Boletín CF+S > 10 -- Especial: SEGUNDO CATÁLOGO ESPAÑOL DE BUENAS PRÁCTICAS > http://habitat.aq.upm.es/boletin/n10/aaeng.html |
Edita: Instituto Juan de Herrera. Av. Juan de Herrera 4. 28040 MADRID. ESPAÑA. ISSN: 1578-097X
Madrid, abril de 1998
Tales criterios eran los de asociación, entre al menos dos de un
total de diez entidades gubernamentales y no gubernamentales,
asociaciones o sectores diversos; impacto, entendiendo por tal la
mejora tangible y demostrable en las condiciones de vida ligadas a
las esferas temáticas planteadas; y durabilidad, contrastable en
cambios duraderos en los marcos legislativos e institucionales,
sistemas de administración, prácticas y políticas sociales y
armonización de estrategias desde los puntos de vista social,
económico y ambiental.
A estos criterios básicos, la convocatoria añadía tres más, con
carácter de adicionales: liderazgo, habilitación de la comunidad y
género e inclusión social.
Con estas premisas, se estimó oportuno establecer un sistema de
puntuación, valorando el cumplimiento de cada uno de los factores
explicitados, más la concurrencia de otros complementarios que se
consideraron de especial relevancia. Así por ejemplo, en relación
con los criterios de asociación, se consideró como mérito especial,
el haber contado con la participación de la empresa privada,
consiguiendo que se convirtiese en inversora y asumiendo el riesgo
correspondiente.
Una buena práctica, a igualdad de otros factores, se valora tanto
mejor cuanto en menor medida dependa de la financiación pública
para llevarse a efecto.
El carácter innovador de la práctica fue otro factor complementario
de valoración, premiándose con él la aportación de nuevas ideas, o
investigación de nuevas áreas de intervención para mejorar la
calidad de vida de las ciudades.
Ello no supone que se haya minusvalorado lo que puede suponer la
puesta en práctica de iniciativas cuyo contenido o estrategia son
ya conocidas, o se han aplicado en otros casos y sin embargo no
dejan de tener por ello una enorme trascendencia si se llevan a
cabo adecuadamente.
Finalmente se tuvo en cuenta la incidencia relativa de la práctica,
considerando aquí tanto la escala de la actuación como, por
ejemplo, su efecto modélico o desencadenante de otros efectos
deseables.
Con el fin de objetivizar la valoración de los casos presentados en
las áreas temáticas de desarrollo urbano, vivienda y desarrollo
territorial, se estimó oportuno aplicar el siguiente procedimiento
basado en el mayor grado de cumplimiento de los criterios
explicitados, a los que se consideró oportuno añadir dos más:
innovación e incidencia relativa.
Asociación. Se puntuó de 0 a 2. No puntuaban aquellas prácticas en
las que no habían participado al menos dos entidades, y obtenían la
puntuación máxima aquellas que, acreditando dos o más entidades
participantes, habían contado con la intervención del sector
privado.
Se consideró por tanto un importante valor añadido la incorporación
de recursos privados y la asunción de riesgos en respaldo de la
práctica por las entidades privadas.
Impacto. Se puntuó de 0 a 3 en función de la importancia deducida
a partir de la descripción hecha de la misma y documentación
complementaria.
Durabilidad. Se puntuó con 0 ó 1 según se acreditaban o no cambios
duraderos en al menos uno de los ámbitos definidos en la
convocatoria.
Criterios adicionales. Asimismo puntuados con 0 ó 1 según se
cumpliese con al menos uno de los requisitos definidos de
liderazgo, habilitación de la comunidad y género e inclusión
social.
Innovación. Puntuado de 0 a 3.
Incidencia relativa. Puntuado de 0 a 3.
La puntuación final obtenida, mediante suma de las asignadas a cada
concepto, era posteriormente ponderada en relación con la
puntuación media del conjunto de las prácticas y el número
resultante constituía la puntuación final, a partir de la cual se
definió el "orden de bondad" de todas ellas.
