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Edita: Instituto Juan de Herrera. Av. Juan de Herrera 4. 28040 MADRID. ESPAÑA. ISSN: 1578-097X
La edificación es responsable actualmente en los países
desarrollados de la extracción del 50% de los materiales pétreos
y minerales y del consumo de un 30% de la energía primaria
utilizada en climatización e iluminación, sin contabilizar la
energía gastada en la fabricación de materiales y sistemas y en
transporte de los mismos. La edificación es también la causante
del 50% de la contaminación ambiental. No es por tanto nada
extraño que la relación Arquitectura-Ecología influya cada vez
más en el diseño arquitectónico.
Utilizar las condiciones del entorno natural, aprovechar las
energías no contaminantes y minimizar los consumos son factores
que han entrado a formar parte de los procesos de creación de la
edificación contemporánea. Sin embargo muchas veces estas razones
no aparecen en los análisis de arquitectura realizados por las
publicaciones que nos dan cuenta del devenir de las Vanguardias,
y desde las que habitualmente no se hace referencia a estos
temas.
Por otra parte, los conocimientos sobre ciencias naturales y las
mediciones y valoraciones de ciclos y factores climáticos han
crecido exponencialmente en este último cuarto de siglo. Esto
evidencia las interacciones entre las actividades humanas y el
medio planetario global, y entre ellas la capacidad de revisar
las conexiones de la arquitectura con su entorno ecológico.
La interacción entre la arquitectura y el medio ambiente puede
establecerse con muy distintos niveles de implicación. Desde una
intención de relación puramente visual entre las formas del
paisaje y las de la edificación, hasta una construcción
radicalmente bioclimática, hay todo un amplio campo en el que los
arquitectos actuales pueden desarrollar sus proyectos según sus
puntos de vista y posibilidades.
Las edificaciones pioneras que se autodefinían como "arquitectura
ecológica", en su mayoría realizadas como pequeños experimentos
por sus propietarios (que en muchos casos no eran profesionales)
hicieron que se extendiera un cierto prejuicio sobre que la
arquitectura, digamos "ecológicamente consciente", tenía una
imagen resultante única y repetida, un grafismo "naif" y estaba
restringida a viviendas de pequeña escala. Las imágenes
publicadas han mantenido estas falsas ideas. A esto se añade la
falta de publicaciones que se hicieran eco del creciente peso de
los factores de consciencia ecológica en los procesos creativos
de los arquitectos de prestigio, y que observaran los resultados
obtenidos en esta vía.
Hay que aclarar sin duda el equívoco anterior. Hay arquitecturas
que buscan una adecuación medioambiental en muy distintas
escalas, edificios de usos diversos y resultados estéticos
diferentes. Cada vez más arquitectos reconocidos explican sus
trabajos bajo este punto de vista, y no sólo los aquí reflejados.
La lista sería interminable y en muchos casos sorprendente: R.
Moore, P.Cook y Ch. Awley, T. Ito, Purini, F. Fisher, Heikkinen
y Komonen, Matsunaga, N. Grimshaw, Ciriani,... arquitectos de
todas partes del mundo.
De todo lo cual se desprende que la Arquitectura ecológicamente
consciente, no es el resultado tanto de la aplicación de
tecnologías especiales, como del sostenimiento de una lógica
dirigida hacia la adecuación y utilización positiva de las
condiciones medioambientales, durante el proceso del proyecto,
la puesta en obra, la vida y el mantenimiento del edificio y el
modo de utilización por sus habitantes. Aunque sin perder ninguna
del resto de las implicaciones estéticas, constructivas,
funcionales, etc., presentes en la reconocida como buena
arquitectura, pero ampliando y creando una nueva jerarquización
en los factores determinantes de las soluciones construidas.
La evolución de la postura de algunos arquitectos respecto al
contexto geográfico y natural puede verse reflejada, como
ejemplo, en la sucesión seguida por Vittorio Gregotti en un tema
como es el de relación de un conjunto de edificios con un
barranco y el curso de agua del arroyo que discurre por él:
Figura 1: Sucesión seguida por Vittorio Gregotti
Tomemos como ejemplo el rascacielos con cerramiento de muro de
vidrio. Un tipo que parecía inamovible, pero del que se descubre
que provoca un consumo insostenible, normalmente por necesidades
de refrigeración, ya que el efecto invernadero sobre las grandes
superficies acristaladas es fuerte, y su densidad de ocupación
y el calor producido por los equipos de trabajo e iluminación,
producen sobrecalentamiento. Este problema crece exponencialmente
al empezar a construirlos, dada su imagen de prestigio comercial,
en países en vías de desarrollo con climas más calientes.
