativamente cerca de la principal espina comercial de la zona sur de Ammán. Tras su desarrollo, el área se ha convertido en un foco de expansión de vivienda de bajo coste.
El principal objetivo del proyecto era facilitar viviendas, las infraestructuras necesarias y servicios comunitarios a precios asequibles a la población con ingresos situados entre el décimo y cuadragésimo percentil de la distribución nacional de ingresos. Por otro lado se buscaba mejorar la productividad social, especialmente para la mujeres, mediante la oferta de oportunidades para el empleo, de formación y de créditos a pequeñas empresas.

Movilización de recursos
Todos los aspectos de diseño de los proyectos para Manara fueron preparados por el equipo técnico de la Corporación de Desarrollo Urbano y de la Vivienda (HUDC), creado a partir del UDD, excepto el diseño de los edificios comunitarios, que estuvieron a cargo de un especialista local. El diseño original del proyecto Manara 1 fue llevado a cabo por un especialista, pero el gobierno rechazó la propuesta debido a que tanto los patrones propuestos como el tamaño de las parcelas, las reservas de viales y de zonas peatonales y la demás infraestructuras, no tuvieron en cuenta la perspectiva local del proyecto. En consecuencia, el HUDC rediseñó el proyecto de acuerdo con los nuevos niveles revisados.
A pesar de que la construcción de proyectos de "sitio y servicios" era nueva en Jordania, los cuatro subproyectos fueron realizados con éxito por compañías jordanas. Se empleó a un especialista para la supervisión de los tres primeros proyectos. Mientras, los empleados del HUDC recibieron la ayuda del especialista para ir adquiriendo la capacidad de supervisión necesaria para este tipo de proyectos, y, como resultado, el subproyecto Manara 4 fue directamente supervisado por el HUDC.
Los beneficiarios tuvieron un papel activo en las distintas etapas del proyecto, se les dio la oportunidad de elegir el tipo de vivienda de acuerdo con sus necesidades y su capacidad económica. Tuvieron acceso a préstamos a largo plazo del Banco de la Vivienda de Jordania: el 88% de los beneficiarios obtuvieron su parcela mediante este préstamo. Para la construcción de las viviendas, el 76% de los beneficiarios consiguieron utilizar sus propios recursos, ya fuesen créditos de amigos y familiares, sus propios ahorros o dinero obtenido de la venta de sus propiedades, especialmente de joyas.
El HUDC contrató a una empresa para que se encargase de la construcción de los núcleos de vivienda, es decir, unidades sanitarias con una o dos habitaciones adjuntas, así como de todas las infraestructuras necesarias. Estas unidades básicas de vivienda son ampliadas posteriormente por los beneficiarios, a menudo mediante la contratación de constructores locales que trabajan bajo la supervisión del HUDC. El 52% de los beneficiarios han participado en le proceso de construcción. Los cabezas de familia, las mujeres y los niños, todos ellos han contribuido de manera tangible en las distintas etapas del proceso de construcción cuando no era necesario un trabajo especializado, lo cual ha reducido los costes de la producción. La mayoría ha conseguido construir una vivienda adecuada a partir del núcleo básico, y ésta ha ido creciendo a medida que la familia necesitaba más espacio y podía costearse los gastos. Finalmente, las viviendas construidas tienen una media de 2'9 habitaciones cada una.