Las prácticas finalmente seleccionadas fueron aquellas que
superaron un umbral crítico, marcado por un pronunciado descenso en
la puntuación, a partir de la última seleccionada.
Este balance da lugar a las siguientes consideraciones:
No aparecen, y sería deseable que lo hicieran, políticas
preventivas, orientadas a cuidar esas otras partes de la ciudad aún
sanas, cuya vejez parece aún bastante lejana, pero no por ello
exentas de entrar algún día en procesos degenerativos o de declive.
A este segundo respecto, la práctica "L'Hospitalet por el civismo"
podría quizás tomarse como un apunte premonitorio de estas
políticas, en absoluto territoriales, y que puede ser salvaguarda
respecto a tolerancias mal entendidas y modos de no administrar las
ciudades, de "dejar hacer y dejar pasar" en ellas.
Está muy bien que estrategias y proyectos de regeneración urbana
estén respaldados por la universidad, asociaciones de vecinos,
organizaciones no gubernamentales diversas, etc.
Está mucho mejor que, además, los planes y proyectos diseñados y
las políticas de gestión concebidas atraigan al inversor y promotor
privado.
Y para tales operaciones parece, por regla general, que se cuenta
ya con un programa estándar, variación de los modelos
norteamericanos pioneros en este tipo de actuaciones, tendente a
reconvertir tales frentes en cierta especie de parques temáticos
alargados, o permanentes exposiciones, muestrario de singulares
piezas de arquitecturas dramáticas firmadas por algunos de los
maestros de este "renacimiento contemporáneo".
No parece haber sido este el caso de la recuperación de la fachada
marítima de Gijón -y por ello la práctica ha sido seleccionada- y
ello permite hacer una consideración general, aunque tal vez
subjetiva. Quizás fuera mejor tomar como regla orientativa en estos
casos, buscar la continuación natural hacia el borde de aquellas
tramas y usos inmediatamente presentes tras las barreras
industriales hoy demolidas.
Y en todo caso, si la viabilidad económica de la transformación así
lo aconseja, dar preferencia a soluciones mixtas, con un porcentaje
sustantivo de usos residenciales, frente a otras polarizadas en el
comercio y los equipamientos de ocio.
La inevitable conclusión de este tipo de contabilidades -que quizás
la administración debiera realizar con la continuidad y detalle
oportunos- es que las buenas prácticas son más indicativas de un
estado mental o cultura urbanística, que reconoce hoy la
conveniencia de actuar en las áreas degradadas de las ciudades
existentes, que de mejoras extensivas en el estado de declive de
dichas áreas.
Esta corriente de vida de nuestras ciudades, con una peculiar
atención a sus espacios verdes y azules, áreas plantadas, calles y
avenidas arboladas, valorando justamente sus efectos creadores de
microclimas, reductores de contaminación atmosférica y acústica,
así como de modificación y embellecimiento paisajístico de la
escena urbana.
El mejor conocimiento de otras ciudades, dentro y fuera de nuestro
país, potenciado por la mayor movilidad de una población más rica,
y más viajera, con más fuentes de información de las que disponía
no hace tanto tiempo, ha puesto en cuestión aquel carácter de
"urbanismo mineral" históricamente practicado en nuestras
latitudes. Hoy aspiramos a introducir más campo en el interior de
la ciudad, casi ya como forma de frenar que la ciudad se difunda
más en el campo.
El que iniciativas como la aplicación en Calvià de la Agenda 21
Local en la revisión de su Plan General se pongan en marcha,
constituye un logro ejemplarizante que tendrá un enorme efecto de
arrastre en otras áreas urbanas congestivamente explotadas, y hoy
ya disuasorias, del litoral español si consigue -como era el caso
de las prácticas de rehabilitación- el respaldo ejecutor de las
empresas privadas.