En estos años 70, el vidrio no contaba con las variedades
industriales con las que hoy sí cuenta. Por lo que resulta muy
interesante ver cómo es la variación en el tipo consecuencia de
tomar en consideración las condiciones medioambientales en el
National Commercial Bank, que Skidmore, Owings & Merril
construyen en Yedda, Arabia Saudí, en un clima casi desértico,
cerca del Mar Rojo. El edificio conserva la imagen del
rascacielos, con 27 plantas de altura, pero se cierra a la
excesiva radiación exterior y a los problemas de vientos
calientes, trasladando el muro de cristal a un espacio abierto
interior sombreado y protegido con vegetación, que ayuda a la
refrigeración del vidrio de la torre.
Figura 2: National Commercial Bank. SOM
Otra apreciación interesante es observar cómo elementos
principales del diseño arquitectónico son sustituidos por
naturaleza viva.
Tradicionalmente, los buenos edificios siempre han tenido en
cuenta su imagen visual en relación con el entorno natural que
los rodeaba, para significarse y realzarse en él. También han
tenido presente el aprovechamiento de las buenas vistas para
enmarcarlas desde el interior y disfrutarlas, pero en todo caso
como algo complementario que enriquecía y se añadía al conjunto
de elementos establecido. Actualmente estamos asistiendo a algo
más radical, a que la naturaleza sea un elemento arquitectónico.
En este caso se puede tomar como ejemplo la Iglesia sobre el Agua
en Tomamu, Hokkaido, construida por Tadao Ando en 1985.
En un arquitecto como Ando, que al realizar templos anteriormente
siempre ha escogido para la sala de culto espacios cerrados,
concentrados, en los que la única inclusión de factores naturales
era la de haces de luz solar manejada desde su valoración
dinámica, el tratamiento de esta iglesia resulta aún más
sorprendente.
El altar es el espacio exterior, la naturaleza que se extiende
y refleja fuera, atravesando el vidrio invisible y penetrando en
el interior para centrar toda la atención.
Sobre el entorno y la lámina de agua, las estaciones desarrollan
una polifonía cromática y formal que va desde el blanco
inmaculado de la nieve en invierno hasta los contrastes de verdes
y rojos del otoño, desde los vacíos de los esqueletos vegetales
hasta el lleno de las masas de color.
En esta obra, para Ando, en la evolución de lo natural está lo
sagrado.
Figura 3: Iglesia sobre el Agua. Tadao Ando.
Esta misma idea simbólica la encontramos en la Mezquita de la
Gran Asamblea Nacional en Ankara (Turquía, 1989) de Bhruz y Can
Cinici, en la que la tradicional orientación del muro de la
"qibla" y del "Mihrab" hacia la Meca se respetan pero
desaparecen, sólo marcados por las carpinterías que modulan la
visión del jardín. Los fieles se encuentran frente a la
naturaleza, con el cielo presente en el reflejo que brinda el
estanque exterior, que por otra parte recuerda la bendición que
representa el agua.
Pueden ya apreciarse cambios en los arquitectos y sus modos de
relacionarse con los entornos naturales, adaptaciones en las
tipologías y en los materiales. Hay unos nuevos planteamientos
en el desarrollo de la edificación derivados de la evolución de
una eco-lógica arquitectónica.
En las respuestas que la arquitectura contemporánea ha ido dando
se pueden distinguir varias tendencias:
¿Cómo podría proponerse como solución a ciudades de decenas de
millones de habitantes, la vivienda baja de muro de tierra, que
puede suponer el movimiento de 25 m3 de material para construir
una vivienda de 35 m2? Las soluciones de vivienda popular
utilizaban muchas veces condiciones y elementos derivados de un
modo de vida agrícola: el acopio de cosechas en cámaras, el calor
de los animales, la combustión de restos vegetales,... que
generaban materias y energías inviables hoy, en el mundo
prioritaria y progresivamente urbano en el que vive la mayor
parte de la humanidad.