Proceso
El éxito general del Proyecto de Desarrollo Urbano, así como el apoyo del que goza actualmente el método, no se han alcanzado fácilmente. El HUDC ha tenido que luchar para conseguir el apoyo, el reconocimiento y la autoridad necesarios para realizar su programa.
El criterio de "niveles mínimos aceptables" utilizado fue la primera vez que se introducía en Jordania y no fue aceptado inmediatamente, ni por el gobierno ni por los beneficiarios. Como ya se ha explicado, el primer diseño del proyecto Manara fue rechazado por el gobierno. Los beneficiarios también rechazaron algunos de los niveles fijados, en especial los que se referían al tamaño de las parcelas, y propusieron aumentar su tamaño. Se efectuaron revisiones durante todo el proceso de desarrollo. A pesar de que podría haber aumentado el número de beneficiarios si las parcelas hubiesen sido menores, en la práctica los resultados globales de los cambios han sido satisfactorios.
Ha existido un poco de confusión entre los departamentos acerca de las esferas de influencia del proyecto. La firma del acuerdo con el Ministerio de Planeamiento, como representante del gobierno, no ha sido entendido como un compromiso global del gobierno con sus diferentes organismos. Por ello, era de gran importancia la coordinación con los responsables de los servicios públicos y con los representantes de varios ministerios claves, municipalidades y organismos implicados. De esta manera, el HUDC fue consiguiendo que se aprobase el proyecto y se tomaran las decisiones de partida, como los reglamentos de planeamiento y de construcción, las condiciones de los edificios comunitarios y la calidad de las infraestructuras. Además, el HUDC se aseguró de que estas autoridades estuviesen formalmente informadas de que el proyecto se realizaría y, por tanto, fuesen responsables del funcionamiento y del mantenimiento de los servicios y de las obras públicas que se realizasen.
A pesar de que los Proyectos de Desarrollo Urbano estaban abiertos a cualquier contrata internacional, todas las infraestructuras y los edificios comunitarios de los proyectos de Manara han sido realizados con éxito por empresas locales.
Se aplicaron varios criterios de selección de los beneficiarios: que fuesen de nacionalidad jordana, habitantes de la región de Ammán, sin propiedades inmobiliarias en la región y con unos ingresos medios por hogar inferiores al cuadragésimo percentil (el sexagésimo en el caso de Manara 4).
Después de repartir las parcelas entre los beneficiarios, el HUDC entregó las licencias de edificación. El HUDC puso a disposición de los beneficiarios asistencia técnica y una unidad demostrativa in situ para explicar las opciones constructivas y los detalles a los propietarios de las parcelas.
Conforme al acuerdo de crédito, los beneficiarios tenían acceso a un préstamo para materiales de construcción. Podían elegir si construir ellos mismos o si contratar a un constructor. Todos estos constructores estaban supervisados por los técnicos del HUDC, mientras que el constructor principal, encargado de las unidades básicas, las infraestructuras y los equipamientos, era supervisado por el especialista y el HUDC. Estos últimos temas fueron gestionados sin dificultades por los organismos y ministerios correspondientes, a excepción de los centros comunitarios. El éxito general del proceso se debe en gran medida a la atención prestada para garantizar que todos los diseños estuviesen preparados y se hubiesen adoptado los niveles óptimos en los materiales, de acuerdo con las exigencias del organismo responsable, y como un resultado directo de la coordinación y la utilización de aprobaciones por escrito en cada una de las etapas del proceso.