En ocasiones el ajuste a "la plantilla" ha sido muy cuidado de
manera que el cumplimiento con los criterios exigidos resultaba muy
fácil de contrastar. (Algo que a efectos de valoraciones y
comparaciones resulta muy de agradecer por los miembros del jurado)
Sin embargo esta "uniformización" del contenido informativo exige
un esfuerzo adicional mayor por el concursante, para realzar lo que
de singular o más meritorio tiene su caso.
Como analista de las prácticas sobre desarrollo urbano, vivienda y
desarrollo territorial, he provocado discrecionalmente en este caso
esa singularización subrayando tres elementos: grado de compromiso
de la inversión privada; valor innovador e incidencia relativa.
Pero quizá los propios autores podrían haber enfatizado mejor
aquellas cualidades distintivas en las que podría radicar con mayor
fundamento sus ventajas comparativas.
Las prácticas se presentan por otra parte con dos fines:
"Puerta abierta - Bilbao la Vieja".
No se trata en primer lugar de un proyecto de envergadura
relevante, con un compromiso de inversión por parte del
Ayuntamiento de 799 millones, suplementado por otros 521 de la
Unión Europea.
Ya se ha dicho que en términos absolutos las inversiones en
rehabilitación distan mucho de los niveles necesarios, y este es
representativo de los proyectos en que prima más su enfoque
particular o innovador en la atención a aspectos sociales etc, que
la magnitud de la transformación física.
En la descripción del proyecto se hace por otra parte mención de la
"atracción de inversiones privadas" a la zona, que hay que entender
más como efecto positivo, a posteriori, indicativo del éxito
revitalizador del proyecto, que como compromiso, credibilidad del
plan y asunción de riesgo a priori por parte del sector privado.
Su aspecto más innovador, resaltado como punto fuerte en la
descripción de la práctica, radica en la incorporación de los
propios residentes a la rehabilitación; el denominado concepto de
"autorehabilitación", que exige del esfuerzo de los beneficiados y
provoca como efecto su mayor identificación con el proyecto y apoyo
al mismo.
La práctica hace referencia a la creación de 471 empleos, en las
labores de rehabilitación, ofrecidos a otros tantos desempleados
del barrio, lo que constituye un logro notable en relación con la
inversión realizada.
Se ha conseguido en definitiva una vinculación exitosa entre la
regeneración física -con rehabilitación de viviendas y creación de
equipamientos comunitarios- y la promoción del empleo. Y se ha
logrado, adicionalmente, la implicación de un número relevante de
entidades administrativas -de los niveles local, autonómico y
estatal así como de la Unión Europea.
L'Hospitalet por el civismo.
Se trata de una práctica cuyas principales cualidades son su
oportunidad, valor ejemplarizante para las demás ciudades de
nuestro país y en cierto sentido carácter innovador, si bien en el
fondo no constituye sino una llamada urgente a recuperar el
"civismo", poner un freno al mal uso y abuso del espacio público en
la ciudad y sancionar comportamientos antisociales.
Su mérito estriba en el reconocimiento expreso de la realidad y
gravedad de procesos que están afectando con generalidad a nuestras
ciudades y en haber arbitrado -con un importante respaldo de la
ciudadanía- medidas directas e indirectas que tienden a ponerles
freno y eliminarlos.
No deja de ser lamentable que para poner fin a las pintadas en
fachadas y paredes, suciedad de animales domésticos (y de los
propios ciudadanos) en las calles y parques, vandalismos,
publicidades incontroladas o toleradas -que llegarían a convertir
las avenidas más transitadas en emulaciones de Las Vegas-
colocación indiscriminada de carteles, o ruidos de claxones y
sirenas y actividades diversas a cualquier hora del día, requieran
la creación de una "Concejalía por el civismo". Pero puesto que
esta medida, u otras asimilables, se hacen ya perentorias en
nuestro país, bienvenidas sean, antes de llegar al abandono o
renuncia final a intervenir.
