Boletín CF+S > 34: Polémicas, reincidencias, colaboraciones... > http://habitat.aq.upm.es/boletin/n34/arcor_4.html |
Áreas Naturales Protegidas |
![]() |
El instrumento de política ambiental con mayor definición
jurídica para la conservación de la biodiversidad son las
Áreas Naturales Protegidas. Éstas son porciones terrestres o
acuáticas del territorio nacional representativas de los
diversos ecosistemas, en donde el ambiente original no ha
sido esencialmente alterado y que producen beneficios
ecológicos cada vez más reconocidos y valorados. Se crean
mediante un decreto presidencial y las actividades que
pueden llevarse a cabo en ellas se establecen de acuerdo con
la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al
Ambiente, su reglamento, el programa de manejo y los
programas de ordenamiento ecológico. Están sujetas a
regímenes especiales de protección, conservación,
restauración y desarrollo, según categorías establecidas en
la Ley.
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas administra actualmente 148 áreas naturales de carácter federal que representan más de 17 millones de hectáreas. Estas áreas se clasifican en 6 categorías (Reservas de la biosfera, parques nacionales, monumentos naturales, áreas de protección de recursos naturales, áreas de protección de flora y fauna y santuarios). |
Degradación del suelo por las actividades humanas |
![]() |
Las actividades humanas han ocasionado a menudo una
degradación de los recursos de tierra del mundo que
constituyen la base para una seguridad alimentaria continua.
La evaluación mundial de la degradación antropogénica de los
suelos (GLASOD) ha demostrado que el 15 por ciento de la
superficie total de las tierras en todo el mundo ha sufrido
daños (en un 13 por ciento de los casos ligeros y moderados,
y en un 2 por ciento graves y muy graves), debidos sobre
todo a la erosión, la disminución de los nutrientes, la
salinización y la compactación física. Estos efectos suelen
traducirse en una reducción del rendimiento. La conservación
y rehabilitación de tierras constituyen una parte esencial
del desarrollo agrícola sostenible. Aunque existen suelos
gravemente degradados en casi todas las regiones del mundo,
los efectos negativos de un suelo degradado sobre la
economía son más severos en los países que más dependen de
la agricultura para obtener ingresos.
Fuente: FAO |
Degradación del suelo en el mundo |
![]() |
La importancia de la degradación se deduce de la importancia
del objeto que deteriora. La FAO-UNESCO-PNUMA han puesto en
relieve la extrema gravedad de este problema en numerosas
ocasiones y como resultado de la primera Conferencia de las
Naciones Unidas sobre Desertificación, celebrada en Nairobi
en 1977.
El suelo, componente esencial del medio ambiente donde se desarrolla la vida, es frágil, de difícil y larga recuperación (tarda desde miles a cientos de miles de años en formarse), y de extensión limitada, por lo que se considera como recurso no renovable. Un uso inadecuado puede provocar su pérdida irreparable en tan sólo algunos años. En un principio el problema no era acuciante debido a la escasa densidad de población y al hecho de que las civilizaciones primitivas se establecían en las llanuras próximas a los ríos (suelos fértiles, con abundante agua y fáciles comunicaciones). La espectacular explosión demográfica actual ha provocado la roturación de tierras en relieves cada vez con pendientes más fuertes, fuertemente degradables, y como consecuencia frenar la degradación del suelo se ha convertido en uno de los grandes retos actuales. Fuente: UNEP 1992 & GRID Arendal. GEO: Global Environment Outlook |
Causas de la degradación del suelo por continentes |
![]() |
La degradación de tierras conduce a una disminución
significativa de su capacidad productiva. Las actividades
humanas que contribuyen a esa degradación incluyen la
utilización inapropiada de tierras agrícolas, prácticas
deficientes en la ordenación de suelos y agua,
deforestación, remoción de la vegetación natural, uso
frecuente de maquinaria pesada, pastoreo excesivo, rotación
incorrecta de cultivos y prácticas deficientes de riego. Los
desastres naturales, tales como sequías, inundaciones y
deslizamientos de tierras, hacen su aporte también. A
principios del decenio de los noventa, se emprendió una
Evaluación Mundial de Degradación de los Suelos (GLASOD,
según su sigla en inglés) (Oldeman, Hakkeling y Sombroek
1990, UNEP 1992) y, en 2000, el FMAM y el PNUMA comenzaron
una evaluación de la degradación de las tierras (LADA) en
tierras secas y que actualmente se está desarrollando con la
FAO.