También es ilógica la prohibición rígida y definitiva de algunos
materiales, por consumir actualmente mucha energía o contaminar
en su fabricación, sin tener en cuenta que también son mejorables
los procesos industriales. Así ocurre por ejemplo con el vidrio
que, tan sólo con la recuperación planteada en muchos países, se
ha conseguido ahorrar un 40% de energía en su producción. El
planteamiento cada vez más amplio de posibilidades de reciclaje
hace que el camino de la adecuación medioambiental no tenga que
ser obligadamente regresivo.
De esta tendencia es aprovechable el análisis de soluciones
locales, no tanto para repetirlas de modo idéntico, como para
aprender de las apreciaciones de las que surgieron e
interpretarlas en el contexto actual.
En su contra, cabe que se copien y apliquen soluciones
transferidas sin valorar todos los factores del entorno, lo que
las invalide o las haga contradictorias con su fin último de
adecuación ecológica: cubiertas con estanques de agua
descubiertos, en lugares donde ésta escasea o la
evapotranspiración es elevada; cerramientos diseñados para
problemas de enfriamiento, en zonas donde éstos son mínimos
frente a los de sobrecalentamiento que agravan; el mal uso de
materias de gran inercia térmica, interesante en lugares
templados con diferencias marcadas día-noche, aplicados en climas
húmedos y tropicales sin apenas oscilación, etc.
Esta tendencia empieza a poder contar con numerosos ejemplos
fácilmente extensibles por su sencillez y economía de medios, que
en muchas ocasiones no implican sobrecosto alguno sobre las
construcciones. Y aunque no consiga unos ahorros totales en
climas relativamente duros, el incremento generalizado de
actuaciones de este tipo puede tener gran influencia a nivel
global mundial.
Representantes de esta vía serían O.M. Ungers, B. Van Berkel,
Mecanoo, G. Marcut,... y otros muchos.
Arquitectos con oficinas y estudios de alcance internacional
tienden a apostar por transportar sistemas activos y
monitorizados de mínimo consumo energético en el uso del
edificio. Estos arquitectos exportan proyectos, pero también en
muchos casos, no se olvide, tecnologías, sistemas de construcción
y elementos patentados y fabricados por industrias asociadas a
ellos.
De este modo de dar solución a los problemas medioambientales
relacionados con la construcción, surgen edificios que se
autodenominan inteligentes, domotizados, diseñados con la
intención de que contengan soluciones universales. Aparece sobre
todo una ciencia de la piel, de la envolvente del edificio
altamente sofisticada, una cáscara reactiva capaz de responder
a todas las solicitaciones casi en cualquier lugar. Derivan de
ello construcciones con sistemas activos, sobredotados, con una
exhibición técnica que en muchos casos podría simplificarse si
se partiese de un análisis más ajustado de las condiciones
locales.
Las oficinas de Ove Arup, R. Rogers, N. Foster, etc. son
determinantes de los avances de la "high tech" en este sentido.
Acompañando a E. Ambasz, E. Holl, T. Ando y otros arquitectos,
japoneses y del resto del mundo, buscan una inspiración para
crear espacios vivos que centran la atención en la naturaleza
cambiante que se funde con ellos.
Representantes más claros de esta vía serían: R. Piano, algunas
obras del equipo SOM, etc.
Puede afirmarse que una parte de la Arquitectura de Vanguardia
de hoy, se encuentra buscando órdenes espaciales integrados y
corresponsables con un enfoque de la globalidad, para la creación
de mejores formas de habitar hermosa y confortablemente, nuevos
ecosistemas para el hombre, proyectando maclas complejas de
naturaleza, materia, forma y energía.
Madrid, 25 Marzo 1998
Croti Vittorio Gregotti (Colección Serie Architettura. Editorial
Zanichelli) .
Revista Domus (1979) National Commercial Bank (Domus 595 Pag 24,
25) .
FISA and The Aga Khan Trust for Culture( 1996) Architecture for
a Changing World
Frampton, Kennet (1987). Tadao Ando. G.A. Architect. (Edita Tokio
pag 236, 237) .
Luxán, Margarita (1997) Arquitectura de Vanguardia y Ecología.
(Universidad Veracruzana, Xalapa, México) .
Moneo, Rafael (Diciembre 1997) Conferencia en Lisboa.
Fecha de referencia: 30-4-1998
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