Desde el punto de vista del respaldo asociativo es de destacar,
aparte del elevado número de entidades ciudadanas (166), la
involucración del sector inmobiliario, y sectores empresarial y
financiero.
Es obvio que la mayor calidad ambiental del una ciudad tiene una
repercusión económica. Cuando una ciudad se degrada, las
propiedades inmuebles pierden claramente valor de manera rápida y
directa, pero es cada vez más claro también, que la creciente
valoración ambiental provoca mayor atracción de intereses
inversores en aquellas ciudades comparativamente mejor posicionadas
en este aspecto y como consecuencia la revalorización económica de
tales inmuebles y todos aquellos activos vinculados con los
factores de localización.
La estrategia de actuación concebida es muy acertada al combinar
las medidas informativas y educativas orientadas a recuperar la
necesaria sensibilidad colectiva -que garantizará que las mejoras
resultantes no sean un episodio pasajero- con las inevitablemente
coercitivas, consistentes en una reglamentación explícita y la
creación de un cuerpo inspector o policía cívica y una brigada de
restauración. Este último elemento tiene una importancia propia:
nada induce más la progresión de la degradación física que la
continuada observación de áreas o elementos de la escena urbana que
tras sufrir los efectos de vandalismo, la suciedad, la falta de
cuidado, permanecen largo tiempo en su estado deteriorado hasta que
alguien se ocupa de su arreglo.
El programa, finalmente, supone una inversión anual del
Ayuntamiento de 75 millones de pesetas. Será muy interesante que en
algún momento se evalúe el ahorro económico que la puesta en
práctica del mismo ha aportado por otras vías a la ciudad.
Valencia. Plan Riva - Ciutat Vella.
Se trata de una práctica en la que la cuantía de la inversión
alcanza niveles relevantes, siendo con 10.400 millones la cuarta
más importante de las analizadas.
Sus objetivos suponen la combinación de reurbanización de barrios,
con la implantación de nuevos equipamientos y mejora de la
habitabilidad de un importante número de viviendas.
Se trata de recrear unas "zonas para vivir compensadas", con
énfasis en su mejora ambiental y funcional. Del intento,
interpretamos, de introducir en la ciudad vieja lo que los
habitantes más valoran de las partes nuevas: nuevos espacios
libres, mejores infraestructuras, y viviendas más confortables. Y
ello con el complemento de intervenciones concretas en piezas del
patrimonio monumental y la recuperación de elementos singulares,
que sin duda actuarán como faros, elementos orientativos o de
referencia, irradiadores de algo tan importante como es en este
tipo de programas, una "señal de cambio", prueba y constatación de
la voluntad de la administración pública de acometer la
regeneración y renovación de áreas urbanas.
La práctica se plantea los objetivos obligados o "clásicos" de
mantener la población actualmente residente y atraer otra nueva en
aras de la diversidad social, creación de servicios comunitarios y
amplio respaldo de los agentes sociales, pero añade además el de la
"intervención pública de calidad para que sirva de referencia a la
intervención privada".
Este aspecto, que relacionamos con la participación de los Colegios
de Arquitectos y Aparejadores y la Escuela Superior de Arquitectura
de la Universidad Politécnica de Valencia, nos parece especialmente
importante en la actualidad.
No es raro que la "urgencia" con que se acometen con frecuencia
importantes inversiones públicas pase por alto el cuidado de la
calidad "de proyecto o de la ejecución del programa" o se produzca
un traspaso de la responsabilidad correspondiente del ente
actuante, a la intervención protagonista de algún renombrado
profesional, preferiblemente foráneo, de competencia
internacionalmente reconocida.
Frente a estas actitudes, y, por cuanto precisamente pueda
constituir una referencia clara para la intervención privada, que
se resalte el objetivo de la calidad y se confíe en la capacitación
de las Escuelas de Arquitectura Nacionales -de las que por otra
parte se extraen los candidatos a los grandes premios
internacionales- nos parece una posición coherente y destacable.
