Ciudades para un Futuro más Sostenible
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Las políticas europeas para el desarrollo de las ciudades


Fernando Esteban Moratilla. Director Técnico. Ministerio de Medio Ambiente. Miembro del Comité de Ordenación del Territorio de la Unión Europea



Introducción


La mejora de las condiciones y la calidad de vida de los ciudadanos ha estado siempre presente entre los objetivos prioritarios de todos los organismos de rango europeo. Sin embargo la sociedad europea, a pesar de sus evidentes progresos en numerosos campos de actividad y en particular en lo económico, se ha visto sometida a fuertes tensiones originadas en parte por el creciente desequilibrio en los niveles de prosperidad de los ciudadanos y el desigual acceso a la formación, a la cultura y a la participación ciudadana en las responsabilidades de gobierno.

La emergente exclusión social y la pérdida de la identidad cultural que existe en un gran número de ciudades están generando la desvinculación de los ciudadanos con la ciudad en la que habitan. En este contexto, la actuación sobre las ciudades resulta prioritaria. Entendiéndolo así, la Unión Europea ha aceptado el compromiso de avanzar en la cohesión económica y social en un marco de desarrollo sostenible. Con este fin ha definido numerosos líneas de actuación o políticas comunitarias dirigidas a reducir los desequilibrios territoriales.



Las políticas y las iniciativas europeas aplicadas a las ciudades


En mayor o menor medida casi todas las políticas de la Unión Europea influyen sobre el funcionamiento y desarrollo de las ciudades. El Mercado Único, la política Medioambiental, la política de Investigación y Desarrollo, así como las políticas Estructurales y las de Cohesión son, sin duda, grandes herramientas comunitarias que impactan directamente en la evolución de las ciudades.

Estas políticas están soportadas y financiadas con fondos comunitarios, de los cuales los que más se ajustan a los objetivos y necesidades urbanas son los fondos de desarrollo.

Cuadro N. 1
Fondos que se adjudican directamente a las ciudades en zonas de objetivo 1

Estado miembro Total
Mecus
Ciudades
Mecus
%
Portugal 8.724 4.082 47
Grecia 9.489 3.207 34
Irlanda 2.562 900 35
Reino Unido (1) 677 126 19
Alemania (2) 6.958 1.670 24
España 15.944 5.984 38
Italia 3.400 1.000 30

(1) Corresponde a Irlanda del Norte
(2) Corresponde a Alemania del Este

Si para las zonas objetivo 1 ha sido evidente que una gran parte de las ayudas comunitarias ha ido a parar las ciudades, en el caso de las zonas objetivo 2 todavía es más significativo. Sin entrar a pormenorizar el destino de los fondos, resulta especialmente relevante que las ayudas a las ciudades hayan alcanzado porcentajes superiores al 70 % en el caso de ciertas regiones de Francia e Italia. Más aún en el caso del Reino Unido, que en su conjunto ha dedicado más del 80 % de las ayudas del FEDER a sus ciudades en zonas objetivo 2.

En lo referente a los fondos de cohesión y con el criterio antes comentado de no asignar a las ciudades los proyectos de infraestructuras de transporte, sólo contabilizando los proyectos de tratamiento, saneamiento y depuración de aguas residuales el porcentaje de fondos asignado directamente a las ciudades supera el 75 % de las ayudas totales en el campo de los proyectos de medio ambiente. Las

iniciativas comunitarias para el periodo 1994-1999 también han tenido, en su mayor parte, una dedicación prioritaria a las ciudades (Cuadro 2). De entre todas ellas cabe destacar la iniciativa URBAN cuyos objetivos principales son:

También las medidas innovadoras de desarrollo regional, financiadas a través del artículo 10 del FEDER, han podido ser aplicadas a las ciudades en al menos dos de los tres de los campos en los que está compuesta: Cooperación interregional e innovación económica, ordenación del territorio (50 Mecus) y sector urbano (80 Mecus).

Cuadro N. 2
Iniciativas comunitarias (1994 - 1999).
Reparto de las asignaciones (MECUS) y objetivos

Asignación
Mecus
Objetivos
INTERREEG II 3.455 Fomentar la cooperación transnacional
ADAPT 1.683 Adaptación a nuevas tipologías de empleo
EMPLEO 1.849 Impulsar el crecimiento del empleo
LEADER II 1.768 Proyectos de desarrollo rural
PYME 1.087 Ayudas a las Pymes
URBAN 891 Problemas de distritos urbanos
KONVER 739 Ayudas a la reconversión de Ind. Defensa
RETEX 607 Ayudas a la reconversión de Ind. Textil
PESCA 300 Ayudas a la reconversión de Ind Pesca
REGIS II 612 Integrar zonas ultraperiféricas
PEACE 302 Proceso de paz irlandés



Hacia una política urbana de la Unión Europea


Los gestores de las ciudades, incluso los gobiernos de los Estados no ocultan su preocupación por los riesgos a los que se encuentran sometidas las ciudades europeas.