En el informe GLASOD se identifican cinco intervenciones humanas que han provocado la degradación de los suelos: deforestación y explotación de bosques (580Mha), sobrepastoreo (680Mha), manejo impropio de suelos agrícolas (550Mha), sobreexplotación de la vegetación para usos domésticos (137Mha) y actividades industriales (19,5Mha). Fuente: UNEP 1992 & GRID Arendal. GEO: Global Environment Outlook 3 |
Vulnerabilidad de la erosión hídrica en europea |
![]() |
Las cuestiones clave asociadas con los recursos de tierras
en Europa son la planificación de la utilización de tierras
en relación con la agricultura y la expansión urbana, y la
degradación del suelo debida a factores tales como la
contaminación y la erosión.
La continua expansión de la población, los cambios y crecimiento económicos durante los últimos 30 años condujeron a demandas en pugna por tierras para la agricultura, silvicultura, protección ambiental y esparcimiento, y para el desarrollo urbano y de infraestructura. El índice promedio anual de cambio en la ocupación del suelo en Europa Occidental es bastante reducido, pero los cambios locales pueden ser significativos, especialmente en las zonas densamente pobladas: el 74 por ciento de la población de Europa se concentra en sólo el 15 por ciento de la superficie de su territorio (EEA 1999). Al mismo tiempo, esas zonas experimentan elevados niveles de actividad en la industria, transporte, servicios y otros sectores económicos, con los problemas ambientales concomitantes. Fuente: UNEP |
Huella ecológica por países |
![]() |
La Huella Ecológica analiza la sustentabilidad en términos
sencillos y comprensibles, utilizando los datos científicos
disponibles más confiables; lo que permite a las personas en
general, analistas políticos y a los gobiernos medir y
manifestar el impacto en los sectores económico, ambiental y
de seguridad, originado por el uso que hacemos de los
recursos naturales.
La Huella Ecológica de una población determinada es el área biológicamente productiva necesaria para producir los recursos que consume y absorber los desechos que genera dicha población; y dado que los habitantes de cualquier sociedad utilizan recursos de todo el mundo, la Huella Ecológica suma y estima el tamaño de las diversas áreas utilizadas, sin importar el lugar en que se encuentren. Si representamos las demandas humanas con la Huella Ecológica, entonces éstas demandas pueden compararse con la capacidad biológica (representando los suministros ecológicos) de una región o del mundo. Cuando las demandas humanas exceden los suministros ecológicos, disminuye el capital natural (del cual dependen las generaciones actuales y futuras). A esta situación se le llama «sobrecarga» o déficit ecológico mundial. En el mundo existen solamente 2,1 hectáreas de espacio biológicamente productivo disponible para cada persona en la Tierra, pero la Huella Ecológica promedio mundial es de 2,9 hectáreas por persona; esto significa que la humanidad está sobrepasando la capacidad ecológica de la biosfera en casi un 35 por ciento. Es decir, tomamos más de lo que la naturaleza nos puede dar. |
Flujos de agua, materiales y energía de la Comunidad Autónoma de Madrid |
![]() |
Se calcula que un habitante de un país desarrollado necesita
entorno a 4,5 ha de terreno para satisfacer sus necesidades
alimenticias, de alojamiento, vestido, transporte y
digestión de residuos. Las exigencias de energía, materiales
y territorio no disminuyen, sino que aumentan, mientras que
la disponibilidad de territorio desciende por la
contaminación y la erosión.
La Comunidad Autónoma de Madrid, al tener una alta densidad poblacional y carecer de recursos agrícolas, energéticos o minerales se ve obligada a importar de otras regiones cantidades enormes de materias primas, productos energéticos, alimentos y todo tipo de mercancías para satisfacer a su población. Fuente:
|
Boletín CF+S > 34: Polémicas, reincidencias, colaboraciones... > http://habitat.aq.upm.es/boletin/n34/arcor_4.html |