Asimismo es destacable la constatación hecha en la información
aportada de la "complejidad en las operaciones de rehabilitación de
edificios", que afecta en primer lugar a la aprobación de los
proyectos, con los consiguientes informes previos de cultura etc,
y a la obtención de licencias.
Es cierto que en la actualidad están ya superadas posiciones que
rozaban en el fundamentalismo, que hacían de la conservación de los
edificios un dogma absoluto, no relativizable, independiente de
consideraciones de viabilidad económica, utilidad funcional o
habitabilidad suficiente.
Pero no obstante se siguen aplicando normas pensadas para edificios
nuevos sin la flexibilidad requerida por edificios viejos; o se
carece de la formación profesional y responsabilidad necesarios
para aplicar valoraciones discrecionales, que superen la sujección
estricta a la letra de la norma, inevitables en la mayoría de las
aprobaciones de proyectos de rehabilitación o renovación.
Otras practicas seleccionadas
Las otras siete prácticas seleccionadas en el área de desarrollo
urbano participan de alguna o algunas de las cualidades
anteriormente destacadas, siendo no obstante de resaltar las
siguientes peculiaridades o factores adicionales en cada una de
ellas.
Cádiz. Plan Integral de Actuación. Barrios de El Populo y Santa
María.
La práctica tiene un carácter transnacional. El Ayuntamiento de
Cádiz es miembro fundador desde el 92 de la Conferencia Permanente
de Ciudades Portuarias Europeas Periféricas -a la que pertenecen
Brest (Francia), Den Helder (Holanda), Phymouth (Reino Unido) y
Tarento (Italia)- con las que se mantienen intercambios
informativos en relación con los proyectos en ejecución.
Se incorpora un programa de cursos de formación para la artesanía,
orientados a colectivos desfavorecidos, del que hasta diciembre del
97 se han beneficiado 427 alumnos.
Zaragoza. Recuperación del Casco Histórico.
El programa ha tenido un éxito notable en cuanto a la recuperación
de la población perdida: 10.000 hab. y reducción de un 50% de los
problemas de exclusión y precarización.
La inversión comprometida para los próximos siete años para los que
se ha aprobado el Plan Integral, alcanza 900 millones de pesetas.
Se crea un Consejo Intersectorial para la participación de los
agentes sociales, económicos, institucionales y profesionales.
Gijón. Recuperación de la fachada marítima.
Se utiliza la creación de un paseo litoral a lo largo de todo el
frente costero del municipio como espina dorsal o elemento de
vinculación de las diferentes actuaciones, en barrios diversos, que
se conectan con el paseo mediante ejes peatonales.
Se duplican las zonas verdes existentes, pasando de 800.000 m2 a
1.600.000 m2 y se crean otras 2.900.000 m2 de zonas verdes
periurbanas.
Las inversiones alcanzan los 34.600 millones de pesetas, de los que
el Ayuntamiento aporta 13.000.
Santa Cruz de Tenerife. Recuperación del centro histórico.
Se plantea que el área histórica de la ciudad se comporte como un
Centro Comercial Abierto, y el objetivo de mantener la estabilidad
y futuro de las pequeñas y medianas empresas en él establecidas;
hoy con graves problemas para el mantenimiento de la actividad
económica.
El enfoque es original y apropiado. Se pretende introducir en el
centro de la ciudad, donde ya hay implantada una gran oferta
comercial, fragmentada en negocios independientes, las ventajas y
comodidades que encuentra el comprador en un recinto comercial
cerrado, con una gestión unitaria: seguridad, buena accesibilidad,
calidad ambiental etc, lo cual implica una variedad de actuaciones
de renovación urbana que la ciudad acomete (nuevas zonas
peatonales, pavimentación, plantaciones, equipamientos y red de
estacionamientos públicos municipales), con el ánimo de recuperar
su condición de destino turístico.