Resultados obtenidos
Entre los logros de los proyectos de Manara está la oferta de viviendas asequibles en propiedad para un sector de la población con ingresos bajos, mediante la utilización de un subsidio mínimo. La iniciativa ha generado unos ingresos extras que pueden ser destinados a otros proyectos. Las lecciones aprendidas ya se han incorporado a la actual política de vivienda nacional, con un marco de regulación apropiado. El proyecto Manara ha generado 3.320 unidades residenciales a un precio asequible, para la población objeto del programa. Mientras, el beneficio procedente del proyecto ha alcanzado los tres millones de dinares jordanos (JD) con una tasa interna de retorno del 14%.
El éxito del mecanismo de recuperación de las inversiones y la independencia económica de los modelos de "sitio y servicios" hicieron que el gobierno jordano abandonase su política de construcción de viviendas completas con fuertes subvenciones y se encaminase hacia una política más sostenible, basada en facilitar el acceso a la vivienda. El HUDC, que provenía del UDD y de la Corporación de Vivienda en el momento de su formación en 1992, fue encargado de adoptar y desarrollar los modelos de los Proyectos de Desarrollo Urbano 1, 2 y 3.
El proyecto ha contribuido a reforzar la idea de que la oferta de vivienda es una actividad integrada que comprende no sólo el alojamiento provisional, sino también una extensa red de actividades y de servicios que compongan un entorno propicio para que los habitantes vivan y se desarrollen.
En Manara se construyeron cinco escuelas, dos clínicas, tres centros de formación profesional y cinco centros comunitarios. Más de 4.000 mujeres y 3.000 hombres se han beneficiado de los cursos de formación organizados por estos centros, y 250 residentes, en su mayoría mujeres, han participado en pequeñas actividades generadoras de ingresos.
Este proceso ha creado un nuevo modelo de coordinación entre los empleados del HUDC. Equipos de planeamiento multidisciplinares, ingenieros, expertos sociales y financieros han trabajado juntos durante varias etapas del proyecto. Este modelo era nuevo en el sector público y gracias a él se produjo un entendimiento global e integrado del tema de la vivienda.
La capacidad institucional del HUDC ha mejorado según avanzaba el proyecto. Se ha contado con asistencia técnica extranjera para valorar, gestionar y diseñar el proyecto Manara 1. Sin embargo, Manara 2 y Manara 3 fueron diseñados y realizados por el personal del HUDC que había recibido formación y sólo se requirió ayuda exterior para su valoración y gestión. Para cuando se realizó Manara 4, el HUDC era totalmente capaz de desarrollar el programa. El equipo era capaz de revisar y redefinir los criterios y niveles del proyecto en función de las demandas de los ciudadanos, y de beneficiarse de la retroalimentación generada durante los procesos anteriores, para evitar ciertos inconvenientes y dificultades en los nuevos proyectos.
En Manara 3, y a una pequeña escala, se estableció por primera vez un marco de colaboración con el sector privado en el campo de la vivienda de bajo coste. Esto permitió al HUDC examinar el proceso y, basándose en él, establecer un método y unos criterios para incluir al sector privado en sus proyectos y adoptar esto como parte de la política de vivienda.
El proyecto Manara se ha beneficiado de la firmeza con que se han tomado las decisiones a nivel ministerial y del entusiasmo de la plantilla relativamente joven del UDD para superar los problemas y condicionantes que surgieron durante el proceso. Hubo que obtener la aprobación de las autoridades locales y de los organismos encargados del planeamiento, de los organismos de servicios y del grupo de población al que iban dirigidas estas nuevas ideas (el concepto de construcción crecedera, la reducción del tamaño de parcela, los núcleos básicos destinados a comercios y los nuevos niveles de calidad de las redes de circulación).
También se ha beneficiado de las condiciones de crédito y las bajas tasas de interés ofrecidas por el Banco de la Vivienda para los beneficiarios del proyecto. Dichos créditos han contribuido a acelerar la aceptación del proyecto entre el grupo al que estaba dirigido.

Sostenibilidad
Sostenibilidad financiera
La estrategia de los Proyectos de Desarrollo Urbano busca ofrecer una vivienda a la franja de población situada por debajo del cuadragésimo percentil de la distribución de ingresos nacional, basándose en soluciones asequibles y replicables.
Se dispuso de varios tipos de parcelas para adaptarse mejor a las distintas necesidades y situaciones económicas de los ciudadanos a los que se dirigía la acción. Para cumplir este objetivo se adoptaron sistemas de subsidio internos y externos cruzados.
Para garantizar la capacidad de reproducción de estos proyectos, se ha seguido estrictamente el método de retorno de fondos. En el caso de Manara, la cantidad que se espera recuperar representa aproximadamente un 70% de las inversiones totales y se corresponde con los costes de las infraestructuras, de la parcelación y del suelo. Los gastos no recuperables son aquellos derivados de las obras realizadas fuera del área de actuación y de los edificios comunitarios.
El Banco de la Vivienda de Jordania se ha responsabilizado de los depósitos de los préstamos interiores y exteriores para ofrecer créditos hipotecarios a un 7% de interés durante un período de quince años. Debido a esta política financiera, los proyectos de Manara han experimentado una tasa muy baja de incumplimiento de pagos: menos del 5%.