La elevada tasa de desempleo, que en gran parte se concentra en las ciudades, y dentro de ellas, de algunos barrios marginales (verdaderos focos de pobreza y de inestabilidad social).

La sobreexplotación de los usos del suelo, provocada por el aumento exacerbado de la actividad económica localizada, o el efecto contrario, el abandono de algunos espacios.

La congestión de las infraestructuras urbanas y su derivada, la disminución alarmante de la calidad ambiental.

Son algunos ejemplos de la problemática asociada a las ciudades que se manifiestan con toda su crudeza en:

Ninguno de estos efectos puede ser abordado con garantías de éxito desde una visión exclusivamente municipal, de hecho las ciudades son la base articuladora del territorio, son su imagen y requieren un tratamiento integrado con él. Los gobiernos de los Estados, los regionales y los locales han de cooperar para minimizar estos efectos.

Los desafíos a los que se enfrentan no son sólo propios de las ciudades sino que resultan la expresión de los desafíos de desarrollo de los territorios a los que se encuentran vinculadas.
Estos desafíos ofrecen al menos tres facetas:



La manera de afrontar estos retos depende directamente de la decisión política, aunque ésta no es tan libre como pudiera parecer en una primera impresión. Los retos de la sostenibilidad, cohesión y competitividad son inseparables, ordenables y, en consecuencia, priorizables.

La Comisión Europea recogiendo diversas iniciativas tanto de asociaciones de municipios como del propio Parlamento Europeo y el Comité de Regiones, ha preparado una comunicación, denominada "Hacia una política urbana para la Unión Europea" en la que examina diversas posibilidades de mejorar la habitabilidad de las ciudades así como incrementar la eficacia de las intervenciones comunitarias que afectan a las zonas urbanas.

La gran incidencia de las políticas comunitarias sobre las ciudades está haciendo recapacitar a los diferentes responsables administrativos, sobre la necesidad de evaluar previamente los impactos de éstas sobre el desarrollo coherente y sostenible del territorio y de las ciudades. Por lo que propone que las grandes actuaciones se orienten en cuatro niveles.

Que las políticas de la Unión Europea tengan en cuenta la perspectiva urbana.

Las políticas comunitarias, generalmente de carácter social, deben incorporar también un tratamiento integrado que aúne las estrategias sectoriales con objetivos espaciales, como es el caso de las zonas urbanas. Para lo cual es necesario que la planificación urbana se oriente hacia el desarrollo sostenible; que la planificación de las Redes de Transporte Transeuropeas garantice la accesibilidad a los bienes, a los mercados y a la cultura; que se mejore el rendimiento de los servicios de transporte y la movilidad sostenible interior de las ciudades; que se apoyen las medidas de investigación y desarrollo tecnológico a las ciudades con atención específica a la protección de patrimonio natural y cultural; que se favorezca la extensión de las redes de telecomunicación y servicios de valor añadido; que se fortalezca la actividad económica; que se establezcan programas de lucha contra la exclusión social, la segregación y el paro; que se introduzcan políticas de seguridad y salud social y que se creen sistemas de cooperación y colaboración entre los diferentes agentes implicados, para reforzar el efecto de las políticas sectoriales que ya hayan sido diseñadas en la UE o tengan carácter nacional o regional.

Que se mantenga y mejore un adecuado nivel en los servicios de interés público y de desarrollo urbano.

La Comisión, reconociendo la diversidad de modos de organización de los Estados, ha subrayado la importancia de los servicios de interés público como valores compartidos de Europa. Estos servicios son una de las características que mejor identifican el modelo de sociedad europea.

Es un hecho evidente que la riqueza de un país, medida en términos de renta per cápita, está asociada en general al nivel
medio de formación de su población del mismo modo que el nivel de los servicios públicos evidencia el desarrollo social de los Estados.

La autoridad pública sigue siendo el principal proveedor de los servicios no comerciales como la educación, la formación, la asistencia sanitaria, entre otros. Tal y como la Comisión destaca, es evidente que los servicios públicos no estrictamente comerciales, han de servir a la sociedad en su conjunto, garantizando su continuidad, igualdad de acceso, universalidad y transparencia.

Que los Fondos Estructurales contribuyan a la puesta en marcha de las políticas urbanas.

Es necesario que los programas de desarrollo regional cuenten con el apoyo de las políticas estructurales de la Unión, pudiéndose aplicar acciones como concentración de las actividades del Fondo en las zonas de las ciudades con alto nivel de desempleo, o desarrollando programas específicos como el de URBAN.

Que se fomente el intercambio de experiencias y buenas prácticas.