Se ha conseguido además una importante contribución del Fondo
Europeo de Desarrollo Regional: 12 millones de ECUS, de un total de
14,12 millones de pesetas.
Barcelona. Remodelación del barrio "Viviendas del Gobernador".
Se plantea la sustitución de 900 mini viviendas y locales
"provisionales" construidas en 1952, por nuevas viviendas de
promoción pública (de entre 55 y 85 m2 útiles), entregadas en
régimen de compraventa a 25 años en condiciones muy favorables (con
30% de subvención).
Se fomenta con ello la patrimonialización e identificación de los
propietarios con el desarrollo y su buen mantenimiento posterior.
Se ha procurado evitar las monotonías de grandes proyectos
unitarios, repartiendo el total de viviendas a edificar entre
equipos diferentes, como método de provocar la variedad que resulta
de los procesos graduales de creación de ciudad.
Aranjuez. Recuperación de la diversidad biológica y del medio
ambiente urbano.
Se trata de recuperar la singularidad de la ordenación de los
alrededores naturales de Aranjuez, con orígenes en los siglos
XVI-XVII que ligaba la estructura urbana con el entorno agrícola
mediante la combinación de paseos arbolados -prolongación en el
campo de las trazas barrocas del casco- con huertas de primor.
Conjuntamente se desea recuperar la diversidad biológica de sus
vegas, cuya explotación agrícola se ha ido limitando al cultivo de
cereales subvencionados, habiéndose perdido progresivamente buena
parte de la singularidad de un territorio caracterizado por la
combinación de los jardines reales, que rodeaban residencias y
palacios con extensas huertas de producciones hortofrutícola y
ganadera de enorme variedad.
El proyecto se apoya en la actual tendencia espontánea al consumo
de productos más sanos y naturales, y el éxito de las
especialidades de la tierra, denominaciones de origen y calidades
especiales.
La iniciativa ha logrado ya el respaldo e incorporación de una
cuarta parte de los 40 agricultores en activo en la vega,
habiéndose comenzado a actuar en una extensión de 80 Ha.
La práctica, en suma, combina armónicamente los objetivos de
recuperar un paisaje natural de excepcional singularidad con unas
explotaciones agrícolas -cuya variedad es un componente sustancial
del propio paisaje- procurando garantizar su sostenibilidad a
través de una estrategia económica fundamentada en las
oportunidades que ofrece hoy el propio mercado.
Madrid. Rehabilitación del Centro Histórico.
Es en términos de inversiones la práctica más importante,
alcanzándose un total de 32.386 millones de pesetas, de los que
25.462 corresponden al Ayuntamiento, aportando el sector privado
7.426 millones.
El programa se ha centrado en la mejora física de los espacios
públicos -calles y plazas- mejora de accesibilidad y rehabilitación
de edificios. Respecto a esta rehabilitación, no se resalta
adecuadamente el grado de mejora de las condiciones internas de
habitabilidad.
Un componente singular es la utilización de itinerarios entre los
emplazamientos de los teatros existentes en la zona, como elementos
estructurales a partir de los cuales ordenar la rehabilitación.
Las prácticas seleccionadas en el área temática de vivienda
participan de diversas características de los programas de
regeneración de centros históricos anteriormente descritas. Se
trata de dos actuaciones de rehabilitación de edificios de
viviendas -en mal estado o abandonadas- situadas en los centros
históricos de Barcelona y Villafranca del Penedés.
Como elementos más específicamente relacionados con la temática de
la vivienda son destacables los siguientes:
Área de Rehabilitación Integrada de Ciutat Vella-Barcelona.
El programa supone la actuación sobre un número de viviendas y
locales muy elevado, 6.099 de la que se beneficiarán 11.000
habitantes. La mayor parte de las viviendas (69%) se encuentran en
mal estado y la casi totalidad (92%) es anterior a 1.950.