Sostenibilidad social y económica
Los proyectos de Manara estaban básicamente diseñados para realojar a los grupos de bajo nivel económico de Ammán. La mayoría de los beneficiarios vivían en los barrios pobres antes de establecerse en el área del proyecto. Una de las mayores preocupaciones del proyecto era reducir la disgregación social y promover la interacción social entre la población del proyecto. Por este motivo, una parte de las parcelas residenciales y todas las destinadas al comercio se alquilaron a un precio más elevado buscando atraer a una franja de la población con mayores ingresos. Por otro lado, el criterio de selección de los beneficiarios garantizaba la igualdad entre hombres y mujeres. De hecho, el 11% de los beneficiarios son hogares monoparentales mantenidos por mujeres.
El interés de la comunidad local por el proyecto ha sido clave para la sostenibilidad del mismo. Los beneficiarios han jugado un papel activo en las diferentes etapas del proyecto. La oferta de servicios comunitarios ha creado un entorno social apropiado. Como resultado del desarrollo de actividades en los centros comunitarios, ha aumentado el sentido de pertenencia y la interacción entre los beneficiarios. Estos se han sentido muy motivados al verse incluidos en los procesos de oferta y de funcionamiento de los servicios públicos, y han participado en el mantenimiento de estos servicios siempre que ha sido necesario.
Inicialmente, el mantenimiento de los espacios públicos y las áreas verdes supuso un problema. A menudo los niños y las cabras estropeaban los cultivos. Se formó un grupo especial de carácter social y técnico para trabajar con la comunidad y superar este problema. La responsabilidad de cuidar las pequeñas áreas verdes recayó sobre los beneficiarios más próximos a éstas. Las que eran mayores se mantenían mediante ciclos participativos y posteriormente la municipalidad se hizo cargo de ellas. Actualmente son áreas verdes agradables y su cuidado se está realizando con éxito.
Los últimos estudios de seguimiento y de valoración mostraban que el 86% de los beneficiarios están completamente satisfechos con los componentes del proyecto y con los servicios.
Uno de los objetivos principales del proyecto es generar oportunidades de empleo para la población con bajos ingresos con el fin de aumentar su productividad y los recursos económicos del hogar. Por ello, en el área del proyecto, se han establecido tres centros de formación profesional, uno para hombres y dos para mujeres, que ofrecen una formación adecuada y permiten a la población acceder a un campo más amplio de oportunidades de empleo y, por otro lado, estimulan la participación femenina en el mercado laboral.
Por otra parte, desde cinco centros comunitarios se han lanzado programas de desarrollo, incluyendo actividades generadoras de ingresos e iniciativas de microfinanciación. El HUDC prestó ayuda a los beneficiarios para formar comités locales y asociaciones formales, y les impartió la formación necesaria para poner en marcha actividades en los centros comunitarios. Posteriormente, las propias asociaciones se encargaron del funcionamiento de los centros.

Sostenibilidad cultural
Los proyectos de Manara eran sensibles a la cultura y a las tradiciones de sus beneficiarios. El planteamiento de los proyectos se adaptó a la percepción cultural del hogar propia de las familias con bajos ingresos, esto es, tener en propiedad un terreno y una vivienda aislada susceptible de ampliarse para acomodar a una familia en extensión. Los beneficiarios además podían reflejar su trasfondo cultural en el aspecto general y las entradas de sus viviendas. Los espacios abiertos de las parcelas individuales o los espacios semiprivados entre las parcelas residenciales y las sendas peatonales públicas se diseñaron para ajustarse al entorno y a las actividades diarias, especialmente a las de las mujeres. Aumentó la relación entre las mujeres a nivel de barrio, al tiempo que comenzaron a asistir a cursos de cocina y de costura. En las fases posteriores se establecieron escuelas para niños y para niñas, que se colocaron separadas para respetar la naturaleza tradicional de los residentes. En el acceso a las tiendas núcleo tuvieron prioridad las mujeres a cargo de un hogar monoparental, de manera que se respetase el papel tradicional de las mujeres de permanecer en el hogar mientras regentan un negocio para sostener a sus familias.

Lecciones aprendidas
El entendimiento claro de las bases de los proyectos de desarrollo urbano por parte de los organismos gubernamentales y de los beneficiarios, y la relación dinámica a lo largo del proceso han demostrado ser esenciales para el éxito del proyecto.
Se ha minimizado el número de reparcelaciones, se han ofrecido créditos a los beneficiarios para construir sus unidades de acuerdo con sus necesidades, sus preferencias y su capacidad adquisitiva. Los costes de la construcción de las unidades de vivienda resultaron ser muy altos y necesitaron importantes subsidios cruzados. La retroalimentación in situ ha provocado importantes cambios en los beneficiarios en el momento de establecer sus unidades.
Los criterios para decidir el tamaño y el tipo de los diferentes espacios abiertos debería estar relacionado con su localización, con los accesos cercanos a parcelas y con el tipo de comunidad.
El alcance y la distribución adecuada de los servicios y equipamientos ofrecidos por los proyectos de desarrollo han supuesto un importante aliciente para los beneficiarios. La puesta en marcha de estos equipamientos, tan pronto como los beneficiarios comenzaban a asentarse era una prioridad importante, aunque su funcionamiento fuese sólo parcial. En cualquier caso, se deberían alcanzar más acuerdos con los organismos concernientes para garantizar que los equipamientos se utilicen correctamente.
La participación del sector privado en los sistemas de vivienda de bajo coste ha demostrado ser eficaz. Es conveniente implicar al sector privado, especialmente en los aspectos comerciales, como la reducción de costes, las ventas y los sistemas de comercialización, donde tienen una ventaja significativa respecto al sector público.
La consideración, desde el comienzo, de la organización y de la educación comunitaria es una pieza clave en el desarrollo de la comunidad y debe preceder a la realización física de proyecto. Las Organizaciones de Base Comunitaria y las Organizaciones No Gubernamentales deben también estar formadas y preparadas para gestionar los equipamientos comunitarios. Es importante que el apoyo externo en este campo esté regulado. Debería ser intensivo en las etapas iniciales e irse reduciendo a medida que mejore la competencia de estas organizaciones.
Los modelos de generación de ingresos son una herramienta efectiva para el desarrollo y pueden jugar un papel importante en el aumento de los ingresos familiares, al tiempo que animan a la población a participar en programas de desarrollo.
Por último, los estudios de monitorización y de seguimiento desarrollados a lo largo del proyecto y una vez finalizado éste, se deben considerar como una de las prioridades a la hora de distribuir los recursos para la realización del proyecto.
Estos estudios son la base para todas las revisiones de los criterios que satisfacen tanto las necesidades de los beneficiarios como sus capacidades financieras.

