Presentación

La iniciativa de la Asamblea General de las Naciones Unidas, de celebrar un "Día Mundial del Hábitat" responde al objetivo de que esta celebración no tenga meramente un carácter formal, sino que suponga una llamada de atención sobre los problemas y desafíos a los que se enfrentan nuestras ciudades y un impulso para la búsqueda y puesta en práctica de políticas y soluciones adecuadas.

El tema elegido para el pasado año 1998, "Ciudades más seguras", refleja la creciente preocupación entorno a la escalada de violencia, la delincuencia y la inseguridad ciudadana entre los ciudadanos de todo el mundo. Pero no podemos olvidar que, como decía el Director Ejecutivo del Centro de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos en su mensaje para este Día, la violencia urbana no es un fenómeno espontáneo, sino sobre todo es un producto de una sociedad caracterizada por la desigualdad y la exclusión social. Por ello las medidas que se adopten para proteger a las comunidades urbanas frente a la pobreza, el desempleo, la carencia de vivienda, la incultura, la injusticia y la desintegración social también la protegerán frente a la delincuencia y la violencia.

Una sociedad equilibrada y cohesionada engendrará, sin duda, menos violencia y, por tanto, ciudades más seguras. Pero, a su vez, el objetivo de cohesión social exige la configuración de ciudades armoniosas, bien equipadas, sin segregaciones espaciales y en las que todos sus habitantes puedan acceder a una vivienda digna.

Desde esta convicción, en la Dirección General de Vivienda, Arquitectura y Urbanismo, nos planteamos sumarnos a la celebración del Día Mundial del Hábitat mediante la convocatoria de un Seminario, como un marco de reflexión conjunta entre todos los agentes implicados (la administración en todos sus niveles y la sociedad civil) sobre los retos que nos plantea el objetivo de unas "Ciudades más seguras", y desde las perspectivas de las competencias de nuestra Dirección General, es decir desde las políticas de suelo y de vivienda.

Es evidente que los problemas de las ciudades, y en especial los de los barrios o zonas más desfavorecidas, donde se aprecian más fuertemente los fenómenos de exclusión social, no se refieren únicamente a aspectos espaciales o urbanísticos y que sus problemas no pueden resolverse totalmente desde las políticas de suelo, pero también los es que estas políticas pueden jugar un papel muy importante en el tratamiento de dichos problemas y fenómenos, y que por otra parte están muchas veces en el origen de los mismos.

La existencia, por ejemplo, de una equilibrada distribución de equipamientos, servicios e infraestructuras y de un medio ambiente urbano de calidad es un factor decisivo de integración y de justicia distributiva mientras que su ausencia, por el contrario, puede ser un factor detonante de exclusión social y de caldo de cultivo para la violencia y la delincuencia.

En cuanto a la vivienda, la identidad entre la negación del derecho a una vivienda digna y la exclusión social es prácticamente absoluta. Por ello, posibilitar el ejercicio de este derecho recogido en nuestra Constitución es un objetivo básico de todos los niveles de la Administración y de los agentes sociales.

Aunque, tanto desde la política urbanística como desde la de vivienda, se viene trabajando activamente en los dos campos, quedan, sin embargo, aún muchos problemas por resolver y aparecen fenómenos nuevos que no habíamos tenido en cuente y frente a lo que nos encontramos a veces sin respuesta o con respuestas insuficientes: la polarización social, los nuevos procesos de marginación, las distintas necesidades sociales emergentes como consecuencia de los cambios demográficos y culturales, los problemas ambientales requieren nuevas formas de actuar integradas y con participación activa de todos los sectores.

En este sentido, el Seminario, cuyas ponencias ahora se presentan, pretendió contribuir a un mejor diagnóstico de los problemas y a la propuesta de líneas de actuación eficaces, a través de la exposición y el análisis de distintas políticas puestas en práctica desde los tres niveles de la Administración, contrastada con la opinión de expertos en la materia y de algunos de los agentes sociales más significativos con participación en el proceso de construcción de la ciudad.

Creemos que el conjunto de estas exposiciones supone una aportación valiosa en el camino hacía la construcción de unas "ciudades más seguras".