En este sentido, la Comisión lanzará una auditoría urbana para evaluar los puntos fuertes y los débiles de las ciudades europeas, para lo cual se establecerán indicadores que permitan llevar a cabo un seguimiento de su evolución temporal y destacando el impacto de las políticas aplicadas.



La Agenda 2000 y los futuros apoyos financieros


La organización social europea trata de conciliar las fuerzas de la economía del mercado con la solidaridad y la igualdad de acceso a los servicios públicos, a la educación y a la salud. Para avanzar tanto en la mejora de la competitividad como en la integración y el desarrollo social en la UE se han instaurado, con diverso éxito, las políticas estructurales y de cohesión.

El último informe sobre la cohesión económica y social hace balance de los efectos de esta política que va dirigida fundamentalmente a disminuir la diferencia no sólo de desarrollo sino de calidad de vida de todos los ciudadanos. A pesar de los avances generales, se reconoce que algunas de las políticas, en especial la del Mercado Unico, no han favorecido la convergencia del desarrollo a corto plazo, aunque se estima que el proceso de saneamiento de los sistemas productivos redundará en mayor eficacia y mejor competitividad exterior a largo plazo.

La UE se está enfrentando a la definición de la Europa del siglo XXI en un contexto donde es necesario dar satisfacción a las demandas y preocupaciones de los ciudadanos. La primera de las demandas se focaliza en resolver una tasa de paro y una exclusión social inaceptables para el nivel de desarrollo social de la UE, y la segunda se refiere a la inquietud de los ciudadanos por la salud pública y la degradación del medio ambiente.

La Comisión ha preparado la Agenda 2000 en la que trata de ordenar sus políticas y sus ayudas financieras para hacer frente a estas demandas en el marco temporal de los primeros seis años del siglo XXI y en un proceso de ampliación de la UE a los países del Este. Este documento es un interesante esfuerzo de reflexión y autocrítica en el que uno a uno se examinan los futuros objetivos comunitarios.

Además de las perspectivas a largo plazo de la Política Agraria Común, de notable importancia para el mundo rural, y la posición de la Unión en el contexto mundial, de contenido geoestratégico; las políticas de la Unión se centran en dos grandes bloques: las políticas internas y la política cohesión económica y social.
Dentro de las políticas internas se da preferencia a objetivos como:


En la estrategia de cohesión económica y social, las intenciones comunitarias se concretan en:



Los apoyos financieros para hacer frente a estas políticas van a sufrir una sustancial modificación con respecto a lo que actualmente conocemos. En primer lugar, los fondos estructurales previstos para el período 2000-2006 alcanzan la cantidad de 210 mil millones de ecus, algo inferior, los aproximadamente 220 del período 1994-1999.

Las zonas objetivos se reducen de 6 a 3, con el siguiente esquema:

Nuevo objetivo 1: Potenciar el desarrollo de las zonas deprimidas. Constituidas por las regiones con renta per cápita media inferior al 75% de la media comunitaria (igual que en el anterior período) pero incluyendo a las zonas objetivo 6 (escasamente pobladas del norte). Tanto las regiones objetivo 1 que han superado recientemente el 75% del PIB comunitario como aquellas, objetivo 6, que también superan el 75% del PIB, se podrán beneficiar de acuerdos particulares transitorios.

Nuevo objetivo 2: Se dirigen a la reconversión económica (industrial y servicios), zonas rurales, zonas en declive, zonas pesqueras en crisis y barrios urbanos en dificultades. Los objetivos son ayudar a la innovación tecnológica, fomentar la formación profesional, protección del medio ambiente y lucha contra la exclusión social (inversión de recursos humanos).

Nuevo objetivo 3: Que se dirige a desarrollar una estrategia de recursos humanos complementaria a las indicadas en las zonas objetivos 1 y 2. Su propósito es favorecer el acceso al empleo mediante la formación continua de los trabajadores y ayudar a la promoción del empleo y lucha contra el paro y la lucha contra la exclusión social.

Con el mismo criterio de simplificar las ayudas comunitarias, la Comisión propone reducir a tres de las iniciativas comunitarias,
que versarán sobre:


Para estas iniciativas comunitarias se reserva el 5% de los Fondos estructurales. Así como un 1% más para los proyectos piloto y acciones innovadoras.

El otro gran concepto de los Fondos estructurales es el Fondo de Cohesión. La asignación de este fondo está destinada a la ayuda a los Estados miembros cuyo PIB per capita medio sea inferior al 90% de la media comunitaria. Las ayudas, igual que el período anterior, se dirigirán a proyectos de infraestructuras, transportes y medio ambiente. La previsión anual del fondo es de 3 mil millones de ecus, cifra similar a la prevista para el año 1999.

Documentación de Referencia


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