Transferibilidad
El éxito de la iniciativa, además de suponer la adopción por parte del HUDC del método de "lote con servicios" como el sistema principal de creación de vivienda a nivel nacional, ha animado a otros organismos a aplicar este método.
La Autoridad Regional de Aqaba ha reproducido este concepto en las limitadas zonas libres restantes en la trama residencial y en sus alrededores. La iniciativa se ha centrado en la oferta de servicios de infraestructura y en asentar las bases para el futuro desarrollo de las parcelas antes de su venta.
La Asociación de Ingeniería de Jordania, con la ayuda del HUDC, ha formulado un enfoque similar para ofrecer viviendas a sus miembros. Este método está basado en comprar terrenos relativamente baratos que se encuentra fuera de los suburbios planificados, pero cercanos a ellos, y a continuación se procedía a su planificación y a su parcelación en unidades residenciales que son distribuidas entre los miembros de la asociación. El sistema de financiación se ha basado en la utilización de los fondos de inversión y de ahorro de la asociación para comprar terrenos y conseguir préstamos asequibles para sus miembros.
Sin embargo, ambas iniciativas han adolecido de algunos de los conceptos del proyecto, como por ejemplo, el mecanismo de créditos asequibles en el primero y la capacidad para ofrecer infraestructuras y servicios comunitarios en el segundo. Ninguna de las dos iniciativas ha podido utilizar niveles de planeamiento bajos o de baja zonificación.
En general, la adaptación y la capacidad de réplica del modelo de "lote con servicios" en la situación actual de Jordania necesita del establecimiento de colaboraciones entre sectores públicos y privados que puedan facilitar el proceso. Necesita de un componente capaz de ofrecer terreno a un precio asequible que pueda ser provisto de las infraestructuras de servicios básicas en un período de tiempo relativamente corto, algo que no es habitual en Jordania y menos en Amman. Necesita también un grupo que pueda ofrecer créditos asequibles para la población con bajos ingresos, que cada vez es más numerosa, y otro componente que posibilite acceder a regulaciones especiales que permitan el uso de niveles de planeamiento más bajos y de baja zonificación.

Perfil financiero
Subproyecto Manara 1 Manara 2 Manara 3 Manara 4
Construcción de equipamientos e infraestructuras 1984-86 1987-91 1988-90 1994-95
Presupuesto total (millones de JD) 8'21 5'69 5'74 3'29
Banco Mundial 27'4% 33% 32'6% 32'6%
Banco de la Vivienda 30'1% 35% 36'3% 36'3%
Gobierno central 21'1% 27% 24'2% 24'2%
Autofinanciación y otros 21'4% 5% 6'9% 6'9%
El coste total de los cuatro subproyectos Manara, que se deduce de la tabla (22.930.000 JD), no incluye las inversiones posteriores para la construcción y ampliación de las viviendas individuales, que partió de los propios recursos de los beneficiarios o de préstamos personales, tanto bancarios como particulares.


Este documento se ha editado a partir de una versión inglesa.

Traducido por Carmen Nieto Méndez.

Revisado por Carlos Verdaguer.

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