La puesta en marcha de la rehabilitación ha requerido notable
compromiso inversor por parte de la administración pública, que se
ha orientado, por otra parte, a crear unas condiciones óptimas para
el desarrollo de la actividad privada, y a provocar efectos
multiplicadores.
La actuación se beneficia de un importantísimo valor de centralidad
y del carácter histórico-artístico y valor arquitectónico de una
parte significativa de la edificación existente.
La rehabilitación de las viviendas se acompaña de importantes
actuaciones en materia de infraestructuras y accesibilidad interna,
e interrelación con las áreas colindantes.
Programa integral de rehabilitación de viviendas para colectivos
desfavorecidos. Villafranca del Penedés.
El programa combina la rehabilitación de viviendas -en áreas
degradadas del centro, abandonadas por sus propietarios- con un
programa de formación ocupacional e inserción laboral de colectivos
con problemas de integración.
Las viviendas se ceden a los adjudicatarios previo compromiso de
seguir el programa educativo convenido con los Servicios Sociales.
La vivienda, una vez rehabilitada, queda afecta al carácter
asistencial, durante el tiempo que se pacta la duración del
contrato con los propietarios.
Constituye otro factor singular la aportación económica del
suministrador de material para las rehabilitaciones, que lo
comercializa a precio de coste.
Legazpi. Valle del Hierro.
Se trata de un proyecto de regeneración espacial provocado por la
urgencia de sustituir los efectos de la reconversión industrial
acometida por la empresa siderúrgica Patricio Echeverría -que
implicó la reducción de 2.000 empleos de un total de 3.000- por
nuevas fuentes de actividad económica en parte basadas en el
turismo.
En el marco de un plan estratégico comarcal, se plantea la
reutilización de 6.000 m2 con edificaciones para el uso de museo
industrial y servicios -utilizando, como recurso el propio
patrimonio cultural e histórico industrial- y paralelamente se
recuperan 10 km2 de terreno para la ordenación de un parque
natural, reforzando las perspectivas de desarrollo turístico, y se
plantea la revitalización de las áreas rurales.
El conjunto de actuaciones, articuladas en lo que se ha dado en
llamar Proyecto Lenbur, se canaliza a través de una fundación con
el mismo nombre.
La práctica tiene por tanto de innovador el hacer del pasado
inmediato de la camarca de Urola Garaia, centrado en torno a la
industria siderúrgica, el punto fuerte a partir del cual definir
una estrategia de diversificación y progresiva liberalización de
una situación de dependencia multisectorial de una sola empresa,
situación asimilable a la característica de las "company towns"
Este punto de partida, que da al proyecto su singularidad, se
complementa acertadamente con la ordenación del parque natural, que
aportará alicientes adicionales en los que apoyar la actividad
turística.
El proyecto incluye una componente formativa que combina una
Escuela de Forja Artesanal -reorientando la tradición siderúrgica-
con la preparación de expertos en recuperación medioambiental.
Sevilla. Sevilla ciudad verde.
Se trata de una práctica expresamente "clorofílica" cuyo objetivo
es dotar, de forma masiva, a la ciudad, de nuevas zonas verdes y
plantaciones, que le permitan mantener, con las adecuadas
condiciones microclimáticas, su "cultura de la sombra y vida al
aire libre".
La ciudad ha hecho frente decididamente a la necesidad de
restablecer y mejorar un equilibrio ambiental preexistente a la
realización de los desarrollos urbanísticos e infraestructuras de
la EXPO-92
El proceso, que implica la notable inversión de 6.849 millones de
pesetas, de los que 2.824 son aportados por el Ayuntamiento y el
resto son fondos estructurales de la U.E, se basa en la
colaboración de los propietarios de terrenos a reforestar, así como
del conjunto de ciudadanos, con cuya participación se cuenta a
efectos de la ejecución de las plantaciones y de su posterior
mantenimiento.
La práctica reconoce expresamente el alto valor paisajístico y
ambiental, además del económico en una ciudad tan turística como
Sevilla, que tienen las zonas verdes y plantaciones en la ciudad
-al que cada vez es más sensible la ciudadanía-, y por otra parte
asume la necesidad de asignar a su consecución inversiones de
cuantías relevantes -que quizás nos parezcan mucho menores hoy si
las describimos como inversiones en ?infraestructuras verdes?.
Córdoba. Plan Provincial de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible.
La práctica de Córdoba tiene como característica más sobresaliente
e innovadora la introducción de un enfoque sistémico, integrador de
las actuaciones públicas, en aras de un desarrollo sostenible, a
través de un Plan Provincial de orientación medio-ambientalista.
Se pretende, bajo esta orientación, articular la aplicación de un
total de 27 programas temáticos, en los que se desagrega el
programa de gestión del Plan.
El Plan plantea la filosofía de una mejora ambiental continuada,
incorporando la concienciación ambiental a todo proyecto o
precedimiento que derive de la gestión administrativa de la
Diputación de Córdoba, a través de un "Sistema Integrado de Gestión
Medioambiental"
Uno de los objetivos destacables del PPMA es el acercamiento de la
variable ambiental al Planeamiento Urbanístico Local, de manera que
aquellos factores ambientales incluibles para el logro de la
calidad de vida deseable, sean salvaguardados.
Los 27 programas de actuación, por otra parte, engloban 148 medidas
concretas a poner en práctica en un período de tres años que
combinan la asistencia técnica y económica, con la educación y
formación ambiental y la planificación ambiental propiamente dicha,
dentro de cuyo tipo de intervención destacamos la elaboración de
Ordenanzas Municipales de Medio Ambiente Subsidiarias y
Complementarias, la realización de una Auditoría Ambiental y la
elaboración de un Código de Buenas Prácticas Ambientales
Calviá. Agenda 21 Local para Calvià.
Se trata de llevar la aplicación de los principios de desarrollo
sostenible en un municipio turístico hasta sus últimas
consecuencias, lo cual en este caso concreto implica no sólo frenar
un crecimiento urbano descontrolado, sino la desclasificación de
1.350 Ha de suelo urbanizable.
La conciencia de un futuro incierto como destino turístico por
pérdida de competitividad y atractivo, por degradación avanzada de
instalaciones y equipamientos, ha propiciado una visión estratégica
a largo plazo que implica la aplicación de decididas medidas
correctoras.
El caso de Calvià no es excepcional y puede servir de referencia
para muchos otros destinos turísticos españoles habituales que hoy
compiten -por los mismos precios- con una pluralidad de lugares
exóticos que ofrecen escenarios naturales casi vírgenes e
instalaciones y equipamientos ultramodernos.
La sostenibilidad turística de los primeros pasa inevitablemente
por profundas actuaciones de rehabilitación y remodelación urbana,
con la creación de nuevos espacios libres resultantes de la
demolición sin sustitución de viejas estructuras ya sobradamente
amortizadas, que permitan el esponjamiento de núcleos urbanos
congestivos, o cierta recuperación de frentes marítimos
abusivamente ocupados.
La práctica, para ser viable, exige inevitablemente la colaboración
de los operadores y propietarios afectados, con quienes se deberían
analizar los procedimientos de puesta en práctica menos
traumáticos, aspectos estos últimos en los que la iniciativa ha
encontrado un relevante escollo, a juzgar por las impugnaciones de
los urbanizadores.
Con todo, la propuesta implica un golpe de timón muy importante, de
enorme trascendencia para una necesaria regeneración de zonas
costeras españolas y extranjeras.
Fecha de referencia: 31-7-1999
Boletín CF+S > 10 -- Especial: SEGUNDO CATÁLOGO ESPAÑOL DE BUENAS PRÁCTICAS > http://habitat.aq.upm.es/boletin/n10/aaeng.html |
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