Volver al índice
La vivienda como factor de integración social. Políticas autonómicas
Luis González Tamarit. Subdirector General. Dirección General de
Arquitectura y Vivienda. Junta de Andalucía
En el momento actual se detecta un importante cambio histórico en
la Política de Vivienda que podría sustanciarse en el paso de:
- Una fase en la que primaba la resolución del problema del
alojamiento como objetivo casi exclusivo.
- Otra fase donde la vivienda debe ser concebida como instrumento
al servicio de la integración social de poblaciones desfavorecidas.
Cambio que corresponde a la necesidad de dar respuesta a los
procesos de fragmentación y exclusión sociales y de segregación
espacial que persisten en el capitalismo avanzado, adquiriendo el
carácter de "cuestión social" que debe ser enfrentada desde los
Poderes Públicos.
Este cambio, por tanto, pone en crisis la concepción y el modelo de
Política de Vivienda imperante.
Los nuevos contenidos sociales de la Política de Vivienda
(propuesta mínima)
La visión de la Política de Vivienda como fomento de la
construcción, incluso con "ayudas subsidiarias" a los adquirentes,
que debe ser gradualmente sustituida por otra visión en la que
primen los contenidos sociales que permitan enfrentar situaciones
de necesidad, ahora muy evidentes.
Tales serían los casos de:
- Jóvenes.
- Minorías étnicas.
- Infravivienda.
- Chabolismo.
- Inmigración.
- Tercera Edad.
- Barrios vulnerables en Centros Históricos y periferias.
¿Cómo dar respuesta a estas situaciones desde el punto de vista
residencial? Pero sobre todo ¿Cómo dar respuestas residenciales que
favorezcan la integración social?
Diseñando soluciones que, a modo de ejemplo y sin pretender la
exhaustividad, consideren criterios como los siguientes:
- Que partan de un conocimiento preciso (Social, económico,
patrimonial...) de las situaciones.
- Que tengan el carácter de instrumento específico (definido en
términos programáticos, económicos y procedimentales).
- Que contemplen la vivienda como solución adaptada y evolutiva,
desde la perspectiva del proceso social del alojamiento. Respuesta
concreta a situaciones concretas.
- Que, en lo urbano, la escala de las actuaciones no sea de gran
dimensión (10/150 viviendas podría ser una escala adecuada de las
distintas fases al menos en las iniciales). De forma que se
favorece la recuperación de la escala barrio como área de
intervención física y de trabajo social.
- Que, en el diseño arquitectónico, se apueste por tipologías
que se ajusten a las circunstancias demográficas y económicas de
los destinatarios, que no impidan la transformación posterior de
las viviendas en algunos casos.
También debería abordarse la reflexión sobre el cambio en el
concepto de vivienda entendida como unifamiliar y autosuficiente,
hacia fórmulas más colectivas.
- Que en las intervenciones prime la Rehabilitación puesto que
permite:
- Recuperar patrimonio.
- Mantener el tejido social.
- Consolidar ciudad.
Y en este sentido es un instrumento adecuado para la práctica de
los principios de la ciudad sostenible.
Con fórmulas de gestión que aseguren la participación de los
usuarios siempre en la decisión y en algunos casos en la ejecución
(hay ya ejemplos: ayuda mutua, empresas de inserción
laboral...).Fórmulas que aseguren una estructura abierta que
favorezca la reutilización de recursos de todo tipo.
- Que se asegure el protagonismo de la Administración, mediante
el control en el diseño de las soluciones en la dimensión técnica
y económico-financiera de las actuaciones.
- Que se asegure asimismo, la cooperación administrativa
(auténtica corresponsabilidad) de los diversos departamentos con
competencias diferentes (urbanísticas, de vivienda, empleo,
educación, sanidad, asistencia social, etc) que garantice la
definición y la gestión de programas integrales. En este sentido,
no resulta conveniente acometer intervenciones en un ámbito para el
que no se disponga, junto al proyecto arquitectónico, de un
proyecto social específico.
- Que el mayor peso posible se deposite en los gobiernos locales.
La Administración Local debe coordinar la ejecución de las
actuaciones, aunque esto signifique algún grado de cesión de
protagonismo por parte de otras instituciones implicadas.
La integración social es cuestión de tino y de tiempo. Debe
considerarse el hecho de que la ejecución de un proyecto físico de
intervención tiene un plazo que es más reducido que el
correspondiente a un programa de integración social, con un tiempo
más largo y, con frecuencia, con contenidos más experimentales.
La definición de un nuevo modelo de política de vivienda
La tarea actual debería encaminarse, en suma, hacia la definición
de un nuevo modelo de Política de Vivienda, a partir de ideas como
las expresadas, que inicie un cambio de paradigma, que recupere
experiencias y tradiciones, pero que también innove. Un modelo
deferente del actual, que está pensado para operar en el mercado y
que, aún con las correcciones que se han ido efectuando, no es de
utilidad para enfrentarse a estas situaciones.
Un modelo que basa además en:
- La planificación integrada en el marco de programas con un
claro contenido social, que contemple también los conceptos del
desarrollo sostenible en la ciudad y la filosofía del habitar.
- El peso determinante del sector público.
- La participación, activa, ejecutiva de los usuarios.
- La coordinación administrativa.
- La diversidad de